- Me alegra que haya despertado - alegó una voz grave en aquella habitación.
Aquella voz se le hacía conocida, pero era incapaz de recordar a quién le pertenecía. En ese instante sintió como su cabellera era tomada bruscamente, haciendo que nuevame...
Todo el trayecto en el auto transcurrió con un ambiente un poco incómodo. Elizabeth estaba con sus nervios a mil, ya que no sabía a dónde iban; por sus parte, Víctor estaba totalmente calmado, solo pensaba en todas las cosas que le haría a la pobre joven para que cediera ante él.
El azabache estuvo manejando por unos 20 minutos, la menor notó que se estaban alejando un poco de la ciudad y eso la alarmó un poco. Cuando pensó que seguramente este iba a ser su fin, pudo visualizar una colina con un enorme portón.
Víctor se detuvo frente a dicho portón y toco algo en su teléfono que hizo que este abriera.
- Bueno, ya hemos llegado Elizabeth. Bienvenida a mi casa. - informó saliendo del auto.
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La chica se mantuvo estática por un momento, observando la enorme mansión que el azabache decía tener por casa.
- Wow, es muy bonita. - no lo quería admitir, pero en serio este hombre tenía buen gusto.
- Lo sé, está de más que lo digas - canturreó. Haciendo que Beth se arrepintiera del cumplido que le dio.
Ambos se adentraron a la enorme casa.
Sin duda este hombre tiene un buen gusto - pensó la castaña.
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