Cortos Starker.

Multiverso.

Ninguno de los tres arácnidos sabía que demonios estaba pasando.

—¿O sea que los tres somos spider Man? —preguntó el tipo que raramente no tenía disparadores.

—Sí, pero no sé que demonios pasó, sólo desperté aquí y vi una enorme torre con una A.

Peter, el Peter que no había ido a otro universo abrió los ojos y se quitó la máscara.

—¿Somos iguales?

Ambos lo limitaron y se dieron cuenta de que no eran iguales, quizá algunas similitudes pero nada idénticos.

—Pensé que lo de los multiversos era una broma de Tony... —inició el spider Man más joven.

—¿Quien es Tony? —preguntó el más alto, el del traje brillante.

—Mi novio.

El más fornido abrió los ojos al igual que el del pelo alborotado.

—¿Eres gay?

—Sí, ¿Ustedes no? —investigó el más joven. Ambos negaron.

—¿Y quién es, un científico? —preguntó el alto.

—Un genio y millonario. Siganme, él sabrá que pasó.

Entonces los tres se pusieron la máscara y emprendieron camino.
Y Karen le indicó a Peter que tenía una llamada de su futuro esposo.

—Pete, ¿Dónde estás?

—Amm, de camino allá, cielo —los demás spider Man se vieron y a pesar de la máscara sabían que tenían cara de WTF—. Ha pasado una locura, voy en camino, te amo.

—Como digas, cariño.

Los demás Spider-Man estaban boquiabiertos, ¿Qué demonios pasaba en ese universo?