Reencuentros

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Estás mintiendo -afirme-

No, sabes que no lo hago -dijo con tranquilidad- he estado trabajando durante años en ti... Todo por el objetivo de tener tu preciosa y bondadosa alma corrompida y solo para mi... -suspiro- no tienes idea de lo mucho que deseaba que llegará este momento

Estás loca si crees que permitiremos que le hagas algo -dijo Max poniéndose frente a mi de forma protectora-

¿De verdad crees que eres rival para mí? -pregunto la pelinegra con gesto aburrido, pero el chico no se mostró amedrentado- 

No dejaremos que la dañes -afirmo Vincent-

Tú ni siquiera estás vivo en realidad, ¿Como pretendes ganarme? -enarco una ceja-

Lo intentaré -me observo efimeramente- se lo debo a ella y a la memoria de Carolina...

Bien, entonces lo haremos a su manera -sonrio ligeramente-

Zafira de nuevo hizo un movimiento y frente a nosotros aparecieron dos chicas, una es muy joven y tiene cabello castaño, la otra es rubia y trae entre sus brazos a un pequeño bebé envuelto en una manta amarilla. De pronto Max corrió hacia la mujer rubia y al tratar de tocarla fue como si solo tocará nada.

¿¡Que mierda es esto!? -grito el destrozado pelinegro-

Es tu esposa, ¿No la reconoces? -pregunto Zafira con un toque de malicia-

El pelinegro corrió hasta ella y la tomo del cabello con fuerza sin que ella se moviera ni un poco.

¡No sé a qué estás jugando, pero deja de hacerlo, perra! -grito-

No estoy jugando, pensé que sería interesante traer a todas las personas que están involucradas en esto... -sonrio un poco- empezando con Verónica y tu dulce esposa, Marie -señalo a las dos chicas, ambas se movieron, la castaña hacia Vincent y la rubia hacia Max-

Fue tu culpa -dijo la rubia mirando con despreció a Max quién ya había soltado a Zafira y parecía querer mantenerse lejos de su esposa- por tu culpa estamos muertos...

Trate de salvarlos -sollozo- sabes que hice todo lo que pude...

No, nos dejaste morir -afirmo- jamás te voy a perdonar...

Vincent... -susurro la castaña una vez estuvo frente a él, levanto una de sus manos para tocarlo, pero al final no lo hizo por qué él se alejo-

No es real -afirmo serio- no voy a caer en esto... No puedes usarla en mi contra -miro a Zafira con molestia-

Volteé hacia Max, el pelinegro está sobre el suelo totalmente destrozado por ver a su esposa y a su bebé.

Max... -susurre antes de acercarme a el, tome una de sus manos y la apreté un poco- ella solo quiere herirte, no dejes que ella gane... Házlo por ellos -ambos volteamos hacia la chica que está a nuestro lado y nos mira con seriedad-

Eres ridícula, Angélica -afirmo la pelinegra- lo único que el quiere es irse con ella... No desea nada más que eso, ¿No es así, Max?

El pelinegro sollozo con fuerza alejándose de mi para recluirse en un extremo de la habitación con la rubia siendo su sombra.

Sigamos trayendo a nuestros invitados, ¿Quieren? -sonrio con malicia-

Esta vez aparecieron dos personas, Zaira e Isabella, ambas me miraron de inmediato y me sentí asustada al ver a la última... Aunque un poco feliz por ver a Zaira.

¿No está feliz de verme, Angy? -pregunto Bella mientras caminaba hacia mi-

¡Aléjate de ella! -grito Zaira antes de plantarse frente a mi evitando que la castaña se me acercara-

Zaira... -susurro Vincent luciendo mucho más afectado por la rubia que por su ex novia apesar de que en realidad son la misma-

Zafira de nuevo hizo otro movimiento y está vez apareció Nicole, la pelinegra fue directo a Vincent mientras el pelinegro lucía cada vez más afectado por la presencia de las tres versiones de mi amiga.

¡Que bello! -afirmo Zafira- las tres versiones juntas... Es todo un espectáculo, ¿No crees, Vinny? -sonrio-

¿Por qué nos hiciste esto? -pregontaron las tres mirando a el pelinegro- ¿Por qué nos lastimaste?

Fue tu culpa que yo haya muerto... -dijo Verónica-

¡No! ¡Eso no es cierto! -grito el pelinegro-

Jamás me amaste apesar de todo lo que hice por ti... -dijo Zaira sin dejar de protegerme de Isabella-  

Te amaba... Siempre lo hice, pero no me di cuenta -afirmo-

Me destrozaste el corazón, es tu culpa que esté rota... Jamás voy a poder sanar -declaro Nicole con la tristeza impresa en sus rasgos- ¿Por qué no fuimos suficientes para ti? -pregunto- ¿Por qué nos rompiste?

¡No quería hacerlo! -dijo dejando salir las primeras lágrimas-

¡No mereces nuestro amor! -dijo la rubia frente a mi-

¡Te odiamos! -grito Verónica-

¡No! -grito desplomandose sobre el suelo- ¡No pueden odiarme! -sollozo con fuerza- ¡Yo las amo!

¡Te odiamos! -esta vez lo gritaron todas juntas-


Las tres caminaron hacia él y lo acorralaron mientras seguían repitiendo lo mucho que lo odian, él se veía más y más afectado con cada vez que esas palabras salían de sus bocas. Cuando volví a prestar atención a mi alrededor Isabella se había ido, pero esta vez tenía a Carolina y a Luciana frente a mi, retrocedí instintivamente al verlas y me sentí triste por solo ver a mi linda pelirroja... Pero opte por resisitir la tormenta que vendría.

Jamás estuviste enamorada de mi, ¿No es cierto? -pregunto la pelirroja-

Aún te amo -afirme- lo haré cada día de mi vida...

¿Y ella que significa? -observo a Lucy-

Ella no me ama -declaro la pelinegra-

Mienten -dije seria- las amo a las dos, aunque mi amor por ambas sea diferente...

Por tu culpa estoy muerta, eso no es amor -dijo Carolina clavando un poco más la daga que siempre ha estado en mi corazón- si no hubieras sido una estúpida yo estaría viva... Mis hermanas lo sabían y yo también

La mataste -afirmo Luciana-

Fue culpa tuya -dijo Nicole dejando de lado a Vincent-

Ella está muerta por tu culpa -dijo Zaira-

¡La culpa es tuya! -gritaron las cuatro juntas-

¡No! ¡No fue culpa mía! -dije tratando de mantenerme fuerte-

Lo fue... lo sabes -declaro Carol- por eso debes pagar...

En un segundo la tenía frente a mi, me miro con furia antes de apretar sus manos en torno a mi cuello.

¡Mátala! -grito Luciana- ¡No merece estar viva!

Mis ojos se llenaron de lágrimas que fueron derramadas un segundo después, pero no luche... No por que no quisiera, sino por qué no podía luchar... No contra ella.

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