A pesar de todas las cosas raras y extrañas que Joshua experimentaba, la vida seguía su ritmo normal.
Clases compartidas con sus amigos en donde siempre pasaba algo desastroso a manos de Jeonghan, prácticas y partidos de quidditch en donde todos se ponían muy competitivos, salidas a Hogsmeade con sus amigos de otras casas y peleas de nieve antes de las fiestas de fin de año.
Las pesadillas y las visiones/alucinaciones no lo detenían de disfrutar su estadía en aquel maravilloso castillo que tanta alegría y luz trajo a su vida. Si se preguntan si en algún momento le contó a alguien de aquellas cosas extrañas, se decepcionarán en saber que alguien tan listo como Joshua Hong no pensó jamás en acercarse a Madam Pomfrey o a la directora para pedir ayuda con algo tan grave; siquiera sus mejores amigos sabían, ni él era consciente de la magnitud de aquel problema.
En fin, los años en Hogwarts eran demasiado valiosos para desperdiciarlos en el ala de la enfermería.
El tiempo pasaba y gente se seguía sumando al grupo de chicos, en un abrir y cerrar de ojos el hermanito de Seungcheol ya estaba en segundo año y para la no sorpresa de todos, era un Hufflepuff y estaba todo el día pegado a otro chico de su año y casa llamado Seungkwan, era muy raro verlo a uno sin el otro. Luego estaba el pequeño Chan, un Gryffindor que seguía a Seokmin y Soonyoung como patito y apoyaba todas las locuras de esos dos.
Para el resto del colegio eran un grupo muy raro, no todos los días se ve a tanta gente y de diferentes edades juntarse a jugar o estudiar, aveces los echaban de la librería por hacer escándalo y los mayores del grupo fingían no conocerlos o se escondían para poder seguir estudiando, los T.I.M.O.S estresaban descomunalmente a todos los de quinto año.
Los nervios y el estrés de tener un buen desempeño en los exámenes no hacían más que aumentar las discusiones y peleas entre los dos mayores, quienes resultaban castigados por lo menos tres veces a la semana por andar tirando maleficios y encantamientos en los pasillos a plena luz del día. En serio, Josh ya no sabía qué hacer con esos dos.
Aquella mañana había sido agotadora para los estudiantes de quinto; Después de una intensa clase de Defensa Contra las Artes Oscuras y finalmente Herbología, los chicos estaban completamente cubiertos de tierra, sudor y restos de plantas mágicas.
Decidieron ir a las duchas para quitarse la mugre acumulada, el estiercol de dragón era sumamente asqueroso, la profesora Sprout nunca tenía piedad con sus alumnos. Jeonghan, como siempre, decidió colarse en la sala común de Gryffindor, no quería estar solo y obviamente acabó arrastrando a sus amigos con él para tener un almuerzo rápido, su plan principal, antes de dirigirse a su refugio secreto: un lugar oculto que habían encontrado años atrás, donde podían practicar pociones sin ser molestados ni reprendidos por los profesores o prefectos.
El sitio, escondido en los rincones más recónditos del castillo, era el único lugar donde se sentían libres de experimentar con hechizos o pociones peligrosas y difíciles. Era un espacio sagrado para ellos, donde podían estar lejos del bullicio y las reglas del colegio. Los más jóvenes del grupo siempre estaban queriendo meterse en sus asuntos, como buenos amigos chismosos, lo que dejaba a Jeonghan, Seungcheol y Joshua en la tarea de continuar con su misteriosa mezcla de ingredientes en un lugar donde no los encontraran, pues nunca les contaron a los demás sobre aquel lugar secreto.
La conversación entre ellos fluía en susurros y se intercambiaban miradas rápidas, de esas que uno finge no haber notado.
Había algo en la manera en que la adolescencia los había transformado que los mantenía hipnotizados por la presencia del otro...
Jeonghan, con su cabello cada vez más largo y sus rasgos afinados, parecía más resplandeciente que nunca bajo la luz tenue del lugar. Por su parte, el metamorfomago había dejado de luchar con su cabello, que ahora lucía permanentemente rosa chicle cada vez que estaba con sus amigos (¡En serio, que molestia! no le costaba nada a su pelo hacerle caso) y a pesar de sus intentos de parecer mayor, sus mejillas aún conservaban ese aire regordete que los demás encontraban adorable.
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Quidditch y Encantamientos•SEVENTEEN•
FanficUna vez alguien dijo: "Somos tan fuertes cuando estamos unidos, así como débiles cuando estamos divididos" Aquellos lazos creados en Hogwarts son los más difíciles de romper, y 13 corazones unidos son invencibles incluso ante la más oscura de las ma...