No conteste a su pregunta, solo seguí el rumbo. Llegamos al estacionamiento del edificio, le abrí la puerta y decidí volver al auto, pero tomándome de la mano me detuvo.
-Jorge no te vayas.-Pidió.
Me di la vuelta y al instante su mirada busca la mía.
-Necesito estar solo.-Admitio.
-No quise decir eso, te lo juro.
-Si quisiste Danna, de lo contrario no lo hubieras dicho.-Sonrió triste.-Tengo que admitir que me dolió, nunca nadie me había tratado así, mucho menos la persona que más amo.-Niego.-No quiero verte,no hoy, no mañana, en unos días tal vez.
-¿A dónde te irás?-Pregunta.
Veo en sus ojos las lágrimas y la impotencia, pero ¿acaso pensó en mi sufrimiento?
-Iré a mi casa, creo que ya te lo había dicho.
-Este es tu departamento Jorge, yo puedo irme.
-No es necesario.-Niego.-Yo te traje.
Ingreso al auto y sin importarme nada lo pongo en marcha.
Horas después no llegó a mi casa, tampoco tenía ganas de estar ahí.
Toco la puerta y al instante me abren.
¿Qué haces aquí?-Pregunta.
-¿Puedo pasar la noche aquí?-Pregunto y asiente.
-¡Tequila!
(...)
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