10-Ranas de chocolate

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Era una fresca mañana de invierno en Hogwarts, sádado, y el último día de estadía antes de las vacaciones de navidad.

Esa semana se anotaron las personas que volverían a casa y aquellos que se quedarían en el castillo hasta enero. Un poco triste para algunos pero no tanto para los que se quedarían con sus compañeros y amigos.

Joshua creía que ese no era su caso, tal vez podría pasar a visitar a los elfos en las cocinas para dejarles dulces de regalo o ir a tomar una taza de té con Hagrid, tenía muchos planes en mente para pasar todo ese tiempo solo.

Los pasillos estaban adornados con distintos tipos de decoraciones, y en el gran comedor habían colocado 7 enormes pinos hermosamente decorados por los profesores y la ayuda de algunos alumnos. Cada pequeño detalle era digno de admirar, incluso la sala común tenía un aura cálida y navideña, embriagando a quien pasara por ahí con un dulce aroma a nueces y chocolate. 

Se dirigía a recorrer los alrededores mientras pensaba en cualquier cosa y saludaba a quienes pasaban junto a él, no había mucho que hacer ese día más que despedir a los que saldrían de vacaciones.

No había visto a sus amigos en el desayuno, sin embargo, el día anterior notó a Jeonghan muy agitado y nervioso y a Seungcheol más tranquilo de lo normal, algo que era sumamente sospechoso para cualquiera porque el niño era conocido como uno de los más revoltosos de primer año. 

Nadie entendía cómo era posible que, dos leones y una serpiente de personalidades totalmente diferentes podrían congeniar tan bien. 

A Joshua le gustaba pasar su tiempo libre leyendo en el patio o en algún lugar donde nadie le molestara, disfrutaba del silencio, y a Jeonghan le encantaba correr por los pasillos persiguiendo a sus compañeros de casa, haciendo bromas mientras decía que si quería ser recordado como una leyenda como lo son el día de hoy aquellos hermanos pelirrojos que alguna vez pisaron ese castillo, tenía que empezar desde ya. Él se caracterizaba por ser más discreto y astuto a la hora de llevar a cabo sus planes, en cambio Seungcheol siempre terminaba castigado por los desastres que hacía, sus padres ya habían recibido más cartas de la dirección que suyas, era un dolor de cabeza. 

A pesar de sus diferencias, como que a Cheol no le gustaba la biblioteca pero a Joshua si, o que Jeonghan odiara las alturas pero los otros dos amaran las cosas flotantes, no eran tan distintos. 

Seungcheol acompañaba a su amigo todas las tardes a estudiar aunque no pudiera hablar tan fuerte como acostumbraba, Jeonghan iba con ambos a escondidas a tomar escobas de la escobera sin permiso para volar en las madrugadas en el campo de quidditch. A los tres les gustaban las tartas de calabaza y pasteles de frutas, eran amantes de los animales y sus lechuzas eran amigas también. Pasaban el rato en los jardines mientras leían en silencio con Joshua, aunque terminaban riendo a carcajadas por alguna tontería que se le ocurrió a alguno. 

Se complementaban como las piezas correctas de un rompecabezas.

Y ahora quería encontrarlos para despedirse de ellos antes de que se fueran, pero pareciera que se pusieron la capa de invisibilidad de Jeonghan encima y no los podía ver por ningún lugar. 

Recorrió hasta la lechucería y aún así no había ni rastro de alguno, así que decidió regresar a la torre de gryffindor, sintiéndose traicionado porque sus amigos se fueron sin despedirse de él. 

Iba pasando tranquilamente por el patio cuando empezó a ser atacado, bolas de nieve salían de todas partes en su dirección. Su cabello cambiaba de color rápidamente, demostrando que se encontraba asustado y en alerta. Habría salido corriendo hacia el vestíbulo si no veía antes a un muy conocido cabello rubio escondido entre los arbustos y ramas.

Quidditch y Encantamientos•SEVENTEEN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora