Alexitimia 🐍 Juuzou Suzuya

🐍 16. Bautismo oscuro

Tn se colocó pantimedias negras, tomó el vestido negro que reposaba sobre el sofá en su cuarto y se lo colocó, aquel era de mangas largas y falda corta a la mitad de sus muslos con un cuello blanco de encaje. Se sentó delante de su tocador y cepilló su cabello, decorándolo con una diadema blanca con dos pequeños cuernos rojos; se maquilló un poco, colocándose base, delineador, máscara de pestañas y labial rojo. Alguien llamó a la puerta.

– Adelante.

Aquella se abrió, dando paso a Hina.

– ¿Estás lista?

– Sí –la miró.– Buscaré mis zapatos.

– Te espero abajo, en un minuto.

– Entendido.

La mujer sonrió y salió, cerrando la puerta. La joven bruja se levantó, buscó un par de zapatos negros con algo de tacón y salió de su cuarto; bajó las escaleras y, una vez en la puerta, se los colocó.

– Muy bien, vámonos.

– Sí.

Ambas salieron del edificio y subieron al vehículo de la mayor, se colocaron los cinturones de seguridad y aquella comenzó a conducir.

– ...Se lo contaste a mi madre.

– ¿Ah? –la miró.

– Sobre Juuzou.

– Oh, eso. Lo siento.

– ¿Por qué?

– Me preocupa que te estés enamorando.

– No conozco el significado de esa palabra, ni siquiera puedo sentir afecto por mis propios padres, ¿Cómo se supone que comience a tener sentimientos por un chico que apenas conozco hace un año?

– ...Tienes razón, lo siento. Sólo me preocupo por ti, Tn. Eres como mi hija.

– No debes hacerlo.

– Te dejaré en paz entonces.

– Gracias –pensó un momento.– Hina-senpai, ¿No tienes hijos?

– Tengo una hija, cumplió 16 en febrero hace dos años, y después de su bautismo oscuro Katsuo y yo la enviamos a Sion.

– ¿Suiza?

– Sí, para que estudie brujería europea.

– ¿Por qué europea y no asiática?

– Porque la comprometimos con un brujo de Ginebra, así que vivirá allí; de todos modos, volverá cuando cumpla 18 años y aprenderá lo necesario en un curso express.

– ¿Cómo yo?

– Sí, pero más rápido y sólo lo necesario. Tu curso es un express intensivo, más largo pero más completo.

– Entiendo.

Tras unos minutos más en el vehículo, la mujer estacionó delante de una iglesia estilo barroco que parecía abandonada. Ambas bajaron e ingresaron a ella, siendo recibidas primeramente por una estatua de Baphomet; dentro, la iglesia era oscura y estaba limpia y ordenada, todo lo contrario a como se veía por fuera. Una joven mujer las recibió, vestía un ajustado y corto vestido negro con escote en corte corazón, un collar de plata con una cruz invertida y una caperuza roja colgando de sus hombros con la capucha puesta; su cabello estaba suelto y peinado hacia atrás, sus labios pintados con rojo y sus ojos delineados con rojo.

– Hermana –hizo una reverencia. La joven la imitó.

– Bienvenidas –sonrió. Miró a la menor.– Tú, joven hija de Lucifer, has de ser Tn Diot.