3. Vergüenza

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  Hermione sintió la aparición y observó la habitación del rubio. Este no dejó de besarla en ningún momento y ahora se acercaban a la cama sin separar sus bocas. Al sentir el contacto con el colchón Hermione se dejó caer de espaldas atrayendo al rubio sobre ella. Draco no lo podía creer, la deseaba desde hacia años y ahora la tenía totalmente entregada en su cama. Nunca imaginó que esa noche podría terminar así, según creía, Hermione no era una chica fácil.

- Dra...Draco, tengo que decirte algo- dijo ella con voz ronca y muy sonrojada- es la primera vez que hago esto, yo... soy virgen.

- No te preocupes, lo siento, creí que me estabas pidiendo esto. Siento el malentendido. Paremos y en cuanto estemos más tranquilos volveremos al pub- dijo Draco separándose un poco de ella aunque sin levantarse del todo.

- ¿Qué? ¡No, no quiero parar! Quiero hacerlo, quiero que seas tú el primero, solo ten cuidado, estoy un poco nerviosa.

  Draco la miró asombrado, no lo podía creer, en verdad ella quería hacerlo, y con él! Iba a darle la mejor noche de su vida.

- ¿Estas segura Mione? - le preguntó con un brillo especial en los ojos. La castaña asintió y a él no le hizo falta más.

Volvió a apresar sus labios, la besaba con ternura, aunque poco a poco la pasión y el deseo que por tantos años contuvo lo fue dominando. Sus manos deslizaron la cremallera de su mono, se lo quitó hábilmente dejándola en ropa interior, un conjunto de seda y encaje negro que volvieron loco al rubio. La presión en su entrepierna era enorme, la castaña sentía el latente bulto del rubio sobre sus muslos y no pudo evitar bajas sus manos y desabrochar los pantalones para liberarlo. Al quitarle los pantalones observó como los boxers del Slytherin no eran capaces de contener el enorme y excitado miembro así que los quitó también. Hermione tomó la erección del rubio entre sus manos y comenzó a acariciarla de arriba a abajo de forma insegura. El rubio soltó un gruñido desgarrador, muchas chicas habían hecho eso antes, pero nunca lo sintió así de placentero, cada vez estaba más seguro de que ella era la mujer de su vida.

- ¿Que pasa Draco? ¿Hice algo mal?- preguntó Hermionee sin sabe decifrar la mirada que él le dedicaba.

- No, todo lo contrario, me tienes loco preciosa. -y sin más volvió a tomar sus labios. 

Draco dejó la boca de la chica para seguir un camino de besos por el cuello de ella hasta sus pechos, con gran habilidad se deshizo del sujetador y comenzó a acariciar un pezón con su lengua mientras tenía en su mano la otra teta. Hermione no dejaba de bombear su miembro lo que hacía que su excitación fuese cada vez mayor. Deslizó su otra mano dentro de las bragas de la chica y comprobó que estaba muy húmeda. Sin previo aviso introdujo un dedo dentro de ella, quien arqueó la espalda emitiendo un gemido muy excitante. Se notaba la necesidad de ella y él pensaba satisfacerla, era su mayor deseo. Comenzó a mover el dedo en su interior, introduciendo otro para aumentar el placer, al tiempo que con el pulgar estimulaba el clítoris de la Gryfindor. Hermione soltó el miembro del chico para abrazarse a él mientras se corría por primera vez en su vida, se sentía liberada y excitada, por lo que movía sus caderas hacia le cuerpo del muchacho provocando así el roce de sus piernas con él miembro del chico.

- Draco, por favor, quiero sentirte dentro, hazlo ya...

- ¿Estas segura? Si no puedo esperar, no hace falta que sea esta noche.

- Estoy segura, quiero que seas tú.

Draco colocó su miembro en la entrada de ella y lentamente empezó a deslizarlo hacia su interior. Hermione gemía de placer mientras él hacia tremendo esfuerzo por no embestirla de golpe sabiendo que le produciría dolor. Al sentir la fina pared que protegía su virginidad Draco la miró con dulzura y le dijo.

¿Y ahora que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora