Descansaba mi cabeza en la cama de mi mejor amiga, perdido en mis pensamientos con mis ambas manos sobre mi abdomen.
— ¿creés que le llegue a gustar a alguien? — murmure.
Ella río, estirando su cuello para poder verme.
— debe ser una broma youngtae. — dijo, girando sobre su silla con rueditas.
Me acomode mejor en su cama, sentandome con ambas piernas cruzadas.
— ¿qué es una broma?
Ella se levantó de su asiento y comenzó a caminar por la habitación, cortos pasos que me hacían tener algo de miedo por su reacción.
— no juegues, ¡le gustas a todo el mundo! — sonrió.
Reí, SeoYoung podía ser inteligente, pero está vez claro que no lo era.
— ¿gustarle a todo el mundo? ¿acaso soy famoso o algo así? — reí.
Cruzó sus brazos bajo su pecho, con su cabeza ladeada y con una pequeña sonrisa en su rostro.
— ¿vas a decirme que estas tan ciego que no notas las cartas de amor que te dan? ¿los chocolates? — camino hasta sentarse frente a mi.
Me encogí de hombros, no era como si llamar la atención de alguien fuera la gran cosa, supongo.
— a ellas no les gustó. — dije.— solo creen sentir algo por mi, no me conocen en lo absoluto.
Sonrió mostrando su hoyuelo izquierdo, tan adorable.
— pero al menos alguien siente algo por ti. — murmuró, recostadose sobre su cama.
Me acomode a su lado, ambos viendo el techo fijamente en silencio, disfrutando de la compañía de él otro, como siempre hacíamos.
Había conocido a SeoYoung hace algunos años atrás, ya que por alguna coincidencia, su madre, mi profesora de ese momento, era una vieja conocida de mi tía, ¿extraño y tal vez conveniente? Claro que no, vivía con mi tía. Eso nos llevó a pasar más tiempo juntos, en los momentos que ellas hablaban, nosotros empezabamos a jugar con sus juguetes.
Desde ese momento, SeoYoung y su madre venían cada sábado.
La amistad no se había roto, seguíamos siendo igual de unidos de como éramos de pequeños, nos contábamos nuestras anécdotas de la semana o secretos más profundos. Podría talvez confirmar que sabía cada cosa sobre ella.
Momento, talvez no sabía todo sobre ella.
Volteé mi cuerpo en su dirección, viendo como mantenia sus ambos ojos cerrados, acerque mi dedo hasta su mejilla y acaricie levemente esta.
— ¿Seoyoung? —susurre.
Abrió sus ojos lentamente, moviendo la cabeza en respuesta a mi llamado.
— ¿Diste tu primer beso? — dije.
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