Cap. 3.- El Reino Demoníaco

199 39 11
                                    

Shi QingXuan miró alrededor tomando en serio su papel de turista perdida en uno de los pueblos fronterizos con el Abismo sin Fin. Para llamar la atención lo menos posible había decidido restringir sus poderes espirituales hasta entrar al Reino Demoníaco, y para estar aún más seguros de que nadie lo notaría cambió su apariencia a una forma femenina, lo que provocó que todo el mundo lo viera con la boca abierta.

— ¿Pueden dejar de mirarme de ese modo?— pidió—. No es nada del otro mundo.
— ¡Me niego a prestarme a algo así!— protestó Liu QingGe airadamente.
— Liu-shidi, no tenemos otra opción— dijo Shen QingQiu.

Se había decidido que Shen QingQiu, Liu QingGe y Shang QingHua fueran a buscar este sitio sin fondo, dado que el primero era quien se encargaba de las estrategias, el segundo era la fuerza de batalla y el tercero se encargaba de la logística, además de que era el único que conocía el Reino Demoníaco como la palma de su mano al ser embajador de la montaña Cang Qiong frente a los demonios. El resto se quedaría en la montaña para mantener a salvo el Reino Humano y auxiliar a quien fuera necesario. 

— Ve con cuidado— dijo Lan XiChen al despedirse de Shi QingXuan.
— Así lo haré, Shizun— dijo Shi QingXuan haciendo una reverencia de despedida.

Ning YingYing había sido muy clara con su plegaria: quería que la montaña Cang Qiong estuviera libre de peligro y él ayudaría a eso en la medida de lo posible, además de que estando a cargo (o algo así) auxiliaba a los líderes que le habían confiado su alianza. Y siendo oficial celestial era su deber investigar y llegar al fondo de cualquier asunto que involucrara daño a los mortales, así que la participación de Shi QingXuan en todo esto había quedado fuera de discusión. 

— Maestro Shang, ¿cómo es el Reino Demoníaco?— preguntó Shi QingXuan.
— Lúgubre y lleno de demonios— dijo Shang QingHua con una risita nerviosa para después pasar a una descripción más detallada del lugar.
— Deberá estar lleno de demonios sueltos ahora que planean invadir el Reino Humano— dijo Liu QingGe.

Shang QingHua se detuvo repentinamente al ver una figura de negro en el sitio por el cual iban a entrar. Shen QingQiu y Liu QingGe se apresuraron a tomar sus espadas pero Shi QingXuan se dirigió a él con una sonrisa para desconcierto de los tres.

— No se preocupen— dijo volteando hacia sus compañeros—. Es mi amigo. 

He Xuan se mantuvo en silencio, mirando a Shi QingXuan con algo de sorpresa. Realmente había pasado tanto tiempo que había olvidado cómo se veía en su forma femenina. 

— La has retomado— dijo al fin. 
— Solo por un tiempo— replicó Shi QingXuan con un guiño coqueto—. Dejaré de ser una linda dama en cuanto crucemos la frontera. ¿Has hallado algo?

Antes de partir, Shi QingXuan se había puesto en contacto con He Xuan para pedirle que se adelantara y merodeara por el territorio de los demonios para saber a qué se enfrentaba, dado que en este caso específico él había insistido en acompañar al dios.

— Los demonios se están organizando para atacar— dijo el Supremo—. Están creando un gran ejército para invadir a las sectas y destruirlas. Sea lo que sea que quieran hacer tiene que ser rápido, tenemos tres días antes de que crucen la frontera.
— ¿Cómo qué tenemos?— increpó Liu QingGe.
— Maestro Liu...— intervino Shi QingXuan.
— El sitio que desean alcanzar está sellado para evitar intrusiones indeseadas, necesitan energía demoníaca para poder abrir sus sellos y entrar— indicó He Xuan. Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona y añadió—. Y soy el único demonio en kilómetros a la redonda que podría abrirles el paso.

Shen QingQiu había oído suficiente, golpeó suavemente el hombro de Liu QingGe con el abanico para llamar su atención y asintió levemente diciendo:

— No tenemos otra opción que confiar en un rey demonio. Estoy seguro que el señor del Viento se hará cargo si debe hacerlo.

He Xuan arqueó una ceja mirando a Shi QingXuan, quien se encogió de hombros descuidadamente. Con una sonrisa, conectó al Supremo en su matriz privada y le dijo:

"Yo confío en ti, He-xiong"
"Siempre lo haces", respondió el rey demonio.
"Y no me has decepcionado"

— Entonces... vamos— dijo Shang QingHua rompiendo lo que estaba por ser un silencio incómodo.
— Vamos— dijo Shen QingQiu con una sonrisa que pretendía ser melosa—. Muéstranos el camino, Shang-shidi. 

Ambos señores de cumbre se miraron un momento y un minuto después Shang QingHua se adentró cruzando la frontera refunfuñando en voz baja, Shen QingQiu lo siguió sin decir nada y Liu QingGe puso los ojos en blanco antes de seguirlo.

— Me recuerda a alguien— comentó He Xuan con indiferencia y se adentró al lugar.

Shi QingXuan se echó a reír siguiendo a la calamidad. Él había pensado lo mismo, seguramente él terminaría por hacer buenas migas con Jiang Cheng y si se daba la casualidad de que ambos ascendieran sería interesante verlos encontrarse con Mu Qing.

Esos tres se llevarían tan bien...

Decir que el Reino Demoníaco era lúgubre había sido poco: era realmente oscuro, con cuevas y bosques por doquier. Sin embargo, hasta ese momento no se habían encontrado con ningún demonio ni con cualquier otra criatura, lo que extrañó a todos. Aunque era probable que estuvieran todos reunidos en un mismo sitio planeando su ataque, no dejaba de ser sospechoso.

— Esto... parece ser que cualquier presencia demoníaca ha sido expulsada de aquí— dijo Shen QingQiu examinando a su alrededor.
— ¡Espera!— exclamó Liu QingGe sujetando el brazo del mayor para que dejara de avanzar.
— ¿Qué?
— Es una trampa.
— Tiene razón.

Durante el trayecto, Shi QingXuan había cambiado su apariencia nuevamente y había quitado las restricciones de su poder espiritual, por lo que había notado lo mismo que Liu QingGe. Con un suave ademán creó una brisa que se dirigió hacía el sitio por dónde iba a pasar el líder de la cumbre Qing Jing, una serie de talismanes explosivos se activaron dejando una nube de humo a su paso. 

— Eso no pudo ser hecho por demonios— dijo Shang QingHua—. ¿Qué tipo de personas estarían tan desesperadas para aventurarse aquí?
— ¿Y por qué tendrían que estar desesperadas?— preguntó Liu QingGe.

Shang QingHua estuvo a punto de responder, pero He Xuan intervino sorpresivamente.

— Allí está la entrada— dijo—. Es probable que el humo esté envenenado.

Sin esperar una respuesta el rey demonio se adelantó cruzando el humo espeso, creando columnas de agua que absorbieron la nube. Shi QingXuan se adelantó sin que le dijeran nada y los señores de cumbre fueron tras él; la puerta de color rojo sangre estaba abierta y He Xuan estaba a un lado de la abertura, sujetándola.

— Dense prisa— dijo—. No tengo todo el día.

Shi QingXuan frunció el ceño al notar a He Xuan un poco ansioso, pero no preguntó y cruzó el umbral con seguridad. Para su sorpresa, Shang QingHua cruzó después de él siendo seguido por Shen QingQiu y Liu QingGe; una vez que todos estuvieron dentro He Xuan soltó la puerta y ésta se cerró con un fuerte estruendo.

La búsqueda había comenzado.

Viento marcial (2/4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora