13-Sombrero confundido

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—¿Seguro de que es aquí?

1 de septiembre a las 8 de la mañana y Jihoon ya se encontraba desesperado porque, en vez de ir directamente a la estación de Kings Cross, su padre prefirió primero ir a hacer los mandados de su madre.

En ese mismo instante estaban en una tienda algo vieja y sucia probablemente abandonada, probablemente si es que no salía un hombre de larga barba roja y dientes amarillos desde la parte trasera del negocio. Era en algún punto del callejón Knockturn, y no entendía qué hacían ahí pues su padre era mucho más miedoso que cualquiera y temblaba más que un chihuaha.

Pidieron como 6 tarros de repelente para babosas carnívoras y salieron casi volando de ahí, en verdad que el vendedor era muy atemorizante.

Luego de dar varias vueltas por el callejón Diagón y chocar con las personas que iban como locas a hacer compras de último momento, por fin hicieron camino a la estación. Esa sería la primera vez que Jihoon iba a la estación del expreso, pues era hijo único y no tenía hermanos para acompañar a la plataforma y sus primos eran menores que él por lo que tampoco nunca fue a despedir a ninguno. Estaba muy emocionado, no podía esperar a subir al tren y llegar hasta el inmenso castillo, deseaba ver con sus propios ojos el techo encantado y ver a sus amigos, porque ese año también irían Soonyoung y Wonwoo, quienes eran de familias cercanas a la suya.

Él creía que iría solo el año entrante, pues cumplía 11 recién en noviembre y lo normal era que recibieras tu carta a esa edad, pero recientemente se hizo un cambio en el sistema de reclutamiento académico e incluían a los que cumplían 11 años hasta el mes de diciembre. No sabía por qué, pero no se quejaba pues no tendría que esperar más tiempo.

—Te enviaremos lechuzas cada 3 veces por semana y si necesitas algo solo pídenos, no olvides escribirnos y pórtate bien. Tu madre te manda muchos besos y se siente mal porque no pudo venir, pero ya sabes que con ese resfriado no podemos dejar que salga. Cuídate mucho y presta atención a clases, por favor no hagas que McGonagall nos envíe alguna carta y toma tus vitaminas, las necesitas.

—Si, papá, ya me repetiste todo como 10 veces por el camino. Yo también los quiero, nos vemos en navidad—se apresuró a subir al tren una vez abrazó a su padre y buscó un compartimiento intentando encontrar a sus amigos, pero eso sería algo complicado siendo que llegó una hora antes.

Entró a uno en el centro, al lado del de unos chicos de segundo año que jugaban snap explosivo y tenían muchos dulces desparramados por el suelo, ni siquiera se tomaron la molestia de cerrar la puerta.

Luego de ubicar sus cosas y a su mascota en el espacio por encima de los asientos, se sentó al lado de la ventana, su lugar preferido durante los viajes, y se puso a leer un libro para matar el tiempo mientras sus dos amigos llegaban.

Habían pasado ya varios minutos y cuando más inmiscuido estaba en su lectura, un Soonyoung gritón y escandaloso entró golpeándose la cara por la puerta, quejándose de dolor para luego abrazarlo. Dijo que recorrió todos los vagones y por poco le sudaban los pies de tanto caminar, pues lo estaba buscando ya que conociendo a Jihoon, este llegaría más temprano de lo normal como siempre que iba a cualquier lado.

—¿Viste a Wonwoo en alguno de los vagones?

—No, supongo que llegara a último minuto, sabes que tardan mucho por el montón de personas en su casa y los niños que nunca terminan de preparar sus cosas—y tenía razón, porque cada año todos los miembros de la familia Jeon iban a la estación de trenes para despedir a los que eran estudiantes aún, y como ese año era el primero de Wonwoo, el hijo menor, él querría ir lo más temprano posible pero no se podía con lo impuntuales que eran en su casa.

Quidditch y Encantamientos•SEVENTEEN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora