18.5. Mini-Historia: Los Efectos del Agua

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Adam no sabía que pensar ni como sentirse, y es que tener a la "Señorita empollona" en su sala era lo último que se imaginaba que sucedería ese día. La verdad, era que Bella era la primera chica que pisaba el caro suelo de mármol de su casa a causa de una invitación personal de él. Aunque, bueno, la culpa hacia parte de esa invitación, después de todo él era el culpable de que los estuvieran persiguiendo y terminaran todos mojados.

Y soltando un suspiro de fastidio recordó que debería de mostrarse civilizado y explicarle porque solo se encontraban ellos dos en la casa. Antes de voltearse para soltar una explicación simple, ya se imaginaba como se vería la chica de lentes toda empapada, si, sería como una ratita mojada.

Por eso fue shockeante para él encontrase con aquella imagen. 

Sí. Ahí estaba Bella Villeneuve, con aquel vestido amarillo ahora ajustado a unas sensuales curvas y transparentándose a tal punto que dejaba vislumbrar un brasier con estampado de bolitas de colores.

¡Oh Dios mío!


Y su rostro... ¡Su rostro!, se veía limpio y resplandeciente enmarcado por un cabello castaño sexymente despeinado. Era como si toda ella fuera otra.

Adam concéntrate y vuelve a la realidad...


–Espera aquí, voy a buscar unas toallas para secarnos –Logró balbucear sin parecer un estúpido al tiempo que comenzó a quitarse la ropa que llevaba encima en busca de hacer algo que apartara de su mente aquella imagen tan bizarra de la Nerd. Cuando volvió la mirada nuevamente a ella, se dio cuenta que se encontraba mirándolo fijamente y sin poder evitarlo, una sonrisa de orgullo se instaló en su rostro.


Su ego había subido hasta la estratosfera.


–Mis padres están viajando y los empleados tienen el día libre –Comenzó a explicar cruzándose de brazos para que sus músculos se hicieran más evidentes, atrayendo así la atención de la chica, lo que le produjo otra sonrisa– Así que por eso es que no hay nadie más en casa aparte de tú y yo.

 Cuando terminó de dar su explicación notó como la castaña de un momento a otro se tensaba y se veía nerviosa.

Oh vaya que si era divertido jugar con la pequeña gatita mojada frente a él.

Y con diversión pensó, al tiempo que admiraba la figura de la chica, que al parecer el agua tenía unos raros efectos escondidos que él empezaba descubrir.

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