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—¡Rata!¡Ladrón! —Gritaba agitado un corpulento hombre casi sin aliento de tanto correr— ¡Agarren a ese niño! —Seguía gritando al tiempo que señalaba a un pequeño niño de diez años que corría a toda velocidad mientras que apretaba entre sus brazos un par de cuadernos.
El pequeño corría con una sonrisa pícara en su rostro. No era su culpa ser más listo que el panzón de la tienda de papelería... Y el planeaba ser aún más listo, tenía una meta, y esa era la High School Disney.
Quería ser el mejor, el más inteligente, para asi poder ganar una beca e ir a estudiar al más prestigioso instituto que podía existir. Y cuando lograra graduarse de allí podría tener todo el dinero del mundo.
Podría hacer que su papá dejara de trabajar cargando bultos en el mercado.
Podría comer nuevamente Nuggets de pollo.
Podría tener una casa grande, que no tuviera goteras en el techo...
Pero el dinero llegó antes de lo planeado, gracias a un billete de lotería que su padre se encontró tirado. Y asi de un día para otro pasó de ser un pequeño ladrón con sueños de grandeza a un joven heredero de una gran compañía.
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Mientras se terminaba de acomodar el cabello ante el espejo, Alan soltó un suspiro cansino, y es que no podía dejar de pensar en cómo habían terminado las cosas con Jazmine.
Cuando por fin había visto la luz y las cosas con la Princesa del Oriente habían comenzado a mejorar, él lo jodio, y como un castillo de naipes, todo se derrumbó. Realmente le había gustado bromear con Jazmine, ver su sonrisa sincera, pasar el rato con ella y darse cuenta que aquella chica era mas que una cara bonita.
Sin embargo, no iba a regodearse en la autocompasión, ese no era el, así que, sonriéndole a su reflejo, se dio ánimos, después de todo no era de los que se daban por vencido tan fácilmente.
Si así fuera, desde hace mucho tiempo atrás podría haber terminado en una correccional o presumiblemente muerto.
Pero no. Eso no había sido asi por pura fuerza de voluntad.
El era Alan Galland
El era esa hierba mala de la que querían deshacerse, pero siempre volvía a surgir.
Por lo que, mas le valía a Jazmine Budur agarrarse fuerte a su cinturón de seguridad mental, porque el iba a dar todo de si para recuperar esos momentos con ella.
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Sin embargo, pensó Alan mientras soltaba un suspiro cansino, todas sus buenas intenciones se vinieron al piso luego de recibir un mensaje por WhatsApp enviado por Jazmine una vez puso un pie en el instituto.
"Este castigo no va a cambiar mi rutina.
Sirve para algo y recoge a la niñita q nos toca cuidar
Pasan por mi al club de Danza y ya que estas en eso tráeme
un Machiatto de caramelo bajo en grasa"
Así que allí se encontraba, fuera del Aula Bosque Encantado, esperando que la pequeña Marie Bonfamille terminara de hacer su pequeño mini drama mientras llevaba en su mano derecha un Machiatto para Jazmine.
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High School Disney
Fanfic« Te damos la bienvenida a esta institución donde intentaremos que todos sus deseos se hagan realidad. Contamos con docentes especializados y clubes de todo interés...bla bla...». Nada de eso interesa, lo más importante entre un grupo de adolescente...