No Apto Para Parejas Normales 2

Capítulo 49

JENNA

Hoy era mi aniversario número seis con Anthon, y estaba muy emocionada, ya que le tengo una pequeña sorpresa a Anthon, le compré la saga de los libros en físico de Harry Potter, una imitación de la varita de saúco, una pequeña piedra con la imagen de las reliquias de la muerte como en la película y una bufanda de Gryffindor tejido por mí misma, vi tutoriales de como tejer, y no está tan mal. La intención es lo que cuenta, eso dicen.

Su padre podría haberle comprado la saga completa si Anthon se lo pidiera pero Anthon no aceptó ya que quería trabajar y ganarse esos libros por él mismo, -él me lo había contado hace unos años antes-, lo cual amo de él, que es muy independiente, sonreí.

Metí todo en una caja negra con figuras o frases pintadas en blanco que representaban en la saga, y me quedó bastante bien, me sentía orgullosa de mi trabajo.

En la mañana, nos felicitamos, desayunamos y fuimos a trabajar, en la noche haríamos una cena en casa, con pizza y películas, tal vez no era lo más romántico para un aniversario número seis, pero nos gustaba lo sencillo y tranquilo.

Cuando mi paciente se fue, tomé mi teléfono, y lo llamé, cuando Anthon me atendió acomodada el teléfono para verme.

-¡Holaaa! ¡¿Cómo estás mi alíen?!-Dice con entusiasmo-, ¿Pasó algo?

-Bueno, lo que pasa es que ya pasaste por mi mente unas sesenta y nueve veces.

Diosito: ¡JENNA YA DEJÓ DE SER INOCENTE! ¡REPITO! ¡JENNA DEJÓ DE SER INOCENTE!

Mi ángel de la guarda empacando sus cosas en una maleta: Eso no es nuevo, chau *Se va*

Amthon se sonrojó.

Y ver a mi novio sonrojado me da diez años de vida.

-¿Mucho trabajo?-Le pregunté.

-No, pronto tendré otro trabajo, ya muero por llegar a casa.

-Y yo, te amo.

-Y yo a ti también te amo-Besó la cámara, haciéndome sonreír como una tonta-. Oye, ¿De qué museo te escapaste?, por que te vi y pensé que eras una jodida obra de arte.

¡Oh Dios mío!

Me cubrí la cara, él se rió, y sentía mis mejillas arder.

-¡Anthon! ¡Ven por favor!-Escuché que lo llamaban.

-Tengo que irme, ten un hermoso día, como yo claro-Se señaló.

Me reí nuevamente.

-Sí, lo tendré, te amo, ten un buen día.

-Te amo, tú igual ten un buen día.

Colgué la llamada.

(...)

Ya en la tarde, a esos de las ocho de la noche, volvimos a casa, él puso la caja de pizzas en la mesa de centro y yo me encargue de poner la película.

-Voy por tu regalo-Le avisé.

-Sabes que no debiste hacerlo-Él se sentó en el sofá y me miró.

-No importa... Iré por él.

Le di un beso y literalmente corrí al cuarto, tomé la caja, cuando voy a la sala, Anthon estaba sirviendo la comida

-No pienses que no tengo nada para ti eh-Dice Anthon con una sonrisa.

-Lo supuse. Abre el mío-Le extendí la caja.

-Espero que no sea un plátano de plástico.

Me reí, me acordé lo de mi cumpleaños.

Él la abrió, tomó primero la bufanda.

-¿Lo hiciste tú?-Me miró sorprendido y mostrando la bufanda.

-Sí, sé que no es tan perfecto pero hice el intento.

Él me miró enternecido.

-Me encanta-Me dio un pequeño beso en los labios, se puso la bufanda y se veía tan tierno-. Con tal de que lo hayas hecho tú misma, lo hace aún más especial.

-Dios, muero de amor, sigue, hay más-Aplaudí como una niña.

Sacó la varita y me miró boquiabierto.

-¡No!-Dice sin creerlo-, ¡No! ¡Oh no lo creo! ¡Es la varita de saúco! ¡Pensé que se había agotado! ¡¿Cómo lo conseguiste?!

-Pues, mi tío es carpintero, le mostré una foto de la varita y lo hizo.

-¡Oh vaya! gracias...-Buscó hasta toparse con una cajita, lo abrió y era la piedra de las reliquias de la muerte-, ¡No puede seeeer!

Me reí sin poder evitarlo, Anthon es como niño pequeño muy entusiasmado y emocionado cuando abre regalos.

-Hay algo más-Le dije.

-Creo que no podré más con tanto.

-Solo hazlo.

Sacó los libros que estaban unidos en un enorme lazo, y me miró otra vez.

Tragó saliva.

-Jenna...-Se le cortó la voz, aún viendo los libros.

-Yo, quise regalarte la saga, Luis me contó que un día tuviste el dinero suficiente para comprarte todos los libros, pero dijiste que no lo harías porque el dinero seria parte del pago de la casa, de nuestra-Me miró, tomé su mano-, le pediste que no me dijera nada, y quise compensarlo, Anthon.

-Gracias.

-De nada.

Él me abrazó.

-No debiste.

-Solo aceptalo y ya.

Él se rió, se separó un poco de mí para verme.

-Yo te tengo una sorpresa.

-Oh no.

-Oh sí.

Me tomó de la mano, bajamos al sótano, me cubrió los ojos.

-¿Puedo saber por lo menos una pista?

-No.

-Anda, solo uno.

-Chu chuu.

Fruncí el ceño.

Él dejó de cubrirme los ojos.

Había una mesa grande, con vías de tren, montañas, muchas cosas más, y había un tren moviéndose.

-No puede ser-Susurré.

-¡Sorpresa!-Dice él, dándome un abrazo.

-Anthon...

-¡Feliz aniversario número seis!-Me dio el control.

-¿Cómo es que...?

-Hace unos años me dijiste que tu sueño era comprarte un tren de juguete, que lo querías desde pequeña pero lo querías comprar tú misma, y bueno, quise hacerlo yo.

-Es... Perfecto, es tal como lo imaginé, incluso mejor.

-¿Vas a llorar?

-No...

Me miró, alzando las cejas.

-Bueno, sí, es que me encanta-Mi voz tembló sin poder evitarlo.

-Él modelo de tren que tú querías estaban realmente caro aquí, así que le pedí a mi papá que me los comprara en Estados Unidos porque él me comentó de que estaban más baratos allá, fue de viaje, y cuando me lo trajo, yo se lo pagué, fue difícil al principio para que él aceptara porque ese hombre es un terco y me dijo que no quería aceptar el dinero, pero pude convencerlo para que lo aceptara.

Me reí, le di beso en la mejilla, en donde estaba su hoyuelo, él sonrió, marcándolos y me volvió abrazar. Después de un rato se separó de mí, sacó la varita que le regalé.

-¡Alohomora!-Apuntó la varita hacia mis piernas, las abrí y puse cara de sorpendida, llevé mis manos a mis mejillas, Anthon se rió-, hoy haremos el delicioso.

Hizo que me subiera a él, salté, él me sostuvo y empezó a besarme con entusiasmo.