26. París

1.4K 93 11
                                    

El apartamento era precioso, amplio y luminoso. No perdieron el tiempo en organizarlo todo en cuanto llegaron. Estaban en el mundo muggle, por lo tanto tenian una enorme televisión y un reproductor de música.

- Salgamos a comer y a pasear. - propuso Draco.- Disfrutemos de la ciudad del amor antes de que nos agobien los deberes y los exámenes.

- Siii, vamos- aceptó Hermione ilusionada- Siempre quise visitar la torre Eiffel contigo.

Se arreglaron y salieron, eran como cualquier pareja de su edad, disfrutando del anonimato que no tenían en el mundo mágico.

Al día siguiente comenzaron las clases. Llegaron juntos a la universidad y no tardaron en ser el centro de las miradas de todos los estudiantes. Draco lucia orgulloso abrazando a su prometida por la cintura, para Hermione era más difícil. Ella no disfrutaba de ser el centro de atención. Tenía la mirada gacha y estaba muy sonrojada.

- Vamos lionne, debes acostumbrarte a esto. Será difícil pasar desapercibida si me llevas a tú lado - bromeó Draco - ya sabes que levanto pasiones.

- Eh! - se quejó Hermione dandole un golpe en el hombro- pues no levantes tantas pasiones, que no pienso compartirte.

- No lo puedo evitar, mírame - Draco se señaló a si mismo- pero tranquila, que las levante no quiere decir que las vaya a bajar. Solo me interesa bajartelas a ti.

- Más te vale- le dio un beso rapido en los labios. - Si a alguna se le ocurre acercarse a ti la dejo calva, y al estilo muggle!!

Draco no pudo evitar soltar una carcajada, él sabia muy bien como distraer a su prometida para que dejara de sentirse incómoda por ser observada. Entre bromas y castos beso llegaron a la oficina del director para formalizar sus matrículas y recoger los horarios. Aunque no iban a estudiar la misma carrera tenian bastantes asignaturas en común.

Las dos primeras clases fueron juntos, pero en la tercera ya no coincidieron. Hermione tuvo derecho mágico y Draco gestión empresarial. El rubio acompañó a su prometida hasta su aula.

- Te voy a echar de menos- se quejó cogiéndola por la cintura.

- Yo también, pero será solo una hora, luego comemos juntos? - preguntó la castaña.

- Eso no se pregunta, por supuesto que si. - y acercandola a él le dio un apasionado beso que tuvo que acabar por la falta de oxígeno.

A la hora de comer Draco la recogió, pero no venía solo. Una rubia despanpanante venia hablando y coqueteando descaradamente con él. Aunque el rubio apenas le hacia caso, la mirada y la atención de él eran exclusivamente para la castaña que salia del aula en ese mismo instante.

- Hola preciosa, que tal tu clase? - preguntó el rubio sobre sus labios y abrazandola por la cintura.

- Bien, es bastante interesante- Hermione miró con desconfianza a la acompañante de su prometido - Aunque por lo que veo no tanto como la tuya.

- La mia? En realidad ha sido bastante tediosa. - contó Draco- no habia nada interesante en esa clase.

La chica que iba con él puso cara de molestia, pero se recompuso inmediatamente al ver que la castaña la observaba. Con una enorme sonrisa se presentó.

- Hola, soy Rosee Gayen. Compañera de Draco en gestión empresarial. Nos han designado como compañeros para hacer un trabajo del curso. Y tú eres?

- Hermione Nott, la prometida de Draco. - se presentó Hermione disfrutando de la cara descompuesta de la chica. - Encantada de conocerte.

Rosee observó el hermoso anillo que adornaba la mano que esa castaña tenía tendida hacia ella. La estrechó con la suya intentando disimular su rabia ante semejante descubrimiento. No podia negarse que el rubio la había fascinado desde el primer momento que lo vio entrar por la puerta del aula. Ningún chico la había rechazado nunca, y este no iba a ser el primero. Esa insulsa castaña no tenia posibilidad de retenerlo en cuanto ella sacase sus armas de mujer. Estaba prometido, de acuerdo, pero no casado todavia...

¿Y ahora que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora