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JooHeon no era exactamente fanático del café que vendían en la cafetería de su universidad, normalmente acostumbraba a caminar un par de cuadras hasta el starbucks más cercano y sí, aunque era un poco costoso el café de allí. JooHeon realmente consideraba que valía la pena.

ChangKyun venía caminando detrás del mayor en silencio, su corazón latiendo desenfrenado y sus manos ligeramente sudorosas. No lo iba a negar, estaba nervioso muy nervioso. Al fin y al cabo era Lee JooHeon, su único y verdadero amor platónico de todos los tiempos.

— ¿No iremos a la cafetería? — Preguntó al ver que JooHeon se dirigía hacia el campus en dirección a la salida de la universidad.

— Ah, realmente no me gusta  el café que venden aquí. Pero no iremos lejos. Un par de cuadras hacía arriba hay un starbucks — Le contestó el de hoyuelos sonriendo y bajando un poco la velocidad de su caminar para quedar hombro a hombro con ChangKyun quién lo notó inmediatamente. — 

— Uh, las bebidas ahí no son... ¿Caras? — ChangKyun sentía sus manos temblar y su corazón latir desenfrenado, ni siquiera podía verle la cara a su acompañante, su mirada estaba clavada en el suelo y a JooHeon estaba molestandole ligeramente eso ya que no podía ver la preciosa cara de ChangKyun sin maquillaje dejando ver sus imperfecciones que lo hacían perfecto.

— Tranquilo, no te preocupes por eso. Yo Invito hoy — Dijo un sonriente JooHeon parando en la acera cuando el semáforo peatonal se colocó en rojo y los carros comenzaron a avanzar. 

Por alguna razón JooHeon no había podido sacarse de la cabeza al bonito chico desde el viernes en la noche y la madrugada del sábado. De solo pensar en su bonita sonrisa o su pequeña cintura sentía su corazón acelerarse y terminaba sonriendo.

Realmente ChangKyun no parecía ser el chico del que había escuchado en los pasillos en algún momento. Tampoco parecía ser la persona quien Minhyuk parecía despreciar por andar detrás de su amor platónico y si Hyungwon le había dado una oportunidad debía ser un buen chico. 

Hyungwon honestamente era demasiado selectivo con las personas que se acercaban a él o a sus amigos, si esa persona no le generaba buena espina simplemente bloqueaba su existencia y jamás daba apertura u oportunidad a que esa persona se acercara. 

Pero se había comportado extremadamente hospitalario con ChangKyun cuando estuvo en su casa e incluso fue quién se ofreció a llevarlo con ellos después de la fiesta. Eso generó una enorme curiosidad en el australiano pelinegro acerca del pecoso.

Cuando la luz cambio a verde indicándole a ambos chicos que podían cruzar, ChangKyun de forma inconsciente tomo el brazo de JooHeon sorprendiendo al mayor quien sintió su corazón enternecerse y sonrió al ver las pequeñas manitos de ChangKyun tratar de abrazarse a su brazo solo para cruzar la calle.

No, definitivamente ChangKyun no era el chico del que todos hablaban.

Luego de pisar sano y salvo la otra acera Kyunnie sintió los colores subir a su cara cuando se dio cuenta de lo que había hecho y se soltó de forma veloz sintiendo su corazón retumbar en sus oídos. Dios estaba tan nervioso.

— Perdón...— Se excuso mientras seguía caminando, veía en la otra esquina el inconfundible logo de la franquicia de café

— Oye tranquilo, no hay problema...Solo, me sorprendió — ChangKyun en ese momento entendió que la risa de JooHeon era su sonido favorito en todo el mundo.

Caminaron juntos en silencio, un silencio tan cómodo para ambos que ninguno tenía la necesidad de decir algo. Sentían la presencia del otro y eso era más que suficiente para disfrutar de la compañía. 

ִ ִֶָ ┊El diario de ChangKyun ¡! JooKyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora