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(Narrador omnisciente)
Un hombre pelinegro yacía en su inmensa oficina inmerso en sus pensamientos con un notorio seño fruncido, que lo hacía ver su completa molesta... bueno, aunque casi siempre estaba de mal humor.
Una semana, una maldita semana ya se había cumplido y aun esa chica no se había contactado con él. Era todo lo que pensaba Víctor sentado de brazos cruzados y su verdosa mirada observando un punto fijo en su escritorio, intento dispersar todos esos ridículos pensamientos con el montón de papeleo que tenía pendiente, pero fue en vano ya que una y otra vez venía a su mente el rostro de esa rebelde chica.
¿Acaso no aceptará mi oferta o solo quiere hacerse la de rogar? - pensó el azabache.
Está muy equivocada si cree que alguien como el sería capaz de rogar a alguien como ella, es Víctor Dorlam y todo lo que quiere lo obtiene. Pero algo en esa chica llama completamente su interés, era la primera vez que alguien se atrevía a tratarlo como ella lo hacía, nadie en lo que recuerda, había sido capaz de decirle tales palabras como lo hacía esa castaña.
Además de hacerlo mostrar su verdadera personalidad (cosa que es muy difícil), también sentía que quería hacerla llorar, gritar, que se retorciera de placer y desesperación, como en esa noche, quería que eso sucediera otra vez y eso para muchas otras mujeres seria un privilegio, ya que el no está con la misma persona dos veces, pero esta vez tenía entre ceja y ceja a Elizabeth .
Y por ello, por más que le costara admitirlo, no podía dejar escapar a alguien como ella, de algún modo la haría suya otra vez.
El sonido de que tocaban la puerta de su oficina lo sacó de tales retorcidos pensamientos, cosa que lo molesto. Solo pudo indicar un 'pase', a lo cual entro su asistente.
- Disculpe señor Dorlam, es hora de que acuda a la reunión acordada con uno de los socios de "Quinzel society's", luego tiene una oferta para una sesión de fotos a las 2:30 para la revista que ya varias veces le ha propuesto de salir en algunas portadas. Y a las 4:00 otra reunión, con el personal de Marketing. - le informó el rubio hojeando la libreta en sus manos - Tambien su padre llamó, informó que lo espera este viernes en su casa, dijo que quiere hablar de algunos asuntos importantes.
- Gracias Jackson, iré en un momento, en cuanto a dicha oferta, informa que la seguiré rechazando, ya les informe que no estoy interesado en posar para ninguna de sus absurdas revistas. - dijo sobando su cien.
- Como guste señor Dorlam.
- ¿Mi padre dijo alguna otra cosa?
- Dijo que está vez no escape con alguna de sus escusas. - finalozo el chico, anotando algunas cosas en su libreta para luego dar una ligera reverencia y retirarse.
El pelinegro soltó un gran suspiro de frustración, recordando lo insistente que puede ser padre cuando se refiere a esos "asuntos", que mayormente son solo charlas para preguntar cuando se formalizará con alguna joven, y eso es lo menos que quiere.
Hoy de verdad que seria un día muy largo, luego se encargará de de esa rebelde chica que ha estado en su cabeza todo el día...
🍒🍒
Por lo genreal hoy era un día muy extraño para la castaña, se levanto temprano, pudo arreglarse como se devia, además de que nadie la había molestado en sus clases. Bueno en el caso de Cristal, sucedió cierto inconveniente hace unos días.
(Flash back)
La castaña estaba tranquilamente prestando atención en su clase y anotando algunos apuntes en su libreta. De pronto entró la secretaria del director y le susurró algo al profesor.
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Sumisión Consensuada
Fantasy- Me alegra que haya despertado - alegó una voz grave en aquella habitación. Aquella voz se le hacía conocida, pero era incapaz de recordar a quién le pertenecía. En ese instante sintió como su cabellera era tomada bruscamente, haciendo que nuevame...