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[AJ]

Sabía que era de día, pero no quería levantarme. Había dormido unas pocas horas y quería seguir durmiendo, la almohada y las sábanas eran mis mejores amigas en ese momento y me a susurraban al oído "Qué importa si el señor Zee hace un alboroto por el espectáculo del supermercado, tu duerme, joven maestro Jutamas".

Abrí los ojos una vez el pensamiento cruzó mi mente cómo rayo.

A la mierda, Earth merecía más que una herida en su frente...

Tomé mi teléfono y ví la hora: 10:37...

Si mis cuentas no me fallaban, había dormido unas ocho o nueve horas, unos minutos más, unos minutos menos, que importaba, hoy era sábado.

Giré mi rostro hacia el otro lado, esperando observar la espalda de Khaotung, pero no fue quien me dió la bienvenida... La respiración pausada y tranquila de Khao, junto a sus mejillas levemente sonrosadas y sus preciosas pestañas largas y brillantes, hacian que se viese cómo la persona más adoradable del mundo.

Sus labios estaban un poco entre abiertos y se veían un poco rojos, debía ser por el frío del aire acondicionado.

Me removí para quitarme de encima las sábanas e ir a bañarme, ya después despertaría al invitado... Lo intenté, pero me percaté de cierta situación.

Khao tenía una pierna fuera de las sábanas y esta misma, se encontraba sobre mi pierna...

Reí un poco y traté de ser lo más delicado (si es que podía) al mover la extremidad, pero como si fuese un chicle, la pierna volvió a su lugar luego de que su propietario se revolviera un poco en la cama.

Venga, Khao, uno aquí negándose a las oportunidades y tú sigues de impertinente.

Tomé con firmeza la rodilla del representante estudiantil y un tanto brusco enterré mis uñas en su piel blanca.

Poco a poco, se removió sobre las sábanas y sobó sus pequeños ojos.

—AJ, creo que hay mosquitos en tu cuarto...— sin prestar atención a la parte que era agredida por mis uñas, dió un manotazo y golpeó mi mano.

Al sentir que no era un insecto lo que había golpeado, miró hacia la zona y vió que era yo quién ejercía sobre su rodilla.

—Mierda, Chayapol.— proporcionó un golpe a mi codo.

—No me golpees, duele.— me queje.

—Eres un descarado, tu eres quien me lastima, estás arañandome.— me miró cómo furia.

—Yo quise quitar tu pierna y no me dejaste, eres un goloso.— dejé de enterrar mis uñas en su pierna, pero no la solté.

Sus mejillas se colorearon de rosa cuando acabé mi frase y tapó mi rostro con sus manos.

—¡Quita tus manos, quitalas!

—Literalmente, tengo una mano...— tome sus palmas con mi otra extremidad y las quité de mi cara.

No me dijo nada, sólo se quedó en silencio mientras me dedicaba una mirada matadora.

—AJ...

—Dígame, señorito...

—Bésame.

Podría jurar que una corriente pasó desde mis pies hasta el último de mis cabellos, pestañee varias veces y solté lentamente la pierna de Khaotung.

Este, deslizó su extremidad muy lentamente y la ocultó bajo las sábanas... Sin quitarme la vista de encima.

—Hazlo.— habló de nuevo.

Dictando Estupideces | AJxKhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora