— ¡BingHe! ¡Reacciona!— gritó Shen QingQiu con angustia.
Shi QingXuan observó fijamente al hombre frente a él. Una inconfundible aura demoníaca emanaba de su esencia con cada paso que daba, enloquecido, balbuceando cosas ininteligibles fuera de sí. Shen QingQiu dirigió su mirada furiosa a Murong Si y preguntó:
— ¿Qué le hicieron?
— Digamos que él no es el único capaz de manejar el mundo onírico— respondió Ying ZhuiLing con una sonrisa—. Aunque, con un arma como esa es difícil combatir una fantasía bien elaborada. Sobre todo si tiene un sustento real.
— Tú...— masculló el líder de Qing Jing cerrando los puños.Luo BingHe alzó la espada Xin Mo y se abalanzó sobre Shen QingQiu, pero Shi QingXuan se interpuso bloqueando el ataque con celeridad, alarmado, y miró la espada con más detenimiento solo para asegurarse. Una amarga sonrisa cruzó su rostro al ver en la empuñadura del arma el sello de Tigre Estigio enlazado como su fuente de energía.
Esto estaba mal.
Estaba tremendamente mal.
Aún así, Shi QingXuan se las arregló para esbozar una sonrisa tranquilizadora a sus compañeros.
— No se preocupen, yo me encargo— dijo.
— Si destruyes la espada podrás detenerlo— dijo Murong Si.
— Si destruyes la espada él muere— dijo Mobei-Jun apareciendo de repente junto a Shang QingHua.Shi QingXuan dio un paso adelante, con lo que Luo BingHe se vio obligado a retroceder, aprovechando la situación para atacar de nuevo lanzando una estocada con el objetivo de atravesar a Shi QingXuan, que bloqueó la espada nuevamente.
Ya pasé por eso y no quiero repetirlo, gracias
— Apártate— dijo Luo BingHe con frialdad—. ¡Debo vengar a mi Shizun!
— ¡Tu Shizun está aquí, idiota!— gritó Liu QingGe.
— ¡Cállate!La mirada del demonio se dirigió al inmortal dispuesto a atacarlo, Shi QingXuan hizo un aspaviento con la mano libre sacando su abanico para atraer la atención de Luo BingHe hacia él, desplegando el dispositivo ostentosamente y blandió sus dos armas de manera amenazante hacia él. La buena noticia de esto fue que Luo BingHe lo miró amenazante, la mala fue que el demonio se llevó la mano a la boca y se mordió, sangrando profusamente. Al ver esto, Shen QingQiu advirtió:
— ¡Señor del Viento, no beba su sangre! ¡Es peligroso!
Shi QingXuan estaba tratando de adivinar qué estaba sucediendo aquí exactamente así que no preguntó sobre porqué no debía tomar su sangre, el solo hecho de pensar en eso era asqueroso. Luo BingHe dio un paso adelante extendiendo la mano herida, listo para tomar el rostro del dios y obligarlo a tomar su sangre, He Xuan se interpuso entre ambos y Luo BingHe lo sujetó con fuerza obligándolo a beber el líquido carmesí.
— ¡He Xuan!— exclamó Shi QingXuan con preocupación.
— Dime, ¿tú mataste a mi Shizun?— preguntó Luo BingHe.Entonces algo hizo clic en la mente de Shi QingXuan. Recordó una de las pocas veces en que subió a la capital celestial, dado que tenía curiosidad sobre la montaña Cang Qiong y el pico SiSheng pensó que Ling Wen sabría algo al respecto y decidió ir a preguntarle. Entre las historias que la diosa le contó estaba la del inmortal Shen, que se había autodestruido para resucitar cinco años después. Una historia triste en la que el discípulo sostenía entre sus brazos el cuerpo sin vida de su maestro.
Luo BingHe vio morir a Shen QingQiu.
¡Ying ZhuiLing había manipulado la mente de Luo BingHe para hacerle creer que Shen QingQiu había muerto! Shi QingXuan sintió una oleada de tristeza mezclada con rabia, ¡esa era una jugarreta muy cruel! El dios del viento se obligó a pensar con la mente fría reflexionando; si Luo BingHe salía en ese estado trastornado y sediento de venganza arrasaría con el Reino Humano destruyendo la tregua que él mismo había ayudado a pactar, el mundo sería un caos y no solo habría guerra, sino una aniquilación completa. Shi QingXuan se sintió decepcionado al ver el alcance del resentimiento de Murong Si y Ying ZhuiLing.
Luo BingHe hizo un leve gesto con la mano pero no sucedió nada, lo cual desconcertó a todos los presentes. He Xuan esbozó una leve sonrisa y dijo:
— La sangre de demonio celestial no puede hacer nada en un cuerpo muerto.
Tras decir esto, el Supremo de las aguas golpeó al soberano demoníaco en el pecho con el canto de la mano insuflando un poco de su poder espiritual. Luo BingHe retrocedió soltando un grito, sintiendo un desajuste en su núcleo dorado, entre la energía resentida que manejaba y que lo había golpeado, notando un desequilibrio en su interior.
— El sello de Tigre Estigio lo está influenciando— dijo He Xuan—. Tal vez era esto lo que Xue Yang planeaba hacer con nosotros.
— Pues... qué bueno que no pudo hacerlo, ¿verdad?— dijo Shi QingXuan con una risa nerviosa.Tres Supremos enloquecidos era la peor de las catástrofes. Shi QingXuan pensó cuidadosamente en qué podría hacer, en ese momento un enfurecido Luo BingHe arremetió contra ellos lanzando un ataque espiritual con la espada Xin Mo que ambos evitaron, Shi QingXuan lanzó a Shui al tiempo que invocaba al viento usando su abanico.
— ¡Viento, ven a mí!
Shi QingXuan creó un poderoso tornado que dirigió contra Luo BingHe. Su objetivo era separarlo de la espada Xin Mo para así poder arrancar el sello de Tigre Estigio afianzado en la empuñadura y tal vez así poder devolverle la claridad a su mente para hacerle entender que todo lo que veía no era nada más que una ilusión. Su ataque funcionó: Luo BingHe estaba más ocupado lidiando con la espada y no se percató del peligro del viento hasta que fue tarde, la fuerza del tornado lo lanzó contra una pared, soltando su espada en el proceso, y en pocos pasos Shi QingXuan llegó hasta ella. Por desgracia, el amuleto estaba tan afianzado a la espada que no había forma de separarlos a menos que se les inyectará una cantidad antinatural de energía resentida proveniente de otra fuente.
He Xuan tomó el relevo esta vez tomando la espada, inyectando su propia energía espiritual al arma hasta que la unión de ésta con el sello de Tigre Estigio se rompió y el amuleto salió volando, quedando suspendido en el aire por unos momentos. Shi QingXuan preparó su abanico, solo tenía una oportunidad así que debía aprovecharla, el joven apuntó como si fuera a lanzar una flecha, respiró hondo y lanzó el abanico hacia el sello antes de que este cayera, rogando a los cielos que Xiè Lian tuviera razón.
El sello de Tigre Estigio se partió en trozos, imposible de ser reparado nuevamente.
La espada Xin Mo fue arrojada al piso, vaciada de toda energía espiritual.
Y Luo BingHe se desplomó estando al borde de sus fuerzas.
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Viento marcial (2/4)
Fiksi PenggemarEl responder a una plegaria lleva a Shi QingXuan al centro de una rebelión. Los señores demonios han desaparecido misteriosamente y sus subordinados han aprovechado esto para levantarse en armas y atacar el mundo humano, con el que habían mantenido...