Capítulo veintidos

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-No fastidies... -dice Dani con tono de fastidio a lo que toda la clase se queda en silencio.

Yo no quiero ir con él a Washington, y está claro que él conmigo tampoco, pero quiero ir y no voy a dejar que él me lo estropease.

-¿Pero a ti qué coño te pasa? -pregunto elevando el tono de voz olvidándome completamente de donde estoy -Vamos a ir, asúmelo.

-Señorita Millán, entiendo su "alegría" y a nadie más que a mi le gusta decir palabras obscenas, pero por favor, no en mi clase -dice el señor Griffin haciendo que la clase se ría. Mientras Dani y yo nos lanzamos miradas que si matasen, esto habría habido una masacre.

-Venid los dos al finalizar las clases y hablaremos del viaje -suena el timbre -Esto es todo por hoy. Clara, por favor, modera tu lenguaje y Dani, no enfade a la señorita Clara -comenta en su tono siempre chistoso.

Griffin es muy buena persona y buen profesor, así que al menos compartiré este viaje con alguien que con quien si merece la pena pasar mi tiempo.


El día transcurre entre felicitaciones de mis amigos y compañeros de clases hasta que terminan las clases, lo que significa que empieza el fin de semana, que mañana me voy de fiesta y que el lunes me voy a Washington.

-Bueno chicos, el lunes a las nueve de la mañana cogemos un vuelo a Washington y llegaremos ahí para comer, comeremos en el hotel, veremos la ciudad y por la noche estamos invitados a una cena con alumnos y profesores de otros institutos que también acudirán a las clases pre universitarias. El martes empezaremos desde temprano e iremos a la facultad de medicina, el miércoles ingeniería, el jueves veterinaria, el viernes psicología, el sábado volveremos a Berwyn ¿entendido? -explica Griffin -¿Todo entendido?

Los dos asentimos.

-Ya he llamado antes a vuestros padres y están al tanto de todo. Enhorabuena chicos.

-Vaya, que ganas tengo -digo ya casi fuera del despacho de Griffin.

-Sí, unas ganas locas -responde Dani sarcástico.

Pas de él durante nuestra caminata hacia el exterior del edificio, él incluso va unos metros delante mío, yo no paro de pensar en la suerte que hemos tenido. A lo que salgo de mis pensamientos ya estamos fuera, yo estoy parada frente a la puerta del instituto, Dani va unos metros por delante de mí cogido de la cintura de una rubia ¿Quién es?


-Enhorabuena cariño -gritan mis padres al unísono cuando cruzo la puerta de casa.

-Estamos muy orgullosos de ti -dice mi padre besándome la frente.

-Gracias, estoy muy contenta -digo -Avisadme para cenar, voy a empezar con la maleta.

Son las cinco de la tarde cuando suena el timbre, yo no espero visita por lo que me extraña - ¡Voy yo! -grito.

-¿Luce? ¿Qué haces aquí? -pregunto a la rubia cuando le abro la puerta.

-Tú y yo tenemos algo pendiente -dice guiñando un ojo a mi madre que está detrás mío.

-Mamá ¿Qué es esto? -pregunto volviéndome hacia atrás para tener mejor visión de mi madre.

-Lo organizamos juntas -ríe mi madre -Las compras y todo eso -termina de explicar -Toma y fúndela -dice extendiéndome una tarjeta de crédito.

-Las madres normales no dan tarjetas de crédito a sus hijas adolescentes para que se las "fundan" -digo a modo de reproche.

-Hay 500$, Luce encárgate de que se arregle el pelo y se compre algo de ropa -indica mi madre -Y algo bonito para la fiesta de mañana-

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