Ying ZhuiLing bajó hasta el fondo de la prisión llevando a Murong Si a su lado para evitar que hiciera alguna tontería. Él había visto la intención asesina de su compañera cuando usó el sello de Tigre Estigio y tuvo que detenerla por el bien de su plan. Siendo sinceros, le había parecido una tontería atacar ahora que la montaña Cang Qiong tenía al señor del Viento marcial de su lado pero no tenían de otra, si se demoraban las cosas les hubieran ido peor... pero no podía evitar pensar que debieron atacar antes.
— ¿Por qué me detuviste?— replicó Murong Si cuando llegaron al fondo de la fosa.
— Por nuestro plan— dijo Ying ZhuiLing—. ¿Mi señora olvidó que los necesitamos a todos vivos para que lleguen hasta aquí?La rabia de Murong Si menguó recordando la forma en la que habían trazado todo basándose en la premisa de que debían confiar en su victoria para después ser aplastados por el impactante fracaso. Debían poner el pie en el recinto donde se encontraban ellos dos ahora, eso era crucial para el plan y ella lo sabía claramente, pero el solo ver a tres de los señores de Cang Qiong siendo auxiliados por un dios llenó su corazón de rabia, la misma rabia que le llenó cuando vio la estatua en la entrada de la montaña, una rabia combinada con desdén. ¿Con qué derecho se proclamaba la secta Cang Qiong de ser dignos de la misericordia de un dios? ¿Con qué derecho presumían de contar con la bendición del cielo cuando ellos...? Dejó de pensar en ello con disgusto.
— Mi señora— llamó Ying ZhuiLing tomando su mano.
Murong Si volteó hacia él con indiferencia y con una sonrisa Ying ZhuiLing se arrodilló frente a ella, como solía hacerlo desde la primera vez que se encontraron, cuando ella lo tomó como su asistente personal y su compañero más cercano.
— ¿Todavía me guardas lealtad?— preguntó.
— Siempre le seré leal, aunque usted haya renunciado a su nombre y su rango, maestra del palacio— dijo Ying ZhuiLing.Antiguamente, Murong Si era conocida como la Maestra del Palacio Huan Hua, una de las sectas más prestigiosas del mundo del cultivo, cuyo nombre y prestigio rivalizaban con el de la montaña Cang Qiong. Había crecido mimada y querida, su padre se encargaba de que todo capricho suyo fuera cumplido y todo había estado bien hasta el momento en que Luo BingHe llegó al palacio.
No. Hasta que su padre lo aceptó como parte de la gente del palacio.
Visto en retrospectiva tal vez debió sospechar, ¿pero cómo iba a saber ella? ¿Cómo iba siquiera a sospechar que su padre tenía una obsesión insana por la madre de Luo BingHe? Ella solo vio a su padre contento y complacido con él allí y a ella le pareció increíble, su joven corazón había quedado prendado de aquel joven de negro que se negaba a aceptar a otro maestro a pesar de haber sido aceptado como discípulo del palacio y el hecho de que su padre lo aceptara era importante por si ella cumplía su deseo de casarse con él. Un deseo que nunca se cumplió: por cinco años fue testigo de cómo Luo BingHe le lloraba al cadáver de Shen QingQiu, vio como el palacio Huan Hua, su amado palacio, empezaba a ser vituperado y repudiado al considerarse una secta demoníaca para después ser pisoteado al saberse lo que su padre había hecho: conspirar para que Tianlang-Jun fuera encerrado y poder quedarse con Su XiYan.
Para Murong Si, que en ese momento se había enterado de la muerte de su padre y lloraba su pérdida, fue muy duro tener que soportar las miradas de desdén que recibía y ver la forma en que otras personas maldecían la memoria de su padre. Aún así ella tomó su lugar como maestra del palacio tratando de recuperar aunque fuera un poco de lo que había sido la secta, estaba segura que lo lograría, sin duda. Logró reclutar un grupo de discípulos, viajó por diferentes lugares trabajando duro para limpiar la reputación del palacio Huan Hua asegurando a todo el mundo que no tenían relación alguna con el Reino Demoníaco y que no iban a hacer nada malo.
Por un tiempo, todo le fue bien. Regresó a su palacio, y tanto ella como su gente comenzaron a reconstruirlo, poco a poco fue cimentando una buena reputación y durante una cacería nocturna ella rescató a Ying ZhuiLing, un joven que había perdido a toda su familia por causa de un espíritu resentido atrapado por la secta Huan Hua, él ya no tenía a dónde ir y Murong Si lo acogió como su discípulo personal. Justo cuando ella pensó que todo iba a ir bien, su recién reconstruida secta fue atacada: el palacio Huan Hua fue arrasado hasta los cimientos, los discípulos que quedaban fueron absorbidos por otras sectas y nadie levantó un dedo para ayudarlos. Murong Si y Ying ZhuiLing se quedaron solos.
Y lo peor, empezaron a ser perseguidos. La paz de los reinos había sido pactada y ellos dos comenzaron a ser vistos como una amenaza por las sectas menores, y tanto como la montaña Cang Qiong como el templo Zhao Hua comenzaron a buscarlos para "mantenerlos a salvo". Ambos sabían que ese "mantenerlos a salvo" significaba encerrarlos como si fueran criminales. ¡Ellos no eran ningunos criminales! Si tan solo Luo BingHe no se hubiera cruzado en su camino...
Murong Si y Ying ZhuiLing se internaron en el Reino Demoníaco y se toparon con Linguang-Jun, que los llevó a la prisión sin nombre y allí crearon un plan en el que los dos señores demoníacos y la santa demonio serían la carnada para iniciar con la guerra entre los reinos. De todas formas, el mundo ya los veía como escoria, ¿por qué no actuar cómo escoria para después restregarles en la cara que todo era su culpa? ¡Todos ellos los habían conducido a este camino! ¡Todos merecían morir arrasados por el conflicto entre los reinos!
— Trae la espada— ordenó Murong Si sacudiendo la cabeza.
— Como desees— dijo Ying ZhuiLing poniéndose de pie.El joven desapareció por uno de los recovecos del sitio volviendo poco después con una espada demoníaca que entregó a Murong Si, ella revisó la espada de un lado a otro y después sacó el sello de Tigre Estigio enlazando el amuleto a la empuñadura de la espada. La energía resentida del sello alimentó la energía de la espada, dándole un brillo púrpura, y con una sonrisa de satisfacción le entregó el arma a su compañero.
— Es momento de otra sesión— indicó—. Linguang-Jun debe estar esperandolos en el tercer recinto, voy a preparar todo para recibirlos aquí.
— Entendido— dijo Ying ZhuiLing acercándose a una reja, dejando la espada allí mientras entraba en un trance de meditación."La fantasía onírica del soberano demoníaco debe continuar para que el plan funcione", pensó, conectando con la espada Xin Mo y así entrar en la mente de su dueño.
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Viento marcial (2/4)
FanficEl responder a una plegaria lleva a Shi QingXuan al centro de una rebelión. Los señores demonios han desaparecido misteriosamente y sus subordinados han aprovechado esto para levantarse en armas y atacar el mundo humano, con el que habían mantenido...