🧸 [ 4 ~ Cachivaches ] 🧸

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I love you when you're singing that song

And I got a lump in my throat

'Cause you're gonna sing the words wrong

I just wanna, I just wanna know

If you're gonna, if you're gonna stay

[ Vance Joy, Riptide ]

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Cuesta abajo, el sonido de las olas es más potente. El aire húmedo me refresca la piel a través de mis rizos y mi playera. En días así, te gusta recostarte sobre las rocas y dejarle al viento la tarea de secar tu cabello mientras tú te entretienes con los cangrejos ermitaños que te encuentran en su camino.

Por desgracia, la esperanza de volver a contemplarte se hace cada vez más pequeña. Ya ni siquiera pretendo dejar otra porción de dangos, únicamente bajé a la playa para recoger los que dejé ayer antes de que suba la marea.

Pero se me escapa el aliento al llegar a la orilla. La caja no está ahí.

Abro la boca. ¡La caja no está ahí!

Doy un paso hacia delante, mi corazón galopando fuertemente y tu nombre en la punta de mi lengua. Sin embargo, las últimas reservas de lógica me hacen parar en seco: Puede que las gaviotas o las olas hayan arrojado la caja al mar. Tan sencillo como eso.

¿Y si en realidad estoy loco y tú solo fuiste una ilusión? Tiene sentido, ¿pues qué adulto cuerdo me creería si le digo que me hice amigo de un tritón? Y en todo caso, ¿este mundo merece la existencia de una criatura tan maravillosa como tú?

Me río por lo ridículo de mis pensamientos, y aun así, estoy acercándome para comprobar si estás ahí.

Como el oleaje de hoy es más turbio, el agua me cubre rápidamente hasta el cuello y mis pies se hunden cada vez más en la arena hasta que alcanzo la roca. Uno de sus picos traspasa la piel de mi palma, pero mi quejido se esfuma al percatarme de la cola negra que sobresale del otro lado, marcando curvas en el agua.

El corazón se me va a la garganta. Cuando grito tu nombre, el azul metálico se extiende por toda tu aleta.

—¡Itachi! —repito exaltado, rodeando la roca a prisa y sujetándome firmemente de ella—. ¡Oye, Ita!

¡Por fin te encuentro!

Doy dos o tres parpadeos para verificar. Estás ahí, la mitad de tu cuerpo sumergida bajo el agua mientras me observas con las mejillas infladas.

El palillo que sostienes todavía tiene incrustada la última bolita verde; la caja vacía está flotando frente a ti.

—Hola — saludas, casual.

—¿Qué estás haciendo? — articulo cuando mi garganta finalmente me lo permite—. ¿Dónde estabas metido, Itachi?

—Pues estoy comiendo estos dulces—señalas la tapa de la caja, donde escribí con letra apresurada y nada bonita: "Para la comadreja" —. Los dejaste para mí, ¿no?

—¿Y para quién más? —bromeo. Me siento tan aliviado que no puedo evitar reír—. Aunque, francamente, pensé que terminarían como alimento de gaviotas antes que en tus manos.

La punta de tus dientes se clava levemente en la bolita de dango y luego la engulles por completo. Adivino lo mucho que debes disfrutarlo por el arrebol que destella en tus mofletes y en tus ojos.

🌊 Umi no itachi 🌊 [ShiIta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora