d i e c i s i e t e (17)

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Min Yoongi POV

Sigo maldiciendo para mis adentros cuando llego al edificio de la compañía. La magnitud de la confusión densa que estoy padeciendo me hace sentir nauseas. Por el reojo veo como toda persona que pasa a mi lado hace esa reverencia respetuosa, pero no le hallo sentido a que continúen haciendo eso para mí.

Cuando estoy a punto de maldecir el nombre de Taemin, una sensación de alivio que no me debería estar permitiendo sentir, me ahoga. Es más que obvio que Sunghye no está con él.

No, la pequeña astuta quiere volver a calar en mi vida.

¿Por qué? ¿Dónde quedó la niña resentida de mis recuerdos? La chica orgullosa que pudo hacerme sentir la cruda desesperación de la lejanía con ella por un mes. ¿No se supone que ahora su venganza debería ser más dolorosa? ¿Más retorcida?

En eso, me golpea, ¿qué si esta es su venganza? Hacerme caer de nuevo, para luego arrebatarme el corazón de un tajo, como yo lo hice con ella.

No, no... Sunghye no es una chica con malicia.

Y su mirada de esta tarde, su forma de hablarme y buscar tocarme me da a entender a la perfección que ella no está tramando nada malo.

Más allá de abrumarme con ilusión e ideas que no merezco.

Así, cuando llego al piso superior, donde se supone mi abuelo me estaría esperando, me topo de lleno con la persona que menos deseo ver estos días.

—¿A dónde vas con tanta premura, primito? — la voz petulante de Taemin comienza a asquearme más de lo que debería. Él me recorre con la mirada, no siendo discreto con su sonrisa burlona—. Bonita camisa.

La necesidad vibrante de decirle todo lo que hablé con Sunghye esta tarde me ciega, al punto de embriagarme de la satisfacción de sólo imaginar su cara al saber que Sunghye sigue esperándome.

Sin embargo, la culpa también me carcome. Porque, ella no debía haber esperado. Tampoco debería estar esperando por una respuesta de mi parte. Y está mal que no la haya llamado aún para decirle que no espere. Que avance.

Pero mi lado egoísta, y que aún se altera por cada elemento que constituye la existencia de esa chica, tiene el control de mis decisiones ahora, así que, la idea de llamarla e insistir que debo apartarla está sepultada por los momentos.

Tomo una bocanada de aire, enfrentando a Taemin con la mirada. Ahogando la actitud sumisa de las últimas semanas.

—Vengo a buscar las llaves de mi antigua casa y de mi camioneta. Aprovechando que el abuelo no permitió que te deshicieras de ello —mascullo con una sonrisa falsa, caminando hasta la puerta de la oficina del abuelo.

—¿Estás seguro que estás lo suficientemente estable como para volver a manejar por tu cuenta, Yoongi? —infiere.

Esa pregunta en un Taemin del pasado me hubiera generado empatía y una calidez familiar interior. Pero de parte de este Taemin sólo me genera molestia.

Siquiera le doy la potestad de dirigirle la palabra, sólo arrugo mi nariz, en una mueca despectiva. Y cuando lo siento dar un par de pasos ahogados por la alfombra de la recepción, me giro para al menos golpearlo con un poco de mi nueva decisión de retomar mi vida.

—Por cierto, planeo pasar más tiempo con Yui. Comenzando por hoy —él alza una ceja, retándome a seguir —. Se quedará esta noche conmigo. Ella ya me lo pidió. Saldremos en un par de horas para ir acondicionando la habitación extra de mi apartamento para ella.

—¿Y con cuál potestad legal crees que puedes tomar esa decisión, Yoongi? — sisea, girándose sobre sus talones, buscando la manera de verse amenazador.

Redención; Min Yoongi [Segundo Libro de Extrema Obsesión] [TERMINADA] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora