Desperté amarrado en una cama, estaba en un laboratorio, todo estaba un poco tenue, la luz estaba baja y tenia una mascara de oxigeno.
Mis muñecas y mis tobillos estaban atados a la cama con brazaletes de un metal frio, podía sentir las maquinas haciendo ruidos a mi alrededor.
- ¿Hay alguien acá? Mami, Jerry... ¿están allí? -
- Despertaste bebe, me alegro mucho que estés bien - dijo mi madre mientras me quitaba los brazaletes
Dijo Clayton - Has estado dormido como por dos semanas Nikola, hoy es Viernes, al parecer sufriste una terrible alergia a los sedantes y te mantuviste en coma desde que... -
interrumpió mi madre para preguntarme - ¿Qué recuerdas bebe? -
- Creo que estaba dentro de un lugar donde me durmieron, esta el doctor Goebbels dando ordenes, esta Jerry y estas tu, pero me dormí y no recuerdo mas nada -
- Esta vez tuviste razón amor, no recuerda nada, ya completamos la primera parte del proceso - Le dijo Mi madre a Clayton.
- Llamare a ya tu sabes quien, debo informar para que prueben nuestros datos en los otros - respondió Clayton.
- Mami ¿Qué esta pasando? - pregunte.
- Tranquilo mi amor, todo esta bien, hemos descubierto una manera de revertir ciertos problemas que hay en ti -
- Quiero ver a Aneth, vamos a casa -
- Tranquilo estamos en un hospital secreto, bajo la casa de Clayton, Pronto podrás ver a Aneth - me respondió ella.
Me levante de la cama donde estaba y me dolía un poco la espalda, baje los pies al suelo estaba muy frio.
Clayton hablo - Creo que daremos un pequeño paseo, el doctor Goebbels quiere verte, iremos al sur, no muy lejos de acá, tendré que dormirte de nuevo -
- Espera no quiero dormir mas, me portare bien, pero no quiero dormir mas - respondí.
Mi madre y Clayton se dijeron algo en secreto y Clayton dijo - Esta bien, pero debes hacer lo que yo te diga -
- Hare lo que tu digas -
- Pues ven, colócate algo de ropa, debes abrigarte muy bien, aun el sol te hace daño - dijo Clayton mientras me daba ropa y buscaba algunos documentos en un escritorio.
- Yo iré por el vehículo - dijo mamá.
Me quite la bata y comencé a vestirme...
- Apresúrate Nikola, debemos llegar rápido, vamos a subir ven -
subimos por un elevador, salimos por la parte de atrás de su cochera, era de noche y la luna no se veía. Estaba el vehículo de Clayton, mi madre se bajo de el y se subió a la parte de atrás conmigo.
La noche estaba estrellada y no había casi nubes, no sabia a donde íbamos pero mi madre y Clayton empezaron a discutir porque el vehículo no tenia casi combustible y tendríamos que hacer una parada.
- Hay una estación de servicio próxima, nos detendremos allí, si quieren pueden comprar algo para tomar - Dijo Clayton.
Al llegar a la estación de servicio le dije a mi madre que quería ir al baño, ella se quedo fuera de la puerta mientras me lavaba la cara, al salir le dije a mi madre que quería un poco de agua y cuando íbamos a pagar mire la sección de periódico y había una foto del doctor Goebbels, me acerque y decía que Goebbels había muerto en un accidente de transito, el periódico era del día Martes
Si Goebbels había muerto el martes pasado, ¿Con quien me encontraría?.
Llegamos a un camino de tierra que había a un lado de la carretera y condujo por allí.
Llegamos a una casa grande donde había un gran maizal.
- Bájate rápido y entra a la casa, bajaremos juntos al sótano, allí esta Goebbels esperándonos - dijo mi madre.
Llegamos al sótano y me esperaba ciertamente el doctor Goebbels, estaba con varias personas, esto parecía un hospital subterráneo.
- Mi paciente favorito esta en casa, lo veo mejor que nunca amigo mío -
- Doctor Goebbels pensé que estaba muerto, que había sufrido un accidente de transito - le dije.
- ¿Pero quien te ha dicho eso? - Clayton interrumpió.
- Lo leí en un periódico en la estación de servicio -
- Tranquilo, fue una mala información, pero preferiría seguir en el anonimato - dijo Goebbels, - ahora a lo que vino mi querido Nikola, siéntese por acá tomare unas muestras de sangre y hare un par de escaneos a tu cerebro -.
Me senté y comenzó a sacarme sangre.
Mis brazos estaban con moratones de tantas agujas que atravesaban mi piel, ya ni dolor me provocaban, la sensibilidad de mi piel a la luz era cada vez mayor o al menos eso pensaba yo.
ESTÁS LEYENDO
La Distorsión
Narrativa StoricaUna Historia que te hará entender el valor de la vida y la muerte. Reflexiones profundas llenas de dolor y tragedias, pero que al final nos daremos cuenta que la cuestión de vivir es saber morir.