19. Un regalo especial.

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Llegaron a Black House y ante la sacudida de la aparición y las copas de más cayeron uno sobre el otro en la mullida alfombra. Recordaron la primera noche en su sala común al verse en esa posición y sus corazones se aceleraron. Draco la besó de forma posesiva, dejando sus labios para seguir un camino de besos a través de su cuello hasta sus pechos, al tiempo que trasteaba el vestido camisero negro y plata que llevaba. Desabrochó todos los botones dejando sus tetas a la vista, cubiertas por lenceria transparente negra. El miembro de rubio dió un salto en sus pantalones. La castaña lo sintió y llevó allí su mano, desabrochó sus pantalones para poder meterla dentro. Al sentir el calor en esa zona no se resistió a acariciar la potente erección, haciendo jadear a su novio. Draco metió su mano por debajo de la falda y la acarició sobre su tanga. Hermione, envalentonada por los whisckies de fuego que había ingerido hizo que su novio se tumbase y se sentó sobre su pecho a horcajadas dándole la espalda. Aun llevaba su vestido, aunque desabrochado. Sin pensarlo le bajó los pantalones y los boxers y se dobló hasta meterse el miembro de Draco en la boca. Delineó el prepucio con su lengua y comenzó a succionar. Draco sorprendido no pudo contener un salvaje gruñido ante esas sensaciones y agarró las caderas de su chica y de un tirón la movió hasta su cara. Le arrancó el tanga de un bocado y comenzó a comerle su clítoris con ansias. La falda del vestido cubría por completo la cabeza de Draco, pero eso no impedía al chico jugar con su lengua y sus dientes entre los labios internos de su amada. Ella seguia chupando y succionando, lo que hizo a Draco llegar a un punto de no retorno. Aumentó la velocidad de su lengua dentro de ella, los que la hizo jadear. Con sus manos en las caderas la empujaba repetidamente hacia su boca. Pronto ambos se dejaron ir dentro de la boca del otro, ahogando un grito de placer.

Hermione se levantó y se relamió mirando a su novio un poco sonrojada.

- Nunca antes había hecho esto, pero no me pude contener- confesó avergonzada.

- No tienes por que avergonzarte de nada.- Draco la abrazó y la besó- Soy tuyo, puedes pedirme lo que quieras y hablarme de todo aquello que te apetezca probar. Te digo un secreto? Yo tampoco había hecho esto nunca.

Hermione sonrió y abrazó con más fuerza a su novio.

- Nos vamos a la cama?- dijo coqueta.

- Te estás insinuando?- preguntó Draco levantando las cejas.

- Funciona?

- Si, pero antes dejame darte mi regalo, ya es Navidad.- Draco se levantó y cogió un paquete de un cajón.- Toma.

Hermione abrió el paquete y en su interior habia dos pulseras entrelazadas. Una parte de ella era de oro blanco con una serpiente grabada, sus ojos eran dos hermosas esmeraldas hexagonales y en su boca sostenia un rubí en forma de corazón. La otra era de oro amarillo, simulaba un léon, este tenia por ojos dos rubies y en la boca una esmeralda en forma de corazón. Los ojos de Hermione brillaban ante la belleza de aquella pieza.

- Son unas pulseras mágicas, pero antes de que te explique su fin quiero decirte que no estás obligada a aceptarlas si no quieres.

- Pero Draco,.. me encanta!!!- afirmó Hermione.

- Bueno, me explico. Puedes quedarte la pulsera, solo no activaremos su magia.

- Explícame su poder Draco, nos conocemos y se que será algo útil.

- Si lo es, aunque un tanto invasivo. Verás, estas pulseras significan un amor verdadero. Si yo te coloco la tuya declarando mi amor y tú haces lo mismo con la mia, nadie, ni siquiera nosotros mismos nos la podremos quitar. Solo quien te la ha puesto puede hacerlo. Y si uno de nosotros traiciona de forma voluntaria al otro o simplemente deja de amarlo se perderá la piedra en forma de corazón de nuestras pulseras. Como ves tú pulsera es un león y el corazón verde de su boca simboliza el mio. Mientras el león lo mantenga en sus fauces es que te sigo amando y no te he engañado. Lo mismo ocurre con la serpiente.- explicaba Draco.- No es que quiera controlarte ni nada por el estilo. Es solo que lo que hizo Astoria en el baile me hizo darme cuenta de que es capaz de cualquier cosa, y con las pulseras será mas fácil no dejarnos engañar.

¿Y ahora que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora