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Había pasado cada minuto de cada día esperando un mensaje de su parte, SeoYoung decía que estaba exagerando y que talvez parecía un maníaco, pero bueno, ella reaccionaba casi igual a cuando serim le hablaba.

— ¿nada aún? —preguntó ella.

— nada. —suspiré, dejando el celular rebotar en mi cama.

Los días siguientes de él encuentro habíamos asistido a la cafetería, pero por alguna razón ella no hiba a trabajar.

— deberías despejarte, nisiquiera la conoces. — murmuró, también dejando su celular de lado para poder dormir.

Suspiré nuevamente, era cierto, con suerte sabía su nombre.
Minying, era el nombre más hermoso que pude haber escuchando alguna vez. La chica me tenía enamorado, si ella pedía que tirase de un puente, claro que lo haría.

Talvez.... ¿Minying será mi primer beso?

Una felicidad se acumuló en mi pecho y el instinto de saltar me llevó a rebotar en la cama.

— ¡SeoYoung, Necesito de tu ayuda!

No podía quedarme quieto, daba pequeños saltos sobre mis rodillas intentando llamar su atención.
Justo cuando volteó, sonrio levemente.

— ¿qué quieres? —murmuró algo adormecida.

— ¡Vas a ayudarme a que mi primer beso sea genial! — dije con emoción, sin dejar de saltar sobre el colchón.

Se acomodo mejor en la cama mientras rascaba sus mejillas.

— ¿y cómo haré eso? —respondió en voz baja.

— ¡No lo sé! Solo quiero que mi primer beso con ella sea perfecto.
— respondí, acercándome poco a poco a ella.

SeoYoung bajó la cabeza levemente,¿se lo tomaría mal? Talvez este como yo, sin poder creer que ya somos adolescentes y haremos tales cosas.

Después de unos segundos en un silencio incómodo, vi cómo su cabeza se movía de arriba a abajo, asintiendo con una pequeña sonrisa en sus labios.

— ¡Gracias SeoYoung! ¡Eres magnífica! — me lancé a ella, pasando mis brazos por su cuello.


























Después de horas insistiendole a SeoYoung ir a la cafetería, terminó aceptando.
Y allí estábamos ambos, sentados donde siempre pidiendo algunos café.

— ¿Crees que venga hoy? —pregunté.

— ¿Quién? —murmuró leyendo en voz baja el menú.

— Boba, Minying obviamente.
— respondí volteando, mirando de reojo la barra.

— cierto.... —suspiró dejando el menú de lado.

SeoYoung había estado algo extraña últimamente, no había hablado nada sobre su semana, o sobre como se sentía, nisiquiera había hablado sobre serim.

— ¡Allí está! —eleve un poco la voz al verla aparecer tras la barra.

Llevaba su delantal color rosa rodeando su cuerpo, junto con el cabello amarrado en un alto moño, se veía hermosa, algo extraña, pero no le quitaba lo hermosa.

— ¿Sabes que vas a pedir? — dijo ella, sacándome de mi pensamiento.

— Ah si, un café americano. —voltee a verle. — ¿pedirás capuchino?

Sonrió por primera vez en la salida, asintiendo rápidamente tomando entre sus dedos su celular.

Volteé a ver hacia la ventana unos minutos, talvez era cierto, debía despejarme un momento y vivir las cortas vacaciones que me quedaban.
¿Qué haría luego? Ella se ve de mi edad, de seguro esta también estudiando como yo, ¿a qué escuela irá? ¿Dejará de trabajar en cuanto empiezen las clases?

Debería acostumbrarme a que no la veré más luego.

Un pequeño ruido se escucho a nuestro lado, voltee levemente y allí estaba, estaba frente a ambos con una libreta entre sus manos y una ladina sonrisa en su rostro.

— ¡Taeyoung! ¿no? —pregunté.

Ay no, sentí mis piernas y brazos temblar ante su suave voz, ¡se acordaba de mi nombre! ¿podría acaso tener más suerte que esa?

— uhm.... sí. —murmure.— ¿Minying?

SeoYoung soltó una pequeña risa tapando su boca, luego me las pagaría.

La castaña asintió acomodando uno de sus cabellos tras su oreja, tomando mejor entre sus dedos la pequeña libreta.

— ¿Cómo has estado? —preguntó.

— ¿Cómo has estado? —preguntó

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𖥻 kiss later / kim taeyoung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora