"Lo que quiero a cambio"

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(Narra Elizabeth)

¿Saben que significa tener autocontrol?, se refiere a que una persona pueda tener la capacidad de control o dominio sobre sus emociones, pensamientos y deseos. Que en mi caso seria, resistirse como se pueda a algo o a alguien. Un maldito término que yo conozco muy bien, pero por no sé qué motivo, no lo pongo en práctica.

Me das vergüenza, Elizabeth Lou.

¿Qué clase de persona no se pudo resistir a una simple tentación, a un simple juego? Sí, definitivamente esa persona soy yo.

- No quiero ir, no quiero ir. Sí, definitivamente no voy a ir. - me repetía reiteradas veces al espejo, aguantando las constantes punzadas en mi espalda baja, observando con detenimiento todas las marcas de mordidas y chupetes que tenia, sobre todo en mi cuello.

No puedo ir mostrando todas estas marcas, seria aún más, el hazmerreír de la facultad, no, ¡DE TODA LA UNIVERSIDAD!, pero para mi lástima tengo que presentar varias pruebas.

Bueno, estuve con mi debate mental por un buen rato, hasta que me decidí por la mejor opción para mi situación.

Opté por vestirme con un suéter negro de cuello alto y un pantalón azul marino, algo rasgados en las rodillas y de último, mis tenis. Cabe recalcar, que me tuve que maquillar para cubrir el enrojecimiento que se notaba en mis muñecas y algunos chupetes que el suéter no alcanzaba a cubrir.

Sin más, tome todas mis cosas y me dirigí a la universidad. De alguna manera me las arreglé para terminar mis parciales con éxito y a las demás personas no les importó mucho el hecho de andar maquillada y con tal vestimenta.

No puedo creer todo lo que ese hombre me hizo y todo lo que YO hice, luego de que me llevara a mi casa no pude conciliar el sueño, con tan solo recordar todo eso. Y no lo niego, fue una de las mejores experiencias que he tenido, rayos.

El solo pensar en sus grandes manos sostener las mías con tanta firmeza, la manera en que me sostuvo con tanta rudeza, cada toque y cada palabra que formulaba en mi oído con su ronca voz, hace que me sienta excitada de nuevo.

- Hey Beth!!, ¿me estás escuchando? - me llamaba aquella cabellera negra, a lo cual me hizo sobresaltar un poco.

- ¿Eh?, ah sí, c-claro por supuesto - dije mostrando una nerviosa sonrisa.

- Bueno como te decía, es muy buena opción que hayas traído ese suéter con cuello de tortuga, ya que hoy hace mucho frío - me comentaba Ana.

- Si ¿verdad?, es que esta muy nublado y hace algo de frío - dije, tratando de seguir la conversación.

- ...Beth, estamos ha pleno medio día, esta haciendo un calor insoportable y tu estas sudando como loca. Y ni siquiera era eso de lo que te estaba hablando desde un principio. - dijo ella cruzándose de brazos con su ceño fruncido. Mierda, he sido pillada - A ver, ¿que te pasa?, desde está mañana noté que andas en las nubes.

- ¿Tanto así se me nota? - pregunte rascando mi nuca.

- Es demasiado obvio, explícate y nada de escusas. - sentenció Ana.

- Ok, bueno tu sabes...bueno no, tu no sabes. Aish... ¿recuerdas a Víctor Dorlam?.

- Claro, como olvidarlo. El galán y misterioso millonario del que hablaste hace unos días, ¿qué pasa con él?.

- Bueno ayer, cuando ninguno de ustedes tuvo clases, el envío un mensaje diciendo que mandaría ha uno de sus choferes a buscarme y pues... me llevo a su empresa. - explique algo nerviosa. - y p-pues al final, termine aceptando su propuesta.

Sumisión Consensuada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora