Joseph
Los días pasan, el verano avanza y, con él, se acercan los resultados de la universidad. Estoy a una semana de terminar junio, un mes que ha sido un torbellino de emociones. Meredith y yo presentamos nuestras solicitudes y ahora estamos a la espera de las respuestas. Mientras tanto, tratamos de disfrutar el tiempo juntos antes de que la universidad y otros compromisos nos separen.
Para celebrar nuestro noveno mes como pareja, decidimos salir a divertimos. Después del cine y una cena tranquila, terminamos en el parque de diversiones, subidos en la rueda de la fortuna. Desde aquí arriba, la vista es increíble: el bosque, las luces de la ciudad y el cielo estrellado.
Meredith suspira, claramente preocupada.
— Joseph, estoy muy nerviosa. ¿Y si no me aceptan en la universidad? — Su voz tiembla un poco, pero trata de disimularlo con una sonrisa nerviosa.
— Meredith, tú eres la chica más inteligente que conozco. Estoy seguro de que serás de las primeras aceptadas.
— Pero, ¿crees que podamos mantener nuestra relación? Digo, la escuela nos quitará mucho tiempo. ¿Y dejarás tu empleo? — El empleo. No puedo dejarlo, pero tampoco puedo decirle a Meredith la verdad sobre mi carrera.
— Cariño, el amor lo puede todo. Primero esperemos a ver si me aceptan. Aunque tú seguro que entrarás, señorita García.
Ella sonríe levemente, pero su preocupación no desaparece.
— Ojalá. Oye, ¿tú aplicaste para medicina, verdad? — Mi sonrisa se desvanece. Meredith nota el cambio en mi expresión. — Joseph, ¿para qué aplicaste?
— Para mercadotecnia. — Su expresión se vuelve seria de inmediato.
— ¿Por qué una carrera que no quieres estudiar? ¿Qué pasó con medicina? — Su tono es casi de reproche.
— Meredith, soy un chico y, si quiero ayudar a mi familia en el futuro, tengo que estudiar algo práctico. Además, hablé con tu abuela y me dijo que tu papá es muy tradicional. Quizás el esposo de tu hermana o yo tengamos que ayudar a tu padre algún día.
— Pero eso no es justo, Joseph. ¿Y Yamileth? — Meredith está visiblemente molesta.
— Ella está estudiando Letras Hispánicas, pero no parece muy interesada en algo empresarial. No creo que quiera estudiar algo para trabajar en una empresa.
— Jos, amor... — Meredith intenta acercarse a mí, pero yo me alejo ligeramente.
— Sé que te molesta mi decisión, pero es un sacrificio que tengo que hacer. Todos los sacrificios tienen su recompensa, ¿verdad?
— Pero Joseph...
— Meredith, tengo a ti, tengo una familia a la que amo. No importa si estudio algo que no me gusta, porque tengo todo lo que me hace feliz.
— Pero a mí me haría feliz que tú hicieras lo que realmente quieres. — La rueda de la fortuna comienza a moverse hacia abajo, y siento el peso de sus palabras.
— Soy feliz y te amo. No te preocupes por mí. Y, por favor, no digas nada a mi familia.
— Está bien... — responde Meredith, pero puedo ver que no está convencida.
La rueda se detiene y bajamos, caminando por el parque. El aire es fresco, pero el ambiente entre nosotros está un poco tenso.
— Te amo — le susurro mientras la abrazo por detrás.
— ¿Quieres dar un paseo? — pregunta, tratando de cambiar el tono de la conversación.
— Claro, ¿a dónde vamos?
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Todo Por Un Maldito Error
RomanceEl amor, ¿Acaso existirá?... Una palabra de cuatro letras que para muchos tiene un significado valioso, pero la verdad nunca tuve interés por conocer su significado hasta que un día me enamoré de aquella chica invisible de la escuela. ¿Por qué un ch...