𖥻 kiss later / kim taeyoung.

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En silencio hibamos caminando hasta un puesto de dulces, SeoYoung no podía venir al parque sin comer un algodón de azúcar.

Parecía una niña pequeña a mi lado, saltando de un lado a otro con esa sonrisa que sólo algunos conocían.

— ¿Tú vas a querer algo? — dijo.

Negué con la cabeza, soltando su mano para que pudiese pedir lo que quería. Mi mano instantáneamente se sintió congelada y solitaria, tanto así que fue involuntario juntarla con mi otra mano para sentir el calor.

Volví a verla, estaba hipnotizada mirando como el hombre giraba el palillo por la nube color rosa. Ella tenía sus manos pegadas al vidrio que los separaba, casi queriendo sobrepasarlo.

Sentí un pequeño escalofrío por mi espalda, si que estaba frío ese día.
Rápidamente gire a verla nuevamente, pude ver como parecía tener un escalofrío, siempre que tenía uno giraba sus brazos hacia atrás.
Quite mi chaqueta y me acerque por detrás para poder colocarsela por encima de los hombros.

— ¿Tú no tienes frío? — preguntó cambiando por completo su tono de voz.

— Poco. — susurre.

Tenía frío, mucho frío, pero no quería que se enfermara.

A los pocos segundos volteo por completo mostrándome su algodón, con la sonrisa más brillante que podía tener, tierna.

— ¿Seguro no quieres? —preguntó.

— Muy seguro. — suspiré.

Era SeoYoung, no me hiba a dejar hasta que comiera un poco, solté otro suspiro al ver como hacía un pequeño puchero con sus labios, sabía manipular.

— típico escorpio. — dije, abriendo mi boca.

Soltó una fuerte carcajada mientras dejaba un trozo sobre mi boca.

Seguimos caminando por el parque, viendo y escuchando a los niños y adolescentes reír, algo dentro de mi quería subir a un juego, y sabía que SeoYoung no se negaría.

— ¿Subamos a ese? — señale con mis dedos la atracción principal, la rueda de la fortuna.

Asintió, dándole el último bocado a su dulce.

Volví a tomar su mano, sintiendo la calidez nuevamente, sintiéndome más relajado de un momento a otro.

— Si vómito o me siento mal será tu culpa. — murmuró.

Sonreí internamente, siempre echándole la culpa a los demás.

Hicimos la fila, ella miraba cada lugar, y yo solo podía mirarla a ella, se sentía tan extraño verla, sentía que mi cuerpo daba pequeños saltos, se sentía realmente mal, ¿y si yo me había enfermado?
Me dolía el pecho y me comenzaba a doler la cabeza, hasta mi vista se estaba comenzando a nublar, algo no me permitía ver a nadie más que a ella, dios, que vicho me había picado.

Refregue mis ojos una y otra vez, pero al darme cuenta ya nos tocaba subirnos a la atracción, así que solo subí e intente no quedar ciego por los colores que iluminaban los asientos.

— ¿Te sientes bien? No pareciera que estuvieras en condiciones para subirte. — dijo Seo, tomando asiento a mi lado.

— Estoy bien. — trague saliva. — solo me entró algo al ojo.

Sonrió levemente, aun solo podía ver su rostro, ¿que tenía el algodón?

El juego comenzó a moverse, llevándonos hacia atrás para luego comenzar a subir, poco a poco podía ver para abajo con otra perspectiva, todo estaba iluminado y poco a poco todo se veía pequeñito.