Narra Luciana//
La veo conducir con una seguridad envidiable implícita en su rostro, parece totalmente decidida a terminar con todo el problema de una vez por todas... Como si estuviera dispuesta a declararle la guerra a todo el universo sin titubear solo por conseguir liberarse de todo lo malo que hay en su vida. Debo decir que me causa un enorme conflicto no estar tan segura como ella, antes fui la más segura de las dos y ahora los papeles se invirtieron, está vez soy yo la que está asustada por lo que el futuro pueda traernos y ella está dispuesta a luchar valientemente... Es un poco confuso, aunque tampoco desearía que la Angy asustadiza regresará, la prefiero valiente y libre antes que asustada y reprimida.
¿Has pensado que vamos a decirle? -pregunto la castaña con la vista fija en el caminó-
No lo sé... ¿Que puedo decirle que no le haya dicho antes? -suspire- pensé que ya lo había entendido...
Es difícil entender por qué te rompen el corazón, Lucy -afirmo- la entiendo... Un día estabas enamorada de ella y al otro simplemente dejaste de hacerlo, te fuiste a los brazos de otra mujer y la dejaste sola lidiando con su corazón roto... Es fácil volverse amargada, querer destrozar la felicidad de los demás solo por qué tu no eres feliz y pensar en venganza... No digo que este actuando de forma correcta, pero me parece que entiendo lo que siente
Estoy preocupada... No quiero que esto resulte mal otra vez -afirme-
No te preocupes, estaremos juntas pase lo que pase -me miro efimeramente con una sonrisa-
El resto del caminó me encargue de pensar exactamente que voy a decirle a Charlotte cuando la vea, la verdad es que jamás pensé que ella podría ser un problema... Sé que no es mala, pero está herida y eso hace que sea un gran problema, tal vez si hablo con ella y le explicó cuidadosamente todo lo que ocurrió, ella pueda perdonarme y acabar de una vez por todas con esto. Finalmente llegamos a nuestro destino, baje del auto seguida por Angy y los plantamos frente al comunicador, lo toque y no tarde en recibir respuesta.
¿Quién es? -hablo-
Hola, Lottie... Somos Luciana y Angélica -dije nerviosa-
¿Que hacen aquí? -pregunto seria-
Queremos hablar contigo, Charlotte... Sabemos sobre tu relación con Isabella y lo que hiciste para reabrir el caso -declaro la castaña a mi lado-
No tengo nada que hablar contigo, Angélica, lo que quieras hablar sobre Bella lo tendrás que hablar en el juzgado -afirmo-
Entonces habla conmigo -dije- déjame entrar y... arreglemos las cosas
Bien, puedes entrar -de inmediato se abrió la puerta-
Lamento esto -suspire-
No te preocupes, ve y habla con ella... Ten muy cuidado, Lucy -me beso efimeramente-
Lo tendré -afirme tratando de transmitirle calma-
Te amo... -sonrio-
Y yo a ti -le sonreí de vuelta-
Sin más entre al edificio, no me detuve mucho a pensar en nada por qué realmente sé que entraré en pánico y eso es lo que menos necesito ahorita; subí hasta el segundo piso y la castaña ya estaba afuera de su departamento, me observo y pude sentir su melancolía y dolor por verme.
Hola... -dije seria-
Entra -sin más se dio la vuelta y entro en el lugar, yo entré detrás de ella- ¿Que necesitas, Luciana?
¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué meterte en algo que no te concierne? -pregunte-
Bella es mi amiga desde hace muchos años... Angélica solo es la perra que me quitó a mi novia y tú eres la maldita que me rompió el corazón -respondio-
Creo que te lo estas tomando como algo personal y no lo es, Charlotte... -suspire- mi memoria regresó y con ella regresó el amor que sentía por Angélica... Jamás quisimos hacerte daño
¡Ella se fue! -grito- ¡Se fue durante mucho tiempo! ¡Rechazó tu propuesta de matrimonio y aún así no me permitiste luchar por ti! Ella si merece tu amor y tu comprensión apesar de todo lo malo que te pueda hacer -sollozo- pero yo que cuide de ti, que te entregué lo mejor de mi y que trate de ser buena para ti ¿No me lo merezco?
¡Entiende! ¡No es por ti, Charlotte! -grite frustrada- la quiero a ella y no puedo hacer nada para cambiarlo, ni siquiera perder la memoria logro que yo dejara de quererla... Lamento mucho si te hice daño o si te hice pensar que tu esfuerzo no valía la pena por qué de verdad estoy agradecida por todo lo que hiciste por mí... Te agradezco que hayas cuidado de mi con tanto esmeró y que me hayas amado apesar de todo... Siempre serás importante para mí, pero no puedo darte lo que me estás exigiendo... Lo lamento -la mire entristecida-
Al menos... ¿Si estabas enamorada de mi? -pregunto entre lágrimas-
Claro -sonrei ligeramente-
El silencio se extendió entre nosotras, ella no dejaba de llorar y yo me sentí culpable... Lo cierto es que esto es culpa mía, no hubiera pasado si yo no la hubiera ilusionado, aunque supongo que al final yo no sabía que mi memoria volvería y esperaba poder hacer mi vida normal con ella.
El juicio no es contra ti o Angélica -afirmo- ni para reducir la condena de Isabella, es solo que ella dice que hay más culpables en esto y la única que está en la cárcel es ella...
¿Hablas de Gildha y Antonella? -asintio- pero Antonella nos ayudó al final y encontraron a Gildha atada y agonizante en la habitación de un departamento... Isabella asesino a Zaira, a Vincent y me costó la memoria...
Antonella fue parte de el secuestro de Zaira y también retuvo a Gildha, ademas ella también estuvo incluida em la mayor parte del plan... Estoy al tanto de todo, Luciana -afirmo-
¿Entonces que planean hacer? -pregunte-
Antonella tiene que pagar por las cosas que fueron su culpa y te sugiero que no traten de hacer nada para ayudarla o podemos alegar que la están encubriendo -dijo seria-
Bien... entonces... ¿Todo está bien entre nosotras? -dije torpemente-
Si, no te preocupes -suspiro- realmente esto no era por nosotras... Solo quiero que Bella este tranquila ahí adentro
De acuerdo -le sonreí levemente antes de salir del departamento-
Por alguna razón sé que ahí no acabo este problema... Espero equivocarme.
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Más Allá
RomanceLo encontraré aunque deba ir más allá de lo que fui antes. [Tercera parte de Trilogía Otras Vidas] Primera parte: A Tu Lado. Segunda parte: Siempre Tú. Después de perder al amor de mi vida no me quedo más que aprender a vivir sin ella; me rendí dura...