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— Solo quería relajarme, estuve un poco enferma estos días —Le dijo Rosie a Jungkookie, a ella le dolía ocultar la verdad. Pero era lo mejor,según ella— Yo siempre te responderé las llamadas, esta vez estuve descansando y por eso no pude. —Hizo un pequeño puchero

Jungkook escuchó a su chica y mientras ella hablaba él asentía con su cabeza.

— ¿Ya estas mejor? , ¿ahora mismo te sientes bien? —llevó su mano a la de la menor y con suma delicadeza y cuidado entrelazó sus dedos con los de ella, dando leves apretones como muestra de cariño.

— Si... Estoy un poco mejor —La rubia sonrió tierna al sentir la mano de su Oppa entrelazada con la de ella.

El pelinegro sonrió.

— ¿Por qué traes ese gorrito?, ¿te hace frío? —preguntó curioso. El clima no estaba tan fresco, pero la brisa si.

— Ah... Tengo que ir con Jennie. ¡Luego vuelvo! —dicho eso, Rosé corrió rápidamente a la sala de música, en donde Jennie se encontraba. Se suponía que debían encontrarse ahí.

Jungkook frunció su ceño, últimamente Rosé actuaba de manera distinta. A el pelinegro no le gustaba que ella ocultara cosas, si bien aún no eran nada formal porque Jungkook aún no se animaba a preguntarle si ella quería entablar o no, una relación amorosa con él. Pero si se supone que se amaban: ¿Que necesidad había de mentir?

Jungkook nunca le mintió, y le dolía pensar que la menor talvez le estaba ocultando cosas.

Quería llorar.

Se sentía inmune porque quería ayudar a la pequeña.

— Hola Rosie —Jennie le sonrió a la nombrada cuando vió que, la rubia estaba en el marco de la puerta del cursillo.

Divisó como algunos mechones de cabello estaban enredados y supuso que la menor tuvo una emergencia y tuvo que correr.

— ¿Cómo te encuentras?

— Pues bien, supongo  —La pequeña Rosé tomó una silla y la jalo hasta ella para sentarse— Ninnie, tengo miedo... —Suspiró—. No quiero que Kookie se entere de lo que sucede. No quiero que toda esta felicidad que siento ahora con él, acabe solo por esta estupida enfermedad. Ya me estoy viendo más pálida, mi cabello se está cayendo por mechones grandes —Y Rosé comenzó a sollozar.

Jennie sintió cómo una puntada le dió cruelmente en el pecho. Ver que su mejor amiga lloraba la hacia sentir tan mal.

— Cariño —se acercó a la menor y se arrodilló frente de ella, tomó las manos de la rubia y con su dedo pulgar daba leves caricias en sus manitos—, Entiendo tu miedo, Rosie. Pero tienes que hablarlo con Jungkook, tarde o temprano él debe de saberlo. De seguro él te va a ayudar a sentirte tan bien contigo misma, ¿cuanto tiempo te queda?, dijiste que un mes. Habla antes de que sea tarde, Jungkook lo va a comprender.

— Tal vez... Me queda... ¿Una semana? —La rubia suspiró con angustia—. Creo que es mejor así, no quiero que Jungkook me deje solo por la leucemia. Ese es mi miedo. ¿Sabes el tremendo dolor que tendria si Kookie Oppa no me apoya en esto? Digo... Sé que esto está llendo bien, pero de todas maneras no quiero arriesgarme, ni tampoco quiero tomar terapias. Solo sería para alargar los días que me quedan de vida y... ¿Para qué hacerlo? Si de todas maneras voy a morir... ¿Verdad?.

One Month [#1] ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora