Estaba sentado en mi habitación y busqué un lápiz y un papel, comencé hacer garabatos, nada en específico, trazaba líneas y círculos sin sentidos, mientras pensaba la manera de averiguar lo que ese par me escondían.
Por un lado estaba mi madre, que con el pasar de los años se había vuelto fría, distante e incomprensiva. Con ella era seguro que no podría tener información.
Con Clayton era un poco mas fácil, pero tendría que separarlos para poder presionarlo y que me diera respuestas a mis interrogantes.
Tenía la certeza de que lo que estuviese pasando, yo sería el centro de todo.
¿Será que los estudios que me realizan ya arrojaron datos positivos?, ¿Podría ser que ya tuviesen la cura?, ¿Quizás las personas que me querían los presionaran para que ellos buscaran en mi, lo que necesitaban?, ¿Por que Clayton dijo que mi madre lo mataría?.
Me comencé a marear, mi presión sanguínea había aumentado mucho, y no estaba realizando ningún esfuerzo físico. La habitación daba vueltas y sentí nauseas incontrolables.
Me levanté y caminé por el pasillo hasta el baño, necesitaba tomarme mis pastillas para controlar estos episodios.
Abrí el botiquín del baño, tome el frasquito de pastillas y cuando intentaba abrirlo las tire todas al suelo.
- Que idiota soy - dije agachándome para recoger las pastillas.
Pude escuchar como Clayton y mi madre discutían, porque Clayton tendría que ir por la pizza, ya que mi madre había salido anteriormente.
Fue en ese momento que vi una oportunidad para poder interrogar a Clayton sin que mi madre me estorbara.
- CLAYTON AYÚDAME, ESTOY EN EL BAÑO - grité desde arriba.
Espere que Clayton apareciera.
- Pero ¿Qué te ha sucedido tontín?, ¿Te caíste? - dijo lanzándose a mi lado.
- No, solo estaba un poco mareado, todo me daba vueltas y me dejé caer, no fuese a perder el conocimiento y golpearme con el lava manos.
- Te llevaré a tu habitación de nuevo - me ayudó a levantarme y caminamos a mi habitación.
- Clayton, ¿te puedes quedar conmigo mientras mi madre va por la Pizza? - Pregunté entrando en la habitación.
Creo que se percató inmediato de mi plan, cruzo sus brazos y dijo - Tendrás que ser más astuto que eso, para sacarme información tontín -
- Al menos lo intenté - alcancé a decirle mientras se marchaba.
Me tiré en una esquina de la habitación, me gustaba ponerme allí porque de alguna manera lo podía sentir mas a gusto, las dos paredes que se encontraban para mi era gratificante.
- ¿Puedo conversar contigo? - preguntó mi madre con voz suave y muy baja desde la puerta.
Me sorprendí mucho, me incorporé rápido y contesté - Claro madre, ¿Esta todo bien? -.
Ella tímidamente termino de entrar en la habitación y tomó asiento en mi cama. No me miraba a los ojos, tenia el rostro cubierto por la oscuridad que había.
- Realmente ¿Qué fue lo que le preguntaste a Clayton? -
- Lo que te dije abajo madre -
- Yo se que eso no es cierto, se que esconden algún tipo de secreto entre ustedes y no debería ser así Nikola. se supone que somos una familia y estamos trabajando para poder buscar una cura para ti -
- Eso no es cierto madre, secretos es lo que sobran de parte de ustedes dos. Nunca me dicen nada, tu estas distante, te empeñas en llamarme por una maldita enumeración y desde hace mucho ni me tocas, es como si me esquivaras -
- ¿Cómo te atreves a hablarme así? eres un insolente de mierda y un mal agradecido. A ti no te importa que estemos en la clandestinidad por tu culpa, huyendo de personas que quieren destruir lo que hemos logrado y los sacrificios que hemos hecho por ti -
- Yo nunca les pedí que hicieran nada de esto por mi, es mas la próxima vez que muera preferiría que me dejasen así. ¿Quién quiere vivir una vida de mierda como la mía?, tu al menos tienes la oportunidad de salir al exterior cuando se te plazca, puedes disfrutar de la compañía de alguien, puedes moverte a cualquier hora si así lo deseas, pero ¿Qué hay de mi?, debo estar encerrado en esta maldita casa siendo la rata de experimento de un grupo de personas que, no se que es lo que buscan - le dije levantándome del suelo.
Mi madre se levantó bloqueando la puerta, cómo si pudiese adivinar que yo quería salir de allí.
- ¿De qué grupo de personas hablas? - Preguntó ella con un tono amenazante.
- No lo sé, no sé para quien trabajan, ni quien es el tipo al que le envían los informes, no sé quien es sipo -
Ella me interrumpió diciendo - ¿sipo? - aguardó silencio por un momento y agregó - ¿Dónde escuchaste de sipo? -
- ¿Eso qué importa? yo lo que quiero son respuestas, no más preguntas. ¿Están difícil comprenderlo?, Por una maldita vez en tu vida puedes darme una respuesta y no lo haces -
- Perfecto, quieres respuestas y yo te las voy a dar - se acercó a mi estirando su brazo derecho, haciendo que una descarga eléctrica atravesara mi cuerpo. Podía sentir como se contraían mis músculos, pero no sentía ningún tipo de dolor -
Caí al suelo y ella se subió encima, destapó mi cuello y me colocó una inyección que me durmió.
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La Distorsión
Ficção HistóricaUna Historia que te hará entender el valor de la vida y la muerte. Reflexiones profundas llenas de dolor y tragedias, pero que al final nos daremos cuenta que la cuestión de vivir es saber morir.