Little Doll

14. Nueva naturaleza.

Los primeros rayos de sol se colaban por los cristales, apenas iluminaban la obscuridad de aquel cuarto pero a LittleDoll fue suficiente luz para empezar a despertar y comenzar su día.

-Señorita Doll, bajé a desayunar por favor.- La voz de Luca resonó suavemente por toda la casa, la chica empezaba a acostumbrarse a su nuevo compañero y no pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro al escucharlo.

-Ya voy.- Contestó LittleDoll amodorrada incorporándose en la cama.

Dio un vistazo a su al rededor y se encontró con una linda prenda, un vestido de encaje blanco hasta la rodilla con corte recto en el pecho y lleno de brillos rosas. A diferencia del anterior este era de manga corta. Luego de un baño y de desenmarañar sus largos cabellos la chica bajo al encuentro de Luca.

-Buenos días, señorita.- Saludo Luca al ver a la joven.

-Buenos días... ¿Por qué la formalidad?-

-Es propio que un caballero le hable con respeto a una dama.-

La chica le regalo a Luca una sincera y tierna sonrisa. A pesar de solo conocerlo de un día su presencia le llenaba de tranquilidad y, según lo que sentía, cariño.

Ambos se sentaron a la mesa para tomar el desayuno. Mientras conversaban de manera fluida LittleDoll sintió un liegero escalofrío recorrer su cuerpo, seguido por un frío líquido brotar de sus brazos, aún vendados.

Luca notó en el rostro de la chica su preocupación y miedo de lo que estaba pasando. Ni siquiera él mismo entendía lo que le sucedía.

-¿LittleDoll? ¿Estás bien?- Dijo Luca acercándose.

-Yo... yo...- Los ojos de LittleDoll empezaron a llorar sus lágrimas de sangre y la chica soltó un grito que resonó por toda la mansión.

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Afuera dos chicos caminaban acercándose cada vez más al lugar. Parecían dos hermanos, el primero de unos 17 años, cabello rubio y ojos verde esmeralda. El segundo de 13 años, rizos castaños y ojos esmeralda, con un rostro adornado de pecas.

-¿Seguro que es por aquí Alex?- Preguntó el menor.

-Claro que sí, Lyssandro. No seas cobarde y sigue caminando.-

Ambos siguieron adentrándose en el bosque hasta que una ligeresima niebla empezó a cubrir el suelo dando paso a la enorme mansión de Luca.

-¿Qué te dije hermano? Impresionante.- Dijo Alex dirijiendose a su hermano menor.

-No me parece una construcción abandonada... mejor regresemos.

-Cobarde... sigue.-

Continuaron hasta llegar a los jardines llenos de niebla donde empezó a escucharse una melodía fúnebre y tétrica.

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Luca tomó el brazo de LittleDoll manchándose las manos del líquido negro que brotaba de sus brazos. Miró a la chica y sus ojos estaban en blanco mientras aún lloraban sangre.

-¿Puedes ayudarme?- Dijo LittleDoll desapereciendo frente a los ojos de Luca dejándolo solo en la habitación.

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Lyssandro presionaba a su hermano para que regresaran cuando empezaron a escuchar el crujir de unas ramas y unos pasos acercándose a ellos.

-¿Pueden ayudarme?- Dijo una voz femenina.

-¿Estas herida?- Preguntó Alex escondiendo a su hermano.

LittleDoll se dejó ver entre la niebla, el aspecto de la chica ensangrentada hizo que Lyssandro soltara un grito de terror. LittleDoll dio una pequeña sonrisa y después alzó sus brazos ensangrentados acercándose a los chicos que por el horror no podían moverse.

-¿Quien eres?- Preguntó Alex.

-Tengo miedo. ¿Tú me hiciste esto?-

-¿¡QUIEN ERES!? YO NO HICE NADA- Contestó Alex impaciente queriendo que sus piernas le respodiesen para poder salir de ir.

-Mi nombre es LittleDoll- Respondió la chica clavando el cuchillo, que hasta ese momento se encontraba escondido en su vestido, en el pecho de Alex.

Una...dos...tres...cuatro veces y cayó muerto. LittleDoll dirijio su vista al hermano menor con una amplia sonrisa y sus ojos ensangrentados.

-¿Quien eres?- Preguntó acercándose al chico de trece años.-Tranquilo, no te lastimare.-

El jóven no dijo palabra solo se quedo mirando los ojos de la chica que habían dejado de llorar y solo estaban enmarcados por un camino rojo. La chica soporto su mirada con sus ojos azul marino y al ver los de él color esmeralda le colocó su cuchillo en la garganta y lo deslizó dejándolo en el suelo.

LittleDoll sonrió al ver ambos cuerpos tendidos en el suelo manchando el piso con charcos de sangre, miró a ambos y se agacho hasta el mayor atando a su muñeca un listón blanco. Después vio al menor y acarició sus mejillas, recorrió con la vista su rostro y ató a su cuello un listón negro mientras hablaba en voz alta.

-Tú te quedaras conmigo. Siendo la persona que no pudiste ser en vida te regalo la oportunidad de serlo en la muerte.- Y al terminar la oración calló desmayada junto al cuerpo del muchacho y fue cuando Luca la encontró.