2. ¿Será real?

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Sentada sobre la cama aún leía la nota... esa nota me tenía totalmente aterrada. A través de la ventana se veía el bosque gélido y cubierto por una neblina densa y pesada.

"Es mio este lugar"

Esa sola frase no dejaba de azotar mi cabeza una y otra vez. Escuche como la puerta se abría rechinando y al interior de la casa entraba una persona.

-¡Sunshine! ¿Estas en casa?- Gritó la calmada voz de mi madre.

"Parece que no notaste mi ausencia" Pensé para mis adentros mientras bajaba de la cama y caminaba hacia donde mi madre se encontraba.

-Aquí estoy ¿Dónde estabas?- Dije con un tono preocupado- No tenía idea de a donde habías ido y me empece a preocupar- La verdad era que quería tapar lo mejor posible el hecho de que, al igual que ella, acababa de llegar.

-Oh, hija lo siento tanto- Decía mi madre mientras me abrazaba- Perdona pero salí a comprarte algo...-

Mis ojos se abrieron como platos y no pude evitar sonreír al ver que mi madre me entregaba una caja negra. La tome y me senté colocándola sobre mis piernas.

-Pe...pero ¿Porqué motivo?- Dije sorprendida-

-Lo vi y pensé que te quedaría hermoso, anda abrelo-

Alce la tapa con cuidado y ahí dentro de la caja perfectamente doblado estaba un vestido. Precioso, color blanco con rosa pastel, me debía llegar a la rodilla y era bastante esponjoso.

-Mamá es hermoso, me encanta- Dije abrazando a mi madre- ¿Puedo usarlo mañana?

-¿No debes ir con uniforme?- Preguntó extrañada.

"Maldición... tendré que mentir". Pues es que mañana haremos un pequeño convivió por la jubilación de un maestro muy querido y nos permitieron llevar ropa casual- Dije rápidamente lo más calmada que pude.

Mi madre solo asintió con la cabeza y me dio un beso en la frente. Luego de un par de horas hablando con ella y jugando con mi hermano decidí ir a dormir.

Entre en mi cuarto y colgué el vestido en la puerta para ponermelo en la mañana. Dispuesta a dormir di un último vistazo a la ventana y lo que había me amargo la noche.

Pegada al cristal otra nota se hacia relusir la tome con miedo pues estaba por dentro de la ventana. "¿Quién eres?". Pensé temblando mientras leía el papel.

Sunshine Birge:
Que linda te verás con ese vestido. Espero que vengas pronto.

Mis labios empezaron a temblar y coloque la nota junto con la anterior y las guardé para dejar de verlas. Un escalofrío recorrió mi espalda y voltee instantáneamente a la ventana donde la marca de una mano se dibujaba perfectamente esta vez fuera del cristal.

Corrí las cortinas y me senté en la cama abrazando la almohada no podía calmarme. Mi corazón latía con fuerza, parecía que iba a estallar. Así que tome mi caja de música favorita le di cuerda y deje que sonara toda la noche.

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A la mañana siguiente apague la alarma antes de que el reloj sonara. No había dormido por el terror que me causaron los sucesos del día anterior. Pero tenía que seguir.

Me duche y me arregle, afuera el sol empezaba a salir y calentar la tierra. Parecía que el clima seria cálido así que sonreí y me coloque mi vestido nuevo. Nunca fui de colores claros pero debo admitir que se me veía espectacular.

Baje las escaleras dando saltos y le di un beso a mi madre. Parecía tranquila pero mi padre seguía desaparecido. Ni siquiera me moleste en preguntar por él así que solo desayune con tranquilidad.

-Adiós Mami, te veré al rato- Dije tomando mi mochila y saliendo por la puerta. "Bueno... si no entro es probable que me valla peor". Vi el bosque alzarse ante mi y entre con paso firme pero conforme avanzaba y mi casa se perdió de vista empeze a temblar.

No muy lejos de donde me encontraba el día anterior me senté y saque mis cosas. Entre ellas la pequeña caja musical que me había apasiguado en la noche. Pensando en mil asuntos un recuerdo me llego a la mente.

"Por favor no... ya no quiero lastimarme". Dije mientras la inevitable imagen de aquella tumba llenaba mi cabeza haciendo que las lágrimas brotaran de mis ojos.

-Puedo ser fuerte- Decía llorando- Solo olvidalo...

Al final no pude aguantar y saque de mi mochila una pequeña navaja, me retire el suéter que cubría mis brazos y corte haciendo brotar las gotas de sangre de mi piel. Llore descontroladamente por al menos dos horas hasta que al final me calme.

Talle mis brazos empapados en gotitas de sangre y volví a ponerme el suéter, a pesar de el calor que hacia en aquel lugar ya no me gustaba estar sin el.

-Como si nada hubiese pasado- Dije sacudiéndome el vestido y balanceandome sobre mis pies- Bien... no quiero qu eso pase de nuevo ¿Caminamos? Si, vamos.

Tomé mis cosas y empecé a dar vueltas por los árboles, hasta que llegue a un lugar, el lugar donde ayer me había quedado dormida a merced de quien sabe que cosas. Pero esta vez no estaba solo. Al pie del gran árbol había...

-¿Una caja de música? Que linda... -Me acerque y la tome entre mis manos. Era un trabajo impecable hecha de pura porcelana, dentro estaba una pequeña muñeca.

La observe por un rato y me di cuenta de que aquella figurilla era idéntica a mi. Deje la caja donde estaba con temor, no podía creerlo, asustada di la vuelta pero no había salida.

-No... no, no, no. ¡Ayuda!- Empecé a entrar en pánico al ver como todos los árboles se habían movido haciendo una especie de claro. Me acerque intentando salir pero era inútil los troncos literalmente estaban unidos unos contra otros formando un círculo perfecto.

-Dejame salir, dejame salir...- Gritaba llorando cuando una voz al otro lado me respondió.

-Ahora eres mía Sunshine-

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-¡No!- Grité incorporandome y mirando al rededor. -Es... es mi habitación.

Todo estaba ahí, llevaba puesta mi pijama y colgado en la puerta estaba el uniforme escolar. "Pero... ¿Qué demonios?". Pensé mirando todo el lugar hasta toparme con mi celular al abrirlo lo primero que vi fue la fecha. 02/02/15...

-¿Qué? Osea... que todo fue un sueño- Me deje caer sobre la cama de nuevo totalmente aliviada. -Perfecto osea...-Empeze a recordar y a contar los sucesos con mis dedos- Que no me suspendieron, no entré en el bosque, no recibí las malditas notas, no me dieron un vestido y no me corte. Uf... Gracias.-

Me empecé a quitar la ropa para tomar un baño y al tocar el agua caliente deslizándose por mis brazos un ardor inmenso recorrió mi piel. Voltee a ver y ahí estaban unas marcas frescas de una navaja.

-Pero...¿Qué paso?- Decía mientras limpiaba con suavidad la sangre seca que estaba en mis brazos- No... no... no fue real...-

Totalmente presa del pánico busque en mi mochila la nota de la escuela que hablaba de mi suspensión pero no estaba. Y solo pude encontrar las dos notas tétricas que estaba segura eran provenientes del bosque.

Little DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora