Redención; Min Yoongi [Segundo Libro de Extrema Obsesión] [TERMINADA] ✅

d i e z (10)

Este capítulo es por el cual han esperado tanto tiempo... huehuehue. 

Disfruten. 

Kim Namjoon

¡Yoongi! ¿Dónde estas? 

18:27p.m

En casa, preparando todo para mañana. Pretendo dormir en 1 hora, ¿por qué?

18:28p.m

¿¡Mañana?! ¿¡Mañana inicias con tu cargo en la clínica?!

18:29p.m 

Algo así, mañana sólo tendré una reunión con los directivos. Me darán un recorrido por la clínica, y luego me tendré que encerrar toda la tarde en mi nueva oficina, familiarizándome con la organización de la clínica.

18:30p.m

¡Llego en 15 a tu apartamento!

18:32p.m 

El humo de mi cena casi quemándose me regresa a este plano.

El mensaje de Namjoon me dejó verdaderamente confundido, y aún sigo dándole vueltas a su pronta visita. Aunque, puede que esté preocupado y espera que vaya a cometer alguna locura antes de asumir mi nuevo cargo.

La verdad es que las instrucciones de la doctora me ayudaron a calmarme mucho. Eso, en conjunto con la dosificación que estoy manejando en estos momentos, me siento controlado, casi adormilado.

Tanto, que si Namjoon no llega en los 15 minutos que afirmó en el mensaje de texto, probablemente me encuentre durmiendo en el sofá como una roca.

Miro el reloj que compré aquél día del almacén, mientras me siento a cenar temprano. La pastilla que me ayudará a dormir reposa junto a mi vaso de agua, y estoy tan aturdido, que luego de tomarla, entro en un pequeño colapso mental al no ser capaz de recordar si la tomé o no.

Cuando logro convencerme a mí mismo de que sí la tome, decido distraerme en mi teléfono mientras ceno y espero.

Sin poder acceder a las redes sociales, los teléfonos pierden mucho sentido, pero no puedo correr el riesgo de reabrir mis redes, y llamar la atención de todos a que, claramente, he vuelto. Lo puedo imaginar, una notificación del algoritmo como recomendación de amistad. Mi nombre, y mi usuario, igual a un infarto seguro para todos aquellos que reciban la recomendación. No me puedo arriesgar por esa atención.

Mucho menos la atención de ella.

Mi estado pasivo me permite sentirme tranquilo al pensarla, por ello, dejo que mi mente divague entre recuerdos lejanos con ella; antes su rostro estaba difuso para mí, así lo había deseado antes. Así forcé a mis recuerdos en los últimos 3 años para que no doliera; para que la culpa y el desprecio no me carcomieran. Me permití volver a pensar en ella de lleno en la consulta con la doctora Park.