d i e c i n u e v e (19)

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Min Yoongi POV

WARNING: Paras las que son sensibles o delicadas con la sangre, aquí hago mención de heridas, sangre y agujas. 




Taemin tiene toda la mañana con su mirada clavada en mí. ¿Por qué a mi abuelo se le ocurrió que un desayuno familiar era la mejor idea del mundo? Me siento como en una especie de cuadro renacentista, pintando por alguno de los tres grandes genios de la pintura del cinquecento: Leonardo, Rafael, o Miguel Ángel. Donde todas las líneas de fuga estarían marcadas hacia mí, dejando tácito que moriría pronto.

Se envenenado, o empujado por las escaleras de la mansión Min, Taemin se notaba estaba entramando su plan de asesinato.

Más ahora que se había enterado de parte de Yui que Sunghye ya había ido a mi casa. Aunque sólo estuvo como unos 10 minutos, y prácticamente escapó de mi apartamento, con Yui en brazos, estuvo. Existió en un espacio con aprobado por Taemin.

Así, llevando la copa con jugo de naranja a mis labios, intento ocultar una sonrisa.

—¿Cómo van las cosas en la clínica, Yoongi?

Mi tío me hace apartar la mirada, de las navajas que lleva por ojos Taemin. Él está con su atención dividida entre la Tablet que tiene frente a él, y la pregunta que acaba de hacerme.

—Comenzando a cobrar forma, tío. Pero, debo repensar muchos aspectos de la clínica que no se han estado llevando bien— aclaro, tomando un poco de arroz y verduras de mi plato—. No me agrada que se le de prioridad a inversionistas o benefactores. Todos los pacientes deben ser tratados con el mismo cuidado. Hay que hacer garante el juramento hipocrático en nuestra clínica.

Eso lo hizo mirarme por encima de sus ojos, alzando una ceja.

—¿Te refieres al comunicado que le solicité a Taemin, enviara en su nombre? — aclara sin más.

Miro a Taemin, confundido. ¿Él no había escrito ese comunicado? ¿Lo envió de esa manera por demanda de nuestro tío? Taemin baja su mirada, huyendo de la mía, no permitiéndome hallar las respuestas.

—Supongo— dudo, sin dejar de mirar hacia el complejo individuo de mi primo—. El adjunto de emergencia me dijo que había una ordenanza que dictaminaba que la prioridad en la emergencia debía dársele a pacientes con potencial de benefactores. Pero, afirmó que Taemin lo había enviado semanas antes de que yo asumiera el cargo.

Mi tío se encoge de hombros, bebiendo de su té de hiervas con lentitud.

—Lo escribí yo. Necesitamos dinero, Yoongi— da otro sorbo a su té, sin mirarme—. El área hospitalaria puede dar mucho dinero, si se juega con las fichas correctas. Así que, no tengo interés en que cambies esa dinámica.

Mi sangre hierve, y mis manos se vuelven puños sobre la mesa. Mi abuelo nota mi gesto, a lo que se limita a colocar su mano sobre la mía.

—¿Y qué hago con los pacientes? — fuerzo a decir.

Vuelve a encogerse de hombros, importándole menos.

—Por algo un doctor tan ilustre como mi sobrino es el nuevo encargado— la sonrisa cargada de malicia que hace, retuerce en mí—. Te toca a ti figurar qué harás con nuestras obras de caridad.

Ya veo, Taemin no había cambiado hacia una personalidad que no reconocía. Él había evolucionado a ser una copia desalmada y más joven de mi tío. ¿Cuánto más habrá corrompido en su alma? ¿Será que todas esas decisiones dañinas que tomó, incluyendo a Sunghye, fueron por impulsos de mi tío?

Redención; Min Yoongi [Segundo Libro de Extrema Obsesión] [TERMINADA] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora