Flashback
Aquella noche jamás la olvidaré.
Fue la primera vez que llegué a nuestro hogar con la idea de pedirle el divorcio a Tenten.
Después de sufrir los remanentes de la pérdida de nuestro primer hijo, ya no soportaba escuchar las mismas quejas de siempre.
Tenten se había distanciado de mí de una forma increíble. Nuestra rutina fue cambiando y la necesidad de hacernos compañía se fue desvaneciendo poco a poco. Nuestro hogar se convirtió en un témpano de hielo. Desde que perdimos a nuestro hijo, no volvimos a ser los mismos, y lo peor de todo es que me sentí señalado la mayoría del tiempo al hacerme entender que todo fue mi culpa.
A pesar que yo no tenía la culpa de nada, ella se desquitó conmigo.
Recuerdo que esa noche había llegado al límite de inflexión. Por más que hablábamos para remediar nuestras diferencias, nunca llegábamos a una solución. Me cansaba hablar lo mismo cincuenta veces. Poco a poquito me di cuenta que nos hundíamos más en el proceso.
Cuando ella me comunicaba parte de cómo se sentía, decía que odiaba llegar a la casa después de un duro día de trabajo sin verme. Muchas veces intenté regresar antes de lo establecido para hacerle compañía. Trataba de sacar un poco de tiempo entre las misiones y mis deberes para regresar temprano a nuestro hogar y así entregarle un poco de cariño por el duro proceso de duelo. Sin embargo, sus estados de ánimos eran un tanto incomprensibles.
A veces no llegaba a comprender por qué me recibía con nuevas quejas que se orillaban a qué no la ayudaba en la casa, tenía una mala cara cada vez que deseaba entregarle un beso de buenas noches. Ya no me acariciaba, y tampoco hacía la cena cuando llegaba hambriento del trabajo.
Me pedía que estuviera a su lado, pero cuando lo estaba, no me valoraba.
Su desinterés hacía mí, hizo resaltar mis carencias en la relación.
Cómo resultado de ese rechazo, opté por darle lo que quería. La ignore en su mayoría del tiempo para entregarle espacio. Me quedaba callado para no hacer de una semilla una explosión, es decir, no magnificar el problema.
Intenté comprenderla, en serio lo hice, pero la distancia se estaba convirtiendo en un abismo dónde ya no me sentía cómodo.
Ese día cuando le pedí el divorcio, no medí muy bien las consecuencias de mi mal humor. Ya no estaba dispuesto en tolerar sus quejas que poco a poco aquel Neji callado, distante, dejó que el vaso de agua se llenará, hasta que rebosó.
Discutimos y eso fue todo.
Esa noche fue difícil. Recuerdo que cuando la guerra entre nosotros terminó, me fui de la casa y me conseguí a Rock Lee en el camino.
Me convenció de ir a un bar como una especie de distracción temporal. Debía estar muy irritado, pues, él parecía muy preocupado por mi condición. Por mi parte, supe que no tenía nada que perder.
Lo peor había acabado de suceder.
-- ¿Estás seguro que eso es lo que quieres hacer? -- Rock Lee me miró con lastima sentado en aquella mesa del bar.
-- Es lo mejor -- Respondí.
-- Pero Neji... El divorcio es algo muy fuerte. Esa decisión no se toma a la ligera --
-- Yo ya no soportó su histeria. Siento que ya no somos compatibles. Ella no me ama como antes, y yo no sé qué sigo sintiendo por ella... --
-- ¿Qué te dijo exactamente cuando le mencionaste sobre el divorcio? --
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¿Hasta que el divorcio nos separe? [Nejiten]
Hayran Kurgu¿Qué tan fuerte puede llegar a ser el amor entre dos shinobis que deciden casarse? Esta es la historia de cómo Neji y Tenten tratan de solucionar sus diferencias hasta el punto de involucrar el divorcio. Desde ahora en adelante, sabrán el significad...