Capítulo VIII: Porque la amo

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Meredith

Realmente me siento muy triste, odio como me veo, tal vez hago mucho drama por nada, pero, sinceramente no me siento bien conmigo.

Llegó a la escuela, cubriendo mi cabello con el gorro que tiene una sudadera, pienso que ya traer lentes llama mucho la atención y lo que más quiero es pasar desapercibida además de que Joseph no me vea.

Sacó los libros de mi casillero, al cerrar mi casillero me percató que Joseph ya estaba parado aun lado mío dónde la puerta lo estaba cubriendo.

—  Buenos días Medth— Dice el chico de ojo alegre con una sonrisa y literalmente yo me paralizó.

—  Este...yo...— No sé porqué estoy actuando así.

—  ¿Te cortaste el cabello? — Oh no mi cabello. Clarisa llega y me quita el gorro.

Todos al ver mi cabello corto se quedan sorprendidos pero Clarisa se empieza a reír y algunos con ella, esto es demasiado. Tengo que irme.

—  Meredith — Llama Joseph detrás mío pero yo continuo mi paso.— Meredith, por favor ¿podemos hablar?— Me toma de brazo pero me suelto de mala gana y las lágrimas comienzan a salir.— Shhh, ¿Por qué lloras?— Pregunta con una voz suave mientras me abraza y yo me escondo en su pecho.

— Porque soy fea — Digo entre lágrimas y él se empieza a reír.

—  ¿Por qué dices eso?, Meredith eres la chica más hermosa que conozco y si no es verdad que en este momento me caiga un rayo — Espere un momento  a que le callera un rayo pero nada. — ¿Ves? no me paso nada, conclusión, no eres fea.

— No, soy fea, parezco el villano del Lorax.— Niego.

— Basta, exageras— Dice entre risa, seguramente porque lo soy se está riendo — hay algo que no entiendo, Si no te gusta el corte ¿Por qué te lo cortaste así? — Suspiró un poco y ya dejé de llorar.

—  Clarisa me lo corto, para dejarme fea, mi abuela hizo lo que pudo para emparejarlo. 

—  Pues yo siento que te queda muy bien el corte, te pareces a Hotaru de Sailor Moon, o Mon Laferte, ¿Sabes qué?—Toma mi barbilla con su pulgar haciendo que lo mire, sus bellos ojos miel se conectan con mis ojos verdes. —Eres más hermosa que ellas. Al menos con ese corte puedo apreciar tus hermosos y bellos ojos — No puedo evitar sonreír siento como mi estomago empieza a sentir cosquillas y la temperatura en mis mejillas se aumenta.— Andas vamos a clase, tenemos trigonometría y recuerda ya una vez has llegado tarde. Así que mejor vamos, Cariño.— La sonrisa se forma en mi interior y realmente creo que soy muy feliz, él me hace muy feliz.

Pasaron las horas y la hora del almuerzo llego.

Lo malo es que está vez no cuento con mi almuerzo tendré que ir por algo de esta comida espantosa.

Tome una ensalada y un mofin de fresa. Pague mi almuerzo y prosigo sentarme.

—  Hola Medth — Dice Madison mientras se sienta a lado mío con Luisa.

—  Hola chicas, ¿Qué milagro?— Mí ironía es evidente.

—  Pues tu últimamente andas con Joseph y hablando de él—Cínicamente dice Luisa mientras  llega Joseph que se sienta enfrente mío.

—  Medth, ¿Cómo sigues después de todo?— Cuestiona ignorando a las chicas que me acompañan.

—  Bien Jo...— Llega un chico rubio de ojos verdes que se sienta a lado de Joseph.

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunta Joseph a aquel rubio.

—  Pues acompañarte, ¿Qué más hago?— Joseph disgustado fulmina al rubio.

Todo Por Un Maldito ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora