Capítulo XIV: ¿Un cursi yo?.

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Joseph.

Llega el lunes por la mañana por fin podré ver a Meredith, ¡Que emoción! porque por el trabajo no la pude ver mucho. Espera ¿use la expresión ¡Que emoción!?, No puedo creer que ya estoy usando expresiones de chica, debo dejar de juntarme con Karol.

-¿Adivina quién soy? - Dice la chica por detrás mío mientras cubre mis ojos, esta de buen humor, eso es bueno.

- Mmmmm ¿Yamis? - Ella nueve mi cabeza en negación - Mmmm ¿Quién podrá ser? según yo es la única chaparra, enana y molesta chica que conozco es mi hermana. - Ella descubre mis ojos.

-¿Así que no me conoces? - Se nota su molestia en su cara.

- Meredith sólo...- Trato de agarrar su brazo pero ella hace que lo suelte - Meredith, solo estaba jugando.

- No, no, no, no, ¡No! Joseph, ¿Crees que para mi es un juego ? - Dice en tono serio y yo trago saliva, creer que se enojo por una simple broma -Pues si estoy jugando - Se comienza a reír pero yo ando agarrando señal - Debiste ver tu cara, seguramente dijiste en tu mente, Está ya va a empezar con sus dramas - No puedo creer que le de tanta risa. - Solo ruedo los ojos - Mi amor, tenemos clase, así que vamos.

No me quedo de otra más que obedecer a mi dama e ir a mi clase de trigonometría, la última antes del examen.

[...]

Pasaron las horas en la infernal escuela, todo muy aburrido y nada interesante, honestamente para mí la escuela tiene muchos maestros que son un desperdicio de sueldos, solo agarran dejan una actividad de un libro y se sientan toda la clase a ver su celular, odio estudiar por mi cuenta.

- Amor, ¿Vamos a estudiar a tu casa? mañana es el examen -Pregunta Meredith antes de escaparme al trabajo.

"Joseph si nunca le dices que tienes empleo ella podrá desconfiar de ti".

Odio las palabras de Karol que hace poco me dijo.

- No puedo, lo siento. - Digo frío mientras miro un árbol en vez de verla, siento cómo me fulmina con su mirada.

-¿Ni siquiera quieres saber cómo me fue en la cita con Karol? - Doy un suspiro abrumador.

- No puedo Meredith, hasta la noche podría llamarte - Sé que reprime su descontento, está desconcertada. Notó como me mira con enojo remarcando una arruga entre el espacio de sus cejas.

- ¡¿Llamarme?! Esto debe ser una broma, dejaste el ballet y dudo que sigas ayudando a Nicolás, ¿Por qué ya no tienes tiempo para mí? - Reclama. Y aquí vamos. Refunfuño.

- No te enojes...

- ¡¿Qué no me enoje?! Dame una razón verídica para no enojarme contigo.

- Pues si no me interrumpes te la diría - Me fulmina con la mirada.

- Estoy esperando, habla.- Doy un suspiro.

-Tengo un empleo - Ella me mira sorprendida abriendo sus ojos por completo.

-Un, un, ¿Un empleo? - Pregunta confundida.

-Si - Digo con trabajo, la verdad no me enorgullece del todo decirlo- Trabajo como mensajero en la empresa del padre de Nicolás, perdón por no decirlo pero, no estaba seguro de que pensarías de que tienes un novio que trabaja.

- No sé que pensar, bueno si pero, wow, solo me has dejado perpleja porque, no entiendo porqué me ocultas algo tan importante-Un incomodo silencio se presenta - así ¿Por qué entraste a trabajar?.- Rompe el silencio.

"Di la verdad, di la verdad".

Cállate voz interior.

-Simplemente quería conseguir mi propio dinero, yo como tu novio tengo que darte detalles ¿No? así que...que más bonito que los detalles los compre con lo que yo ganó.- Digo rascándome la cabeza.

Todo Por Un Maldito ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora