29 | Fantasma

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Auden

Patrick y yo tuvimos que arreglar toda su casa, desde las manchas de cerveza en la alfombra hasta los vidrios rotos. No fue una tarea fácil ni mucho menos rápida. Lo último que quería era pasar todo mi primer día del año fregando y limpiando. Honestamente solo me ofrecí con la esperanza de sacarle toda la sopa respecto a ayer. Sé de buena fuente, o como se le pueda llamar a Tommy, que estuvo con Becca por mucho tiempo. Sin embargo, el muy idiota tiene lagunas mentales y no recuerda nada. Así que terminé sabiendo lo mismo y con muchas tareas domésticas que terminar antes del anochecer. El olor a cloro sigue molestándome en la nariz.

Voy corriendo a la puerta cuando el timbre suena. Carol está del otro lado y al verme me saluda con un beso, la abrazo después. Sé que nos vimos hace unas horas, pero ya la extrañaba.

—Mis papás te desean un feliz año —me dice, a la vez que deja su bolso en el sillón—. ¿Ya está la cena o puedo ayudar en algo?

—Mi mamá sigue en la cocina. Puedes ir a preguntarle —ofrezco, ya que no tengo ni idea.

—¿Dónde está tu papá? ¿Y Max? —pregunta dubitativa. No me agrada para nada que lo haga, aunque lamentablemente es normal con él viviendo aquí.

—Mi papá se está cambiando. Max está en su cuarto. —Estoy tentado a mencionar que Diana está con él; sin embargo, no tiene sentido que intente hacerlo quedar mal, se encerraron ahí para pelear después de todo.

—Iré con tu mamá, tú necesitas darte una ducha —nota. Es fácil darse cuenta cuando sigo trayendo la ropa de anoche, solo que no tan pulcra como entonces. Doy media vuelta para hacerle caso.

~°~°~°~

Max

De verdad que soy un imbécil. Diana vino a darle un cierre a todo esto. Empezó hablando con la razón, pero terminamos gritándonos el uno al otro. Luego, Dios sabe cómo, pasamos de insultarnos a meternos en la cama. Ahora mismo estamos aquí, acostados viendo el techo, ignorando la presencia del otro.

¿Qué mierda está mal conmigo? Sigo repitiéndome que quiero dejarla y al momento de la verdad no me lo pienso dos veces para tener sexo con ella. Y la verdad es que muy en el fondo sé que es justo el sexo lo que no quiero que termine. Lo disfruto demasiado y, por muy tóxico que parezca, sé que ella también.

Su teléfono suena. La veo de reojo levantarse y tomar su bolsa del suelo para buscarlo.

—Chloe ya viene —anuncia, saliendo de la cama. Comienza a vestirse y me levanto para hacer lo mismo.

Aún tenemos mucho que decir, que aclarar, pero tal parece que hoy no será el día.

~°~°~°~

Carol

Estoy ayudando en la cocina cuando mi celular suena con una llamada. Es Emma. Contesto antes de que se corte.

—¡Derlin! ¡Creí que ya habías muerto! ¿Por qué desapareces tanto tiempo? —la recrimino.

—He muerto de cansancio. Anoche fue una locura. Quería llamar desde la mañana, pero mi teléfono murió. ¿Estás ocupada?

—Nunca para ti.

—Respuesta correcta —dice. No la veo, mas sé que sonríe.

Emma y yo no habíamos sabido nada la una de la otra desde la última vez que vino. Nos ponemos un poco al día mientras continúo ayudándole a la señora Kingsley. No me doy cuenta de cuando Max y Diana ya están en el comedor, ayudando a poner la mesa.

Sin vuelta atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora