Frankenstein

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- Hoy vendrá el doctor que se encargará de ustedes, debido a que la doctora Karen sufrió unas lesiones importantes y debe recuperarse. Espero que se comporten y presten su mayor colaboración, de esta forma ustedes dos pronto se irán a su casa - dijo Dittrich

- Seguro los dejará ir - dije sarcásticamente.

- Veo que la ausencia de tu madre te está afectando Nikola -

- Para nada, estoy mucho mejor sin ella -

- Pues veamos si sigue pensando igual cuando conozca al doctor que tomará el control del laboratorio -

Dittrich se alejó de la puerta, tomó asiento y comenzó a leer un periódico.

Una voz por el alta voz dijo - Tienen poco tiempo para prepararse, el Doctor Alex Pierce ya está llegando -

Todos los que estaban allí se reunieron, Dittrich mando a buscar a Karen y esperaban ansiosamente

Zac tenía un poco de malestar, no podía mantenerse en pie. Bianca estaba junto a mi en una esquina observando lo que acontecía afuera.

Tras unos minutos a Karen la traían en una silla de ruedas, tenía hematomas alrededor de todo su cuello, una venda en su frente y el brazo derecho tenía un yeso. Podía sentir el odio que había en sus ojos, pero disfruté de verla indefensa.

Las luces se encendieron en su máxima capacidad, todos aguardaron y por las escaleras apareció un hombre alto, tenía un traje negro, parecía impermeable, desde la cabeza a los pies, se movía con un bastón gris que relucía como los escarpelos. Traía botas oscuras, guantes y una máscara gris, no tenia orificios en la boca ni en la nariz, solo en los dos ojos. Era abrumante, Bianca se aferró a mi brazo de una manera que creí que lo desprendería.

Dittrich dijo - Bienvenido doctor Pierce, este es el laboratorio que manejaba el doctor Clayton, que luego pasó al mando de la doctora Karen, en estos momentos ella se encuentra fuera de servicios después de un trágico accidente, y ahora usted será el encargado de este laboratorio. Déjeme informarle que es uno de los laboratorios mas pequeño, pero la fuente de toda la información se encuentra acá -

Una voz espectral salió de aquel hombre diciendo - Prefiero que me llamen Frankenstein -

Dittrich lo miró un poco confundido y continuó diciendo - La información la tenemos toda en nuestro sistema computarizado y contamos con respaldos, pero la mayor fuente de información se guarda en el ADN de uno de los participantes que se encuentran en esta cámara antiescape -

Se acerco a la puerta y me señaló diciendo - ¿Esa es la fuente de información? -

- Si, esa es la fuente de información, su nombre es -

- Su nombre es B-758437 - interrumpió Karen, - Todo lo que quiera saber sobre nuestros estudios, lo podrá encontrar en el -

- Usted se me hace conocida Karen - le dijo Pierce.

- Pero usted a mi no doctor Pierce, jamás podría olvidar un atuendo como el suyo -

- Doctora Karen, basta. No debería discutir con el doctor Pier... con Frankenstein, ahora el será su superior -

- Por lo menos debería dejarse ver el rostro, es de mala educación hablar sin reconocer con quien se habla - respondió Karen.

Pierce se acercó a mi madre, se agachó y le dijo - Karen, si vieras mi rostro jamás podría volver a dormir. Y si de éticas moral hablamos, su hijo no debería estar encerrado como una rata de laboratorio, así que le pediré amablemente que jamás cuestione mis decisiones, por más estúpidas que le puedan parecer. Sino yo mismo experimentaré trasplantes de órganos en usted. ¿Quedó claro? -

Karen guardó, silencio y solo asintió con la cabeza, el doctor Pierce parecía tener una actitud muy controladora.

- Lo que yo diga en este laboratorio se hará, si digo que corten los suministros eléctricos, los cortarán. Si digo que inunden el laboratorio, lo inundarán. Si digo que maten a alguien, lo harán. Pero con una sola regla, jamás pregunten el por que, porque no se los diré. Así trabajo yo y seguirán mis normas, ¿No es así señor Dittrich? -.

- Si Frankenstein, así mismo. Las personas que pidió para que trabajaran con usted ya fueron entrenadas y estarán desde hoy mismo con usted -

El ambiente que causó el doctor Pierce fue tenso y de total dominio, incluso hasta para Karen, que no se veía nada contenta con la noticia.


La noche llego y el equipo de Pierce se veía nada hostil, era extraño, parecían personas amables. Pierce pidió que abrieran la puerta y entró sin cerrarla.

Se paseo por la cama donde estaba Zac y pregunto que tenía el chico, una de las personas que estaban afuera le explicaron. Inmediatamente mandó a colocarle medicación para que no sufriera de los dolores.

Luego se sentó a un lado de Bianca y comenzó a charlar con ella. Pierce se veía como un tipo duro, como un demente en un traje de horror, pero en realidad yo veía una persona cálida y que se preocupaba. Al menos esa era la impresión que me llevaba de el.

Después de terminar con Bianca me invitó a salir a tomar un poco de aire en el exterior, me alarmé porque pensé que me enviarían a otro lugar, o quizás asesinarían a Zac y Bianca.

El notó un poco mi preocupación y preguntó - ¿Temes que quiera asesinarte? -

Negue con la cabeza, alcé mi mirada para ver a Zac y el volteo a mirar, y dijo - Entiendo, ¿te preocupan tus amigos?, te prometo que ellos estarán bien. Por otra parte creo que has estado mucho tiempo encerrado acá y quiero ponerte en contacto con el mundo exterior -

Me daba un poco de pánico salir, no sabía con que podría encontrarme, ni que tanto había cambiado las cosas.

El salió de la habitación y me dio una señal para seguirlo.

Juntos subimos por las escaleras, yo no recordaba ni la casa.

Estaban las luces apagadas, pero entraba una luz blanca por la puerta, dejando ver la madera del suelo.

- Todos tenemos, sueños, aspiraciones, esperanzas, fe e incluso un amor. Y tu al estar tanto tiempo encerrado creo que necesitas muchas cosas de esas, por no decirlas todas - comentó mientras abría la puerta.

Una brisa fría y con un olor a lavanda entró, acariciando mi rostro, cerré los ojos para poderlo apreciar.

Era aire natural, con olor y temperatura.

- Vamos, sal, quiero mostrarte algo - dijo saliendo de la casa.

Cuando salí, podía sentir frio, podía oír a los grillos y las ranas del estanque, podía oír las ramas y las hojas de los árboles, como chocaban entre si gracias a la fuerza de viento.

Una sensación de nostalgia me invadió, cuando subí el rostro al cielo y vi, un cielo negro, con muchas estrellas y una luna perfectamente redonda, con un brillo intenso. Sentía la necesidad de llorar, de aferrarme a aquel momento y repetirlo una y otra vez. Recordaba a Aneth.

Las lágrimas silenciosas comenzaron a brotar de mis ojos. Pierce se percató de ello y me dijo - Nikola, no será hoy, no será mañana, pero te juro que te haré libre -, sus palabras me quebrantaron, me dejé caer de rodillas y cubrí mi rostro con ambas manos, no podía dejar de llorar y esta vez no era nada silencioso.

Pierce estuvo durante todo ese tiempo a mi lado, hasta que me llevó abajo de nuevo y me dejó en la habitación diciéndome - Tu sueño era viajar a la luna con ella, y aunque ella no este, cada vez que mires la luna, sabrás que ella hacia todo porque te sintieras mejor y que murió junto a su familia por liberarte de esta maldición de tener un ADN perfecto -

Cerró la puerta y se alejó dando la orden que estuviesen al pendiente de Zac.

¿Quién era este hombre?

¿Cómo supo lo de mi viaje a la luna?

¿Por qué me juró mi libertad?

¿Sera que nos conocíamos?

Mi mente si que se sentía agotada ese día, pero pude conseguir dormir gracias a ese paseo al exterior.

La DistorsiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora