6. Los aventureros, La Cocinera y El chico nuevo

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Rebecca Matoaka era una aventurera nata.

Amaba la naturaleza y el estar al aire libre. Para ella sentir la grama bajo sus pies descalzos, el viento revolviendo sus cabellos, percibir los aromas de la madre tierra y admirar la belleza de la creación eran su ideal de vida.

Aunque en ese momento la estuviera viendo de cabeza...

—R-Rebecca —Escuchó tenuemente la voz nerviosa de su amiga Jane. Si bien Jane también era aventurera, los deportes extremos no eran lo suyo— ¿Estás bien?

Soltando un suspiro Rebecca meditó que no sabía cómo responderle, ya que en se encontraba colgada a varios metros de altura, boca abajo, y ya estaba sintiendo como la sangre bajaba a su cerebro.

—¿Qué te parece esta nueva manera de hacer montañismo? ¿Es demasiado para ti?—Dijo una satisfecha voz masculina a su lado, haciendo que su espíritu competitivo se reavivara. Cuando viró la mirada se encontró con la sonrisa engreída de John Smith.

...Y también con sus hermosos ojos azules y su rubio cabello como el sol, sus fuertes brazos...

Haciendo una mueca se reprendió mentalmente. Tenía que dejar de perderse en los atractivos del chico, y no mostrarse tan evidente ante él.

—Creo que es una mala idea, mi cerebro va a reventar —Explicó ella con una calma que estaba lejos de sentir.

—Eres una cobarde Rebecca, supongo que este punto es para mí —Soltó el chico con actitud de triunfo

—No es cobardía, es solo que no creo que sea muy bonito ver mis sesos chorreando por mis oídos

—Eso fue repugnante — acotó el chico con un gesto de asco al tiempo que comenzaba a enderezarse— Está bien, entonces dejemos el Montañismo y hacemos una búsqueda del tesoro en bicicleta.

—Me parece bien, y esta vez, sé que voy a ganar —Aceptó ella enderezándose también— Yo hago equipo con Jane.

—¡Maldición! —Juró el rubio con frustración— Eso no es justo, Jane es experta en seguir rastros.

—Pues, haz equipo con John Rolfe —Le propuso con buena intención. El castaño era una de las personas más gentiles que conocía— Él también es bueno en rastreo y seguro te ayuda.

Smith frunció el ceño ante esa oferta.

—Ni que estuviera tan desesperado, la verdad es que no soporto a ese tipo —Dijo desdeñosamente— Con su cara de mosquito muerto y esa amabilidad me pone de los nervios

-¿En serio? —Pregunto ella por impulso, la verdad es que no lograba entender cono alguien podría llevarse mal con Rolfe.

John se la había quedado mirando fijamente, como detallándola, para luego apartar la mirada.

—Sí, me fastidia —Soltó él de manera cortante para posar nuevamente su azulina mirada sobre ella— Por cierto, ¿estas más morena?

Sin poder evitarlo, ella se sonrojo un poco ante ese comentario. ¡Él por fin se había fijado en ella!

Cuando estaba a punto de decirle algo, él volvió a hablar, rompiendo todo el encanto del momento.

—Se nota que no eres nada femenina, mira que no cuidar tu piel. Aunque, que más se puede esperar de ti —Dijo él, burlón— Eres casi como un chico más del grupo, deberías aprender de Jane, ella es muy femenina.

Apretando los ojos para contener unas traicioneras lagrimas que pugnaban por salir, ella se recompuso, y como si las palabras del chico palabras no le hubiesen causado ningún tipo de dolor, ella emitió una sonrisa por demás fingida y sin decir ni una palabra, ella comenzó a descender, dejándolo solo.

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