¿Y ahora que?

23. San Valentín

CarolinaSaezPeradot2 este va por ti. Te dije que te gustaría el final de Astoria. Luego me dices que te parece.

La mandíbula de Astoria casi tocó el suelo al ver quién había irrumpido de forma tan brusca en la habitación, mientras que el chico que yacía a su lado en la cama soltó tremenda carcajada.

- Acabo de follarme a tu novia.- gritó Cormac - Te dije que la haría mia! Nunca debiste subestimarme serpiente.- se burló del rubio.

- Donde está Hermione?- preguntó preocupado el verdadero Draco desde la puerta  dirigiéndose a la chica que yacia en la cama.

- Estoy aquí- contestó la castaña saliendo del armario y acercándose a su novio.

Draco suspiró más tranquilo al ver que estaba bien, la pegó a él en un abrazo y besó su cabeza.

El Draco que había en la cama miró a la chica junto a él y a la otra Hermione abrazada y con la cabeza apoyada en el pecho del verdadero Draco. Sus risas y sus burlas cesaron de golpe. Si esa era la verdadera Hermione, con quién acababa de tener sexo él?

Draco les hizo un petrificus a ambos para evitar que escaparan y Hermione mandó su patronus a la directora para que fuese a la torre de premios anuales. Esto no podía quedarse así, merecian un castigo.

La directora llegó justo un minuto antes de que la poción multijugos dejase de tener efecto y vió como los dos ocupantes de la cama volvían a recuperar su aspecto real. Draco les liberó del hechizo paralizante para que pudiesen hablar con la directora.

Cormac puso una expresión de asco en su cara cuando descubrió que era la menor de las Greengrass la persona que estaba suplantando a Hermione. Era una niña malcriada, pedante e insoportable, afortunadamente habérsela follado no quería decir que tuviese que llegar a algo más. Soportaría el castigo que le impusieran por lo que hizo, con suerte lo expulsarían y no tendría que volver a ver a esa niña pija.

Astoria se horrorizó al descubrir que se había embarazado de Cormac McLaggen. Al ser ambos sangre pura la magia ancestral ya los consideraba unidos en matrimonio al haber concebido al hijo de ambos. Era la forma en la que los sagrados 28 evitaban hijos ilegítimos en sus linajes, y ese conjuro iba más allá de cualquier ley. De hecho en ese mismo momento se estaría materializando de forma automática el acta de matrimonio en el ministerio.

- Pueden explicarme que ha pasado aquí?- exigió McGonagall enojada.

Los dos impostores no sabían como explicar aquello, estaban sumamente confundidos por como sus planes se habían torcido tanto y muy avergonzados por estar juntos y desnudos en una cama,  cubiertos únicamente por una sábana frente a la directora. Era un hecho que el destino estaba de acuerdo con la pareja Malfoy-Nott y les había hecho pagar por su intento de separarlos.

- Directora, yo le puedo explicar la parte de Cormac, porque que Astoria sea la que está en la cama, gracias a Merlin, no se como ocurrió. - se ofreció Draco y ante el asentimiento de McGonagall comenzó a contar lo ocurrido.- Yo volvía de jugar a Quiddich con mis amigos. Venía a ducharme aquí porque Hermione me dijo que nos...-ejem, ejem  la castaña carraspeó sonrojada - que me esperaba para empezar los deberes!, si, eso- dijo al último momento para no delatarse, a lo que la profesora levantó una ceja divertida. - Al entrar al castillo McLaggen me lanzó un incarlelous y me llevó levitando a un aula vacía. Allí me obligó a tomar veritaserum y me preguntó la localización y la contraseña de la torre, si Hermione estaba allí en esos momentos y cual era mi habitación.  Me arrancó uno de mis preciosos cabellos y vi como se tomaba la poción para convertirse en mi. Me dijo que iba a acostarse con mi novia y la haría gozar como nunca. Intentó lanzarme un obliviate, que obviamente hizo mal porque me acuerdo de todo perfectamente, para que olvidase esa conversación y hacerme creer que tenía que ir primero a la biblioteca y venir aquí en una hora para encontrarlo en la cama con Hermione ya con su apariencia real. Su idea era aguantar hasta entonces su acto sexual, pero por suerte no ha sido así y he podido evitar ver algo tan asqueroso.