☁El extraño comienzo en una partida☁

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Esa noche Norman me beso las mejillas y los labios, a pesar de las salpicaduras de barro sobre mi rostro. Yo había propuesto dormir juntos pero se negó penosamente. Dijo que tenía que ser el primero en estar de pie esa mañana. 

―Si paso la noche contigo, nunca querré soltar las sábanas. Ya tendremos tiempo para los dos. ―Y se fue, dándome un abrazo del que no alcance devolver. 

Al día siguiente Vincent despertó a todos. Al momento hubo llegado a mi puerta, yo tenía los ojos bien abiertos. Esa noche estuve llena de sudor, arañando las almohadas y ensimismada en Bárbara... un poquito en Jorge y Daniel, pero sobre todo ella. Tenía muchas ganas de verla. 

―Si... ―bostece―. Ya estoy de pie.

―Siete y cuarto estamos en el portón. No vayas a tardar.

―Claro que no.

―Cuídate enana

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―Cuídate enana. No hagas cosas estúpidas, ¿Vale?, voy a estar esperándote. ―Daniel me dio un abrazo que recibí de inmediato.

―Y... ¿Jorge? ―lo busque con la mirada. Había mucha gente que salía del portón.

―¡Ah, santo cielo! no me hables de él. Ha sido un infierno intentar traerlo. No quiso venir.

―¿Què?

Le mire extraña y enfadada. ¿Era enserio? ¿Cómo podía comportarse así? Habría podido ser una oportunidad para arreglarnos, ¿Es qué ese niño no razonaba? Suspire y le sonreí a mi hermano.

―Da igual ―queria pegarle―. Gracias, y adiós Daniel. Cuídate tambien.

―¡Oye!, ¡oye! ¡____! ―Anong llego corriendo, aún con la pijama puesta―. Perdona, pensé que te ibas ya. Siento mucho si e llegado tarde ―jadeo entusiasta―, Intente arrastrar a Jorge hasta aquí, no podía despegarlo de la cama y se me hizo tarde.

―¿Estas seguro? ―Daniel le observo de pies a cabeza―. ¿No te quedaste dormido?

Anong se ofendió.

―¡Por supuesto que no! ―Se me acerco y me tomo de las manos―. Lamento lo de Jorge, a veces parece un poco infantil pero en realidad necesita espacio. Intentare hablar con él y cuando regreses podrán platicar.

Le sonreí.

―Gracias Anong, eso espero. Volveré pronto.

¿Y porqué no? También nos abrazamos.

Vestía una parka acolchada para evitar el frío y la humedad. Estaba un poco llorosa. Casi todos nos brindaban una linda despedida y nos deseaban la buena suerte, además nos empaquetaban mucha fruta y agua. Entre la multitud estaba Dennes de pie, con la mirada baja y Chiffon en brazos. Se me encogió el corazón verlo tan solo. Vincent y Norman dejaron de hablar y me dirigieron la palabra.

―Vámonos, te ayudo a subir al caballo.

―A-ah, un segundo.

Me acerque a Dennes y luego me incline de manera impulsiva y lo abrace. 

𝑉𝑜𝑦 𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑡𝑒 [Norman x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora