Infección

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Karen encendió las luces de la habitación, esto significaba que vendría a colocarme mi dosis de Z54.

Apareció en la puerta, Zac y Bianca se levantaron rápido corriendo hacia a ella para abrazarla.

- Doctora Evans, que bueno que está acá - dijo Bianca.

- Los hermanos Carter, para mi es un placer verlos de nuevo, como les prometí, vamos ha tenerlos por un tiempo mientras le daremos sus medicamento para curarlos -

- ¿Doctora Evans? - dije.

- Veo que ya conocieron a Nikola, el joven que salvará sus vidas - dijo ella apartándose de ellos.

- ¿Cómo que salvaré sus vidas?, necesito una explicación, doctora Evans -

- Nikola, como bien sabes, tu ADN tiene propiedades regenerativas y tu sangre contiene la cur de muchas enfermedades, mediante unos estudios hemos concluido que tu puedes salvar vidas, podemos curar a pacientes que están a punto de morir y todo esto gracias a las anomalías en tu ADN - 

Esto me sonaba algo retorcido, según ella yo tenia la cura a muchas enfermedades y ahora me utilizarían para curar a personas que estuviesen muriendo. Algo no estaba bien y tendría que descubrir que era.


Dos semanas pasaron, en las cuales un lazo de confianza se fue dando entre Zac, Bianca y yo, eso hacía que Karen estuviese alerta a todos nuestros movimientos.

Le conté a los chicos parte de lo que había vivido en todo este tiempo y como experimentaron conmigo, ellos no creyeron parte de los que le decía, pues Karen les llenaba de mentiras diciendo que mi mente estaba un poco confusa y que creía que mis sueños eran la realidad.

Pero no siempre se puede controlar todo a tu alrededor, a veces hay pequeños errores que no son predecibles. Bastó un pinchazo con una aguja para despertar a todos en ese laboratorio. Quien diría que la torpeza humana, podía ser de gran utilidad para la clave de mi libertad.

Uno de los ayudantes de Karen vino por un poco de mi sangre para analizarla, todo iba bien hasta que, sacó la aguja de mi brazo y justo cuando iba a colocarle la tapa a la aguja, se pinchó en un dedo.

El hombre se puso nervioso y salió corriendo de la habitación dejando caer varias agujas, un escarpelo y un encendedor. Se sentó en una de las mesas y comenzó a sentirse mal. Fue allí que vi mi oportunidad de abrirle los ojos a Zac y Bianca.

- Chicos, este es el momento en donde se darán cuenta que tengo razón, Ese idiota se a pinchado con la aguja con la que me sacó sangre, ahora algo le esta sucediendo - le dije advirtiéndoles de lo que pasaba.

- Pero que idiota, seguro no le pasara nada - dijo Zac.

- Te equivocas amigo, las ultimas dos personas que tuvieron mi sangre, estallaron esparciéndose por todos lados. Si Karen no llega a tiempo sabrán que tengo razón -

El hombre se quitó el suéter que llevaba y se preparaba para ponerse una inyección, cuando de pronto llevo sus manos a la cabeza y gritaba de dolor.

Karen llegó de inmediato y preguntó que le había ocurrido, el le dijo que se infectó con mi sangre.

Karen corrió a buscar algo, pero ya era demasiado tarde.

Los ojos, nariz y boca comenzaron a expulsar sangre de aquel hombre,  ya estaba inmóvil cuando Karen regresó con lo que parecía era otra inyección, El hombre había muerto.

Zac y Bianca estaban horrorizados, se dieron cuenta de que mi sangre podía causarle lo mismo y lo que era aun mejor, por fin me creían, este pequeño e insignificante descuido abrió una puerta de conocimiento para todos en el laboratorio.

Rápidamente tomé varias agujas del suelo y las escondí. Zac que me observaba tomó el escarpelo y el encendedor, y tambien lo escondió.

Bianca no paraba de llorar, se había dado cuenta de que este no era un laboratorio clínico, sino una prisión donde experimentaban con niños y jóvenes.

Esta había sido la primera oportunidad en años para conseguir mi libertad, y lo que no sabia, es que gracias a esto, mi mundo estaba por cambiar.

La DistorsiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora