11-Fin e Inicio

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n/a :solo edité algunos errores, no se asusten.

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Desde que era muy pequeño su familia le inculcó valores que, podría decirse, lo forzaban a actuar de una manera no tan propia de su verdadero ser.
Tenía estrictos maestros, muchas niñeras de todas las edades y profesionales que cuidaron de él, y sus padres que eran más serios y amantes de la disciplina que ni estaban en casa para pasar tiempo a su lado.
La vida de Wen Junhui era tan monótona y rutinaria que lo hartaba más que cualquier cosa, a su corta edad ya tenía que soportar el peso de ser el primogénito de una de las familias sangre pura más poderosas de China.
Por eso, aunque sabía que era algo muy poco probable, esperaba con tantas ansias y esperanzas que aquella carta llegara a él cuando por fin cumpliera los 11 en pocos meses.
Aunque no vivía en Gran Bretaña pero, si sus padres si fueron a Hogwarts y fueron dignos Slytherins, entonces significaba que había una pequeña posibilidad de que a Junhui también lo aceptaran ¿No es así?
Esa súplica lo motivaba a continuar esforzándose para que cuando llegue el día, sus padres no puedan prohibirle nada porque él siempre hizo todo lo que ellos le pidieron.
Costara lo que costara, iría a ese colegio de magia y sería uno de los mejores magos de su generación.

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Pasaron los meses tan rápido que cuando se dieron cuenta, ya estaban esperando las notas de sus exámenes finales.
Esas últimas semanas fueron las más estresantes de todas, hasta el punto en que incluso Jeonghan, el niño más revoltoso que conocían, no se movía de la biblioteca y su montaña de libros.
—¿Creen que no nos haya ido tan mal?
Joshua se encontraba algo nervioso, puesto que estudió muchísimo para sus pruebas y sentía que no fue suficiente,  ni por más que se haya aprendido de atrás hacia adelante todo el libro de Historia de la Magia.
—Depende de la materia, a Han y a mi nos fue pésimo en pociones.
—Espera, espera, espera...Querrás decir QUE A TI, Choi Seungcheol, te fue mal en el examen, porque yo soy excelentemente capaz de pasar una prueba tan simple como la que fue esa.
Digamos que cuando se trataba de intelecto, Jeonghan era algo egocéntrico y estrafalario.
—Pero me dijiste que se te arruinó toda la poción porque se te cayó un moco en el caldero.
—No seas tarado, te dije que lo soñé por los nervios, Y NO TENÍAS QUE PUBLICAR ESO, IDIOTA—el rubio se sonrojó al ver que algunos alumnos que les habían escuchado reían.
Se dirigían los tres al jardín luego de su último examen, que era historia (y la favorita de Jisoo) a esperar pacientemente, aunque no todos, sus tan aterrorizantes notas.
Seungcheol decía que independientemente de los resultados, dieron lo mejor de si mismos y eso era lo que importaba. A pesar de que en el fondo sabía que si llevaba una sola calificación mala a casa, sería castigado por el resto de las vacaciones hasta que empezara el nuevo curso.
Para el azabache, no interesaba lo que sus padres pudieran hacerle, porque mientras sus mejores amigos estuvieran bien y felices al lado suyo, entonces él también lo estaría.
—¿Qué harán en las vacaciones—preguntó Jeonghan mientras paseaban por el jardín.
—Probablemente vaya a la casa de mi abuela, su cumpleaños es en agosto así que toda la familia se reúne en su casa y hacen una fiesta que dura semanas, mis tíos que viven en Escocia van cada año solo para eso y son los más alocados de todos—contó Seungcheol.
Joshua se quedó pensando, pues unos pocos días atrás, cuando tenía su examen de DCAO, le llegó una carta de su padre por la tarde en la que decía que lo irían a buscar a la estación pero solo porque su madre los obligaba, así que si pensaba que todo sería distinto estaba muy equivocado.
Sinceramente no entendía cuál era el problema de su familia con él, pero ya estaba harto de querer comprenderles.
Probablemente esas vacaciones serían las más tediosas pero divertidas en mucho tiempo porque podría molestar a sus hermanos fingiendo que les echaría conjuros malignos.
—¿Y tú Shua? No hablas desde hace rato—lo miraban ambos chicos atentamente.
—Solo estaba pensando, prometan que nos escribiremos siempre.
—Por la garrita que lo juramos.
Así el trío junto sus meñiques mientras sonreían, dirigiéndose al gran comedor para la cena.

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Ser asiático en un país como Inglaterra o simplemente en otra parte del mundo que no fuera Asia, era muy díficil, y Minghao lo entendía mejor que nadie.
Su familia se mudó a Londres cuando este solo tenía 3 años, así que no recordaba mucho de su amada Anshan.
Mestizo y con 3 hermanos, era el que más se esforzaba para dar su mejor ejemplo y no decepcionar a sus padres, quienes trabajaban intensamente en el ministerio de magia sin tiempo de nada más que para dormir y darles de comer a los niños.
Ellos ya tenían demasiadas preocupaciones como para cargarlos con sus problemas, como que cada tarde luego de ir a la escuela muggle unos niños de grado superior lo esperaban en el parque de a dos cuadras para golpearle contra los botes de basura.
Minghao sabía artes marciales, era el mejor de su clase, pero tenía un corazón tan noble y débil (o eso creía él) que no era capaz de lastimar a nadie y eso significaba no intentar defenderse. Podía soportar los daños físicos.
Lo que no era tan fácil de aguantar, eran los golpes verbales.
Cada mañana había alguien que se burlaba de su apariencia, de que si tenía ojos inexistentes, de que sus orejas, de que si era muy flaco, de que era un asco y que volviera a su país.
Sumado a las peleas constantes de sus padres y su fallido matrimonio todas las noches, solo le quedaba sobrellevar todo aquello.
Si sus hermanos mayores pudieron con todo eso, él también podía.
Ahora solo le quedaba esperar a ser aceptado en el colegio, pues le quedaba poco tiempo hasta que ese día llegara, el más emocionante de todos, abandonar la escuela muggle para reemplazarla por Hogwarts, el mejor lugar del mundo entero.

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Así como todo tiene un fin, también se dan inicios al mismo tiempo.
Aquel trío de únicos y risueños amigos de primer ingreso terminarían su primer año, donde conocieron tantas cosas y a tantas personas, para continuar y seguir con más historias de las cuales nadie tenía idea ni imaginaban que pasaría.
Tal vez no estaban destinados a estar juntos solo los tres, tal vez el siguiente curso serían más emocionante, tal vez el profesor Slughorn por fin se jubilaría (lo que parecía muy poco probable).
Mientras unos esperaban pasar buenas vacaciones y poder volver y estar con las personas y lugares que tanto adoraban, otros deseaban que llegara el día en que por fin su carta llegara.
Todavía les falta un largo camino que recorrer.

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Primero que nada, buenos días/tardes/noches.
Disculpen por haberme ausentado tanto tiempo, pero no tengo nada de tiempo para actualizar alguna de mis fics.
No es sábado pero publico este capítulo en compensación y por especial de fin de año! Feliz Navidad y Año Nuevo!
De ahora en adelante enteraran más personajes, etc, pero no escribiré otra vez en algunas semanas así que esperen que caeré de sorpresa algún día.
Gracias por leer y votar, sus comentarios y opiniones serán bien recibidas.
Cuídense y que tengan un buen 2021 ♥️

Quidditch y Encantamientos•SEVENTEEN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora