-Sal ya de tu cueva bruja.-la luz se encendió de la nada y sin previo, naturalmente mis ojos acostumbrados a la oscuridad ardieron.
-¡Pero si serás idiota!, ¡se toca antes!.-me tape la cara con una almohada para proteger mi vista
-Me importa un miserable rábano, vístete, papá nos quiere en 15 abajo.- aparte la almohada y mire a mi hermano recargado en la puerta con la misma expresión de odio a todo como la mía.
-¿A dónde demonios iremos esta vez?.-pregunte fastidiada mientras me incorporaba
-Yo que sé, solo vístete, será una cena o algo así.-se fue dando un portazo
Me levante de mala gana, siempre era lo mismo, cenas, reuniones, sonrisas para todo el asqueroso mundo, ante la prensa éramos la familia perfecta, mi padre, Vladimir Vólkov, era uno de los empresarios más importantes de Washington, el más “honorable y honesto” hombre, el que donaba grandes cantidades de dinero a buenas causas, miles de acciones invertidas totalmente exitosas, dueño de cientos de propiedades en todo el mundo, mi madre, Lidiya Vólkov ,una mujer cariñosa, dedicada a su familia, vicepresidenta de las empresas Vólkov, una mujer hermosa por dentro y por fuera, y para finalizar mi hermano Alexandré y yo éramos los hijos ejemplares, ambos graduados de Yale con honores, personas totalmente responsables y futuros dueños de la herencia Vólkov, pero al cerrar la puerta, fuera de los ojos de todos mi familia era el pilar de una de las mafias más grandes de Rusia, hace aproximadamente 10 años mi padre decidió que era tiempo de crecer, quería más poder, más ingresos, nos mudamos a Washington y por arte de magia nuestra familia se convirtió en una de las más queridas y respetadas de todas.
Odiaba tener esa vida, a pesar de los lujos y comodidades que esta brindara no me sentía contenta, mi hermano tampoco lo era, nuestra relación estaba estancada, antes el era mi mejor amigo, nos contábamos todo, pero todo cambio cuando nos enteramos de donde provenía el dinero que ganaban nuestro padres, cuando cumplimos 16 mi padre nos contó la verdad, y con una sínica sonrisa en el rostro y aire de grandeza nos explicó cómo funcionaba su empleo, ese día mi vida se apagó y estoy segura que la de mi hermano también, ambos éramos marionetas de papá y mamá, no teníamos voto, no podíamos quejarnos, no podíamos salir, no teníamos amigos, era como estar en una cárcel.
Estábamos entrenados, papá siempre insistía que debíamos estar listos para cualquier cosa, nos enseñaron manejo de armas desde los 17, parecerá loco pero debido a la costumbre le vas tomando cariño, mis favoritos eran los cuchillos, Jackson mi entrenador siempre me decía que tenía potencial y mi padre orgulloso de que su pequeña princesa tuviera destreza presumía en las reuniones con su “gente” acerca de mi, por su parte Alexandré adoraba las armas de gran tamaño y tenía una maravillosa habilidad con estas, pero mi padre era muy duro con el, siempre le veía lo malo a cualquier cosa que hiciera, a diferencia de mí, que cumplía cualquier cosa que le pidiera, de igual manera mi hermano era el favorito de mamá, ella ni siquiera podía verme ni en pintura.
-¿Ya estas lista?.-tocaron mi puerta
-Si, vayamos a sufrir un rato.-mi hermano soltó una ligera risa que se borró de inmediato cuando vio a mi padre acercarse
-Te vez preciosa hija mía.-dijo con su curioso acento.-Andando que hoy será una gran noche
Hola chicas! mil gracias por su apoyo! de verdad es increible!, espero que les guste el capítulo! las quiero mucho!