- ¡Chata! No pensé que fueras a venir, este lugar es muy feo como para que vengas - exclama mientras me abraza, su abrazo fue tan fuerte que mi felicidad volvió. Fue un abrazo cálido y fuerte, ya tenía 20 días sin verlo, así que me valía lo que me dijera.
- ¡Pues yo le dije que no viniera, pero es bien burra y no me hizo caso hasta se despertó temprano, ella que es tan floja! - exclama mamá, sé que está enojada porque no hice caso a lo que me dijeron y bueno si es un horror venir, pero ni por eso dejaré de venir.
-Pues no voy a dejar de venir - mi hermano agarra la bolsa de comida que mamá trae, pesa mucho porque es comida para toda una semana.
Procedimos a pasar en la parte donde se ponen las mesas. Les pondré una imágen aunque usualmente me gusta que la imaginación de cada persona se active, en esta ocasión no porque está no es una novela, sino una historia real.
Ese patio se usa para los de reinserción, ahí las familias alquilan una mesa para poderse sentar y almorzar con sus familiares, la vestimenta que usan los reos es esa misma que los que salen en la imágen, pantalón beige con playera amarilla. Para las visitas forzosamente teníamos que usar playera roja con pantalón de mezclilla y zapato abierto o que fuera fácil de quitar para que te lo esculcaran.
Nos pusimos a almorzar como a las 11, estuvimos platicando de su llegada a atlacholoaya.
-¿Dónde te dormiste la primera vez que llegaste aquí? - le pregunto, dicen que la curiosidad mató al gato y esta vez me mato a mi jajajaja, es broma, ya sé que es un dicho.
-Pues en una celda, dónde habían 11 reos que ya llevan dos semanas y otros dos con los que me trajeron, me dieron dos cartones uno para que me acostará en el y otro para que me tapara, otros se cuelgan de su playera en los ganchos o clavos que están ahí en la celda y así se quedan dormidos colgados y uno de mis cartones se lo di a un compa que se iba a dormir parado.
-¿Nomanches neta? - preguntó con cara de asombró, pobre de mi hermano lo que ha tenido que pasar por culpa de personas malas.
- Si, así estuve los dos primeros días, hasta que conocí a un compa, su nombre es... - (cómo mencioné esta es la verdadera historia y me atreví a qué la conozcan para limpiar el nombre de mi hermano, por lo cual no mencionaré el nombre del chico, el cual siempre ayudo a mi hermano y se lo agradezco) - él me pagó una celda para que duerma solo y me prestó un teléfono pero tengo que pagar la renta del teléfono a los oficiales
-¿Y la pagaste? - procedo a seguir preguntándole cada respuesta que me daba
- Si, mi amigo R. me aconsejo para que la dieta y así es como te pude mandar mensaje chata
- ¡Oh, ya, con razón! - vaya, aquí te cobran por todo
-Si, incluso puedes tener una televisión, DVD o lo que quieras pero tienes que pagar, también hay personas que pagan por meter pomadas para los reos o medicina, hasta para meter tenis tienes que pagar, incluso la comida que ahorita pidamos que nos calienten en el microondas, tenemos que pagar porque la calienten
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LA JUSTICIA INJUSTA
Non-FictionNo recomendada para menores de edad. En honor a un gran hombre, hermano, amigo y más que nada a un gran hijo. Con este libro se busca limpiar el nombre de una persona que por azares del destino lo juzgaron mal. ¿La moraleja? habrá muchas moralejas d...