Capítulo VI: Nervios

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Joseph

Ayer me sorprendió que Meredith me diera un beso, fue tan magnífico, como si el mundo se detuviera.

"Joseph, no olvides el objetivo, es una apuesta".

Voy llegando a la escuela y debido a una grupo de personas reunidas frente al tablero de avisos me doy cuenta que se trata de la lista de audición.

— Joseph ganaste el papel del cascanueces —Dice mi hermana muy entusiasmada.

Esto no lo puedo creer, veo la lista para asegurarme y maldita sea, ¿Por qué a mí?. Meredith llega y ve la lista.

— ¡Joseph, increíble! Serás el cascanueces. — Su entusiasmo se nota pero el mío está muerto.

Ignoró a Meredith, bueno en si a todos y salgo de la escuela camino a las gradas. Me siento para calmar la noticia.

— Jos ¿Qué pasa? — Pregunta Meredith confundida.

— Estoy mal, si. — Digo un poco mal humorado, no quiero desquitarme con ella pero llego en mal momento.

— ¿Por qué? Conseguiste el estelar ¿No estas feliz? — Doy un suspiro cansado.

— Meredith, me gusta bailar, pero... no lo hago por mí, sólo lo hacía por mi madre y cuando ya lo iba a dejar, Yamis necesita de mí y no puedo dejar de apoyar a mi hermana — Observó a los chicos de fútbol y creo que le contaré  algo que a nadie nunca le he dicho — A veces simplemente quería ser un niño normal, jugar fútbol patear un balón, pero, tenía que cuidar mis pies.

— Joseph ¿Pero si no te gusta el ballet por qué no se lo dijiste a tu madre? — Cuestiona confundida.

— Meredith, no es que no me guste el ballet, claro que disfruto bailar pero... no es algo a lo que quiera dedicarme, no quiero que después de un tiempo sea algo que simplemente ya no me apasione, siento que llegó el tiempo de dejarlo, piensa Meredith, dentro de medio año entraremos a universidad y realmente no es motivante dedicarme al ballet.  — Meredith parece inconforme con lo que digo — Mi hermana tiene futuro en ello, lo ama pero yo no, 
sé que  viste que disfrute ese día bailar la pieza que interprete, pero... lo hice por ti, al verte sentada observándome sabía que tenía que darlo todo.

— Joseph, no des más vuelta, ¿A qué le tienes miedo? — Cuestiona dura, por lo que comienzo a tensarme bien sabe que algo me asusta, ¿Es tan evidente?

— Al rechazó, no es sencillo ocultar que soy un bailarín de ballet, además...— Sé hace un nudo en mi garganta— No quiero que mi madre se decepcione de mí, si se entera que tengo el protagónico evidentemente debo de hacerlo perfecto.

— Joseph creo que exageras, no existe la perfección y si, sé que tu mamá estará feliz de que tengas un papel principal pero sino lo quieres mejor déjalo, aunque si fuera tú y estoy decidido a dejar el ballet, ¿Por qué no irme dando lo mejor? y eso es con un papel protagónico.

— Medth tu no lo entiendes, ¿Tienes idea de la presión que será puesta en mí? 

— Pues como dice tu hermana, Sin miedo al éxito. — Le doy una sonrisa torcida— Yo te ayudaré a que des lo mejor Joseph, de verdad me gustaría verte vestido como cascanueces. — Río un poco, estoy seguro que me vería ridículo.— ¿Lo harías por  mí, Joseph?—Me mira con sus brillantes ojos de cachorrito. Me quedo pensando por un momento. 

— Esta bien.— Digo no tan convencido.

"Haber idiota, recuerdas ¿Por que ganaste  ese papel principal? Así es, por complacer a tu madre y hermana,  ¿No aprendes? ¿Por que carajo vas a complacer a este chiquilla tonta?"

Todo Por Un Maldito ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora