Miedo, confusión y agonía son lo único que conoce una niña desafortunada. Tras ser adoptada por Peter Ratri, su vida se convierte en un infierno. Es encerrada en un laboratorio donde solo hay sufrimiento e incertidumbre. Su tormento parece no tener...
Hayato exclamó tan alto que Dennes dio un brinco del susto y William, que conversaba con Vincent giró a vernos.
Avergonzada, quise dejarlo mudo de una abofeteada. Pero solo me dispuse a susurrar―: Cierra ese hocico.
―¿No sabes montar caballos...? ―susurro Dennes, un poco decepcionado.
―No, no sé ―fruncí los labios―, pero estoy en proceso de aprenderlo.
Estaría en proceso cuando me invitaràn hacerlo.
Alos segundos, William culminó su conversación con Vincent y se acercó a nosotros. Se ubico al lado mío y yo me aleje un minúsculo paso, que ni siquiera Dennes noto. Tenía una postura más rígida que antes de salir, su rostro estaba menos relajado y su cabello desordenado. Deduje que Vincent le había informado algo no muy agradable...
―Hayato, apresúrate a guardar ese caballo por favor ―decreto, y la autoridad en su voz me heló por un instante. Dennes parecio tambien algo sorprendido, su tono de voz era muy distinto a lo que él había escuchado cuando se presentaron.
―¡Sí, jefe! ―él único que no pareció brincar del susto, fue Hayato―. ¡____!
―¿Ah?
―Cuidate mucho y tambien a Dennes. ¡Suerte!
―Esta bien, nos vemos en unos dias ―agite la mano en despedida y Dennes hizo lo mismo, solo que con más ganas.
William nos hizo un gesto con la mano. Nos acercamos al caballo, y de repente él cogió a Dennes y lo sentó sobre el caballo. El pequeño le agradeció en un susurro y William solo asintió para en un movimiento rápido y suave montarlo él tambien. Me ajuste mejor la mochila pesada en la espalda y antes de subir, una mano delgada y larga se extendió en frente de mi de la misma forma de cuando me caí en el trigal de la fábrica. William aún tenía esa aura rígida y autoritaria. Dude un poco y al final la tome. Me agarre de las cuerdas del caballo, y tuve un estremecimiento en todo el cuerpo cuando sostuvo su palma en mi espalda para tener equilibrio. Tan rápido como la puso la saco, dándose cuenta de lo que causó. Un poco enrojecida me acomode sobre el caballo y apegue a Dennes conmigo.
―El viaje será largo ―Hablo William después de un rato, para romper la incomodidad entre nosotros.
Mientras el caballo caminaba, noté que Dennes andaba nervioso y dudaba de algo que no podía adivinar. Le sacudí el pelo y él me miro, mordiéndose la uña―lo hacia cuando estaba ansioso y sobre pensaba las cosas―.
―¿Qué ocurre? ―pregunté en un susurro, quitándole la mano de la boca.
De reojo miro la espalda de William y luego se acercó a mi oído―Quiero... decirle gracias.
De la misma manera, en el oido le dije que sería mejor más tarde. Él lo acepto y dejo de morderse las uñas.
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